Los llamamientos a la Unión Europea para que impida más muertes de inmigrantes intentando cruzar el Mediterráneo se multiplicaron hoy, tras una semana en la que al menos 400 personas han perdido la vida en el intento.

No sé cuanta gente tiene que morir todavía antes de que se haga algo, lamentó el primer ministro de Malta, Joseph Muscat, en declaraciones al canal británico BBC.

Según están las cosas ahora, estamos convirtiendo nuestro mar Mediterráneo en un cementerio, agregó Muscat, quien señaló además que su país siente que la Unión Euopea (UE) ha dejado a estos inmigrantes en la estacada.

Los servicios de rescate italianos recuperaron hoy los cuerpos de otras 20 víctimas del naufragio ocurrido el 3 de octubre frente a las costas de la isla de Lampedusa, con lo que el número de inmigrantes muertos asciende ya a 359.

Además, otros 34 inmigrantes murieron el viernes cuando una embarcación zozobró en el Mediterráneo, entre Lampedusa y Malta. Unas 200 personas lograron sobrevivir.

Malta reclamará a la UE un cambio en la normativa migratoria para países de Cercano Oriente, aseguró Muscat.

PEDIDOS SIN ATENCIÓN El papa Francisco, que arrancó su pontificado viajando a Lampedusa para denunciar esta situación, lamentó hoy a través de Twitter la indiferencia con que se vive a menudo el drama de la inmigración.

¡Señor, ten piedad! Muchas veces nuestras vidas cómodas nos ofuscan y nos impiden ver a los que mueren a nuestro lado, afirmó Francisco a través de su cuenta de Twitter (@Pontifex_es), en un comentario que acompañó con el hashtag #Lampedusa.

La inmigración clandestina será uno de los temas a tratar en la próxima cumbre de la Unión Europea en Bruselas, que se celebrará el 24 y 25 de octubre.

En Italia se ha registrado un fuerte aumento de llegada de inmigrantes en embarcaciones precarias desde julio pasado. Estos barcos, gestionados por traficantes de personas, parten de Libia, Túnez o Egipto y trasladan en su mayoría a personas que buscan asilo procedentes de Siria y el Cuerno de África.