La justicia británica acaba de condenar a cadena perpetua a un hombre por el asesinato de su amante y el hijo que tuvieron juntos. La sentencia, sin embargo, ha llegado 46 años tarde.
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William MacDowell nació hace 80 años en la ciudad de Penrith, condado de Cumbria, y durante la década de los 70 vivía en el pueblo de Inverness, Escocia, junto a su esposa Rosemary.
MacDowell, sin embargo, mantenía una relación con Renee Macrae, esposa de Gordon, el dueño de la compañía de construcción donde él trabaja como secretario. Con el tiempo, los rumores sobre la pareja iban cobrando cada vez mayor fuerza dentro del pequeño poblado.
Según la hipótesis que sostuvieron los detectives durante el juicio celebrado en el Tribunal Superior de Inverness, Renee le habría exigido a MacDowell dejar a su esposa y mudarse juntos a Shetland, otro pueblo cercano.
Pero el hombre no estaría dispuesto a exponer su amorío de aquella manera y mucho menos a revelar que juntos tenían un hijo, el pequeño Andrew de tres años, a quien hacían pasar como hijo de Gordon Macrae.
Pese a ello habrían acordado pasar un fin de semana juntos fuera de Inverness para luego acordar su fuga.
ÚLTIMA NOCHE
Renee y su hijo Andrew fueron vistos por última vez el 12 de noviembre de 1976, cerca de un descanso para conductores ubicado en la ruta A9, cerca de Inverness.
Esa misma noche, las autoridades locales encontrarían el automóvil BMW en el que viajaban prendido en llamas. De la mujer y el bebé no había rastro, tan solo algunas manchas de sangre que hacían presagiar lo peor.
Desde el primer momento, las autoridades sospecharon de MacDowell, debido a los rumores sobre el amorío entre ambos. Pese a sus esfuerzos, sin embargo, nunca consiguieron encontrar los cuerpos ni arrancarle una confesión al hombre.
Durante el juicio, el acusado aseguró que aquella noche se encontraba en el bar de un hotel de carretera, bebiendo junto a tres amigos y que al terminar se fue a casa para dormir con su esposa, Rosemary.
Pronto, la desaparición de Renee se convirtió en un misterio que traspasó fronteras. Desde entonces, las autoridades recibieron más de 120 supuestos reportes en los que indicaban haber visto a la mujer y al bebé en distintos lugares como Zurich o Portsmouth, aseguraron en el juicio según reportó la BBC.
Todos esos reportes, sin embargo, fueron desestimados por las autoridades. Por otro lado, lo que sí se pudo conocer en el proceso fue el testimonio de un hombre que pudo ver a las víctimas la misma noche en la que desaparecieron.
AUMENTAN LAS SOSPECHAS
Martin Shand, entonces estudiantes de la Dundee College of Technology, conducía hacia su casa a través de la A9 la noche del 12 de noviembre de 1976. Cuando pasó junto al descanso para conductores en el que luego se hallaría el auto de Renee, pudo ver una sospechosa escena.
“Había dos autos. Un BMW y un Volvo”, aseguró ante el tribunal. Según los fiscales, MacDowell conducía un auto Volvo que le había otorgado la empresa para la que trabajaba. Otro testigo aseguró durante el juicio que también había pasado por la zona y vio a un hombre hablando con una persona y un niño que estaban dentro de un vehículo.
Otra testigo, identificada como Catherine Johnstone, señaló que su madre, Eva McQueen, escuchó un “grito espeluznante” a unos cuantos cientos de metros del lugar en el que fue hallado el vehículo de Renee.
Christopher Gannicliffe, un perito con 32 años de experiencia, detalló por su parte que la sangre encontrada en el vehículo fue causada por una herida considerable, como la que se produce en la cabeza luego de haber recibido un golpe.
La fiscalía, por su parte, señaló durante el proceso que MacDowell cambió con urgencia el tapizado de la maletera de su auto dentro de los dos días posteriores a la desaparición de la mujer y el bebé. “Cuando salgan de esta sala pregúntense ¿por qué alguien querría deshacerse del tapizado de su maletero?”, instó uno de los fiscales al jurado durante el décimo día de juicio.
MacDowell, por su parte, rechazó todos los cargos en su contra, incluidos los que se le habían imputado por entorpecer las labores de las autoridades. Su defensa, además, alega que Gordon fue quien asesinó a su esposa con ayuda de otros sujetos al enterarse de la infidelidad.
JUSTICIA TARDÍA
Una vez finalizadas las audiencias, el juez Lord Armstrong le dijo a MacDowell que “los asesinatos parecían haber sido premeditados y planeados con cálculos detallados (...) Estas parecen ser, en efecto, ejecuciones. Asesinaste a tus víctimas, te deshiciste de sus cuerpos y tomaste varios pasos para evitar ser detectado”.
El jurado del proceso coincidió con la decisión del magistrado Armstrong.
En consecuencia, MacDowell fue sentenciado a cadena perpetua de la cuál deberá cumplir una pena mínima de 30 años.
La demora que conllevó el proceso, sin embargo, deja un sinsabor dentro de la familia de Renee, quienes continúan en la búsqueda de su cuerpo y del pequeño Andrew.
“Aunque ahora se ha hecho justicia, los cuerpos de Renee y Andrew no han sido encontrados e insto a cualquier persona que pueda tener información sobre dónde están a que se presenten para que puedan recibir la dignidad que merecen”, dijo tras conocerse la sentencia Brian Geddes, jefe de policía que condujo la reapertura del caso.
Según Geddes, MacDowell se ha negado hasta la fecha a brindar información sobre lo que se hizo con los cadáveres de las víctimas.
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