El gobierno venezolano anunció que implementará lectores de huellas digitales en los puestos de control fronterizos para evitar la estafa conocida en el país sudamericano como turismo cambiario.
Debido al régimen de control de cambio, vigente desde 2003, los venezolanos no pueden comprar libremente moneda extranjera. Sólo en ciertas circunstancias, y tras engorrosos procedimientos burocráticos, se les permite acceder a ciertas cuotas. Una de ellas es un viaje al exterior.
Al venezolano que planea salir del país por turismo o negocios se le asigna un cupo (hasta un máximo anual), que varía de acuerdo con el destino y la duración de la estadía. Una parte relativamente pequeña puede adquirirla en efectivo, y el resto puede gastarlo a través de un autorización de uso de su tarjeta de crédito.
Sin embargo, algunos venezolanos compran boletos de avión –que no utilizan y por los que, en algunos casos, reclaman reembolso- para obtener dólares a precio oficial y venderlos en el mercado negro.
Desde que se impuso este sistema de control de cambio hace poco más de una década, la diferencia entre la tasa oficial y la del mercado negro nunca había sido tan amplia como ahora, cuando se pueden vender dólares por seis veces el precio oficial, indicó el corresponsal de BBC Mundo en Caracas, Daniel Pardo.
La compra y venta de divisas fuera del mercado oficial es ilegal en Venzuela y acarrea multas y sanciones.
En un intento por controlar la estafa, las autoridades planean no activar las tarjetas de crédito hasta que el viajero haya pasado un nuevo control de salida, que incluye colocar su huella digital en un aparato conocido como captahuellas, según señaló un comunicado del servicio de inmigración, SAIME.
EL RASPAO La nueva medida evitaría también la práctica de darle la tarjeta de crédito a un familiar o amigo que viaja para que retire dinero en el exterior.
Funcionarios informaron que incluso existen bandas organizadas que realizan esta actividad que ya tiene nombre: el raspao.
Estos dólares adquiridos en operaciones ilícitas, raspando tarjetas de crédito, regresan a Venezuela y son vendidos a altos precios, lo que causa la sobrevaloración del dólar, dijo Juan Carlos Dugarte, director general del SAIME, a la cadena Globovisión.
Los críticos a la decisión oficial han dicho que la implementación de estas medidas hará más difícil la vida de los viajeros honestos que no recurren a estas prácticas.
Pardo señala que no existen cifras del número de personas que están raspando sus tarjetas, pero los expertos creen que son muchos.
Un indicio está en que si se compara el pasado mes de julio y el del año anterior, el incremento que se registró en las ventas de vuelos al exterior fue del 80%, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), concluyó el periodista de la BBC.