De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la uta es una de las 10 principales enfermedades infecciosas desatendidas u olvidadas a nivel mundial, que afectan sobre todo a las poblaciones más pobres y con un limitado acceso a los servicios de salud (12 millones de infectados). La uta o leishmaniasis es endémica en 99 países. El Perú es una de las 9 naciones que reportan el 85% de los casos de tipo cutáneo, el más común de esta enfermedad. Recientemente, se ha advertido la existencia de un elevado número de casos, tanto en Lima como en otras regiones del país.
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Respecto a Lima, los casos se registran en la provincia de Huarochirí: 36 en total. Estos, a su vez, están distribuidos en 24 de los 32 distritos que tiene la jurisdicción, según informó a El Comercio la Red de Salud Huarochirí. Entre los casos está el de un adulto mayor que vive en San Matero de Otao, quien asegura lleva varios meses esperando a que lleguen los medicamentos para iniciar el tratamiento contra la enfermedad, la cual con el pasar de los días produce ulceras, principalmente, en la piel.
A falta de medicamentos, algunos pobladores vienen recurriendo a remedios caseros y algunas hierbas para tratar de frenar el avance de la leishmaniasis. En esta zona de Lima también se registran casos en niños, quienes han dejado de ir a la escuela debido a la molestia que causan las heridas cutáneas.
Similar situación se ha reportado en regiones como Lambayeque, La Libertad, Áncash, Cusco y Ucayali, donde las personas infectadas se encuentran reclamando por la falta de medicinas y, por consecuencia, el déficit en la atención en los establecimientos de salud.
En Lambayeque, hay un promedio de 17 casos de uta actualmente. Tres de ellos son de este año. Percy Díaz Morón, gerente regional de Salud, dijo que desde agosto pasado no se ha podido seguir brindando tratamiento a los pacientes debido a desabastecimiento de las medicinas para esta enfermedad. Aseguró que el Ministerio de Salud (Minsa) ha prometido enviar un lote de medicamentos en la brevedad posible a la región para atender a los infectados.
“El año pasado registramos 78 casos y en lo que va del 2024 reportamos 3. Lo que pasó es que en agosto del 2023 se descontinuó el medicamento a nivel mundial quedando en cola 17 pacientes en Lambayeque para recibir tratamiento. El Ministerio de Salud ya tiene el medicamento y estará en nuestra región en los próximos días”, dijo Díaz Morón.
Precisó que este medicamento será distribuido a los establecimientos endémicos en las jurisdicciones de Salas, Incahuasi, Cañaris y Motupe. Agregó que en la región Lambayeque “no hay un incremento fuera de lo esperado”.
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En tanto, en La Libertad, son 44 los casos de leishmaniasis, distribuidos en 6 provincias. Algunos pacientes indicaron que vienen esperando hace tres meses por la llegada de medicamentos. Igual situación se vive en Áncash, donde existen 99 de uta. Rick de la Torre Bejarano, director regional de Salud, señaló que el distrito de Cabana es uno de los más golpeados. Agregó que el 25 de abril, llegaría un lote de 1.050 ampollas destinadas a la gestión de esta enfermedad.
Otras regiones donde se han presentado casos, según informó el Minsa, son Cusco, Ucayali, Madre de Dios, Amazonas, Huánuco, y San Martín.
Transmisión y síntomas
La uta es una enfermedad causada por un protozoo parásito del género Leishmania (de ahí el nombre de la enfermedad), que cuenta con más de 20 especies diferentes. Se transmite a los humanos por la picadura de mosquitos flebótomos hembras infectados (llamados comúnmente mantablancas).
Estos insectos viven especialmente en áreas rurales remotas y en zonas con altos índices de pobreza. Es por este motivo que la enfermedad está asociada a la malnutrición, los desplazamientos de población, las malas condiciones de vivienda, la debilidad del sistema inmunitario y la falta de recursos.
La leishmaniasis tiene tres tipos:
1. Cutánea. Es la más frecuente. Produce lesiones ulceradas en las zonas expuestas de la piel. En algunas personas se pueden desarrollar llagas en las membranas mucosas. A partir de las dos semanas de la picadura del mosquito, aparece una úlcera que se agranda y deja una herida profunda. Si bien se puede curar, deja una cicatriz de por vida.
2. Mucocutánea. Destruye parcial o completamente las membranas mucosas de la nariz, la boca y la garganta. Aproximadamente un 90 % de los casos de leishmaniasis mucocutánea se producen en el Brasil, Bolivia y el Perú, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
3. Visceral. Es mortal si no se trata. Se caracteriza por episodios irregulares de fiebre, pérdida de peso, hepatoesplenomegalia (inflamación del hígado) y anemia. Es altamente endémica en el subcontinente indio y África oriental. No se registra en el Perú.
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Síntoma 1
Dificultad para respirar.
Síntoma 2
Llagas en la piel que pueden convertirse en una úlcera que sana muy lentamente.
Síntoma 3
Congestión, goteo y hemorragia nasal.
Síntoma 4
Dificultad para deglutir.
Síntoma 5
Úlceras y desgaste (erosión) en la boca, la lengua, las encías, los labios, la nariz y el tabique nasal.
Como medida preventiva, se recomienda el uso de repelentes y mosquiteros durante la noche, así como el uso de ropa de manga larga. Además, se recomienda a la población afectada por la enfermedad no usar remedios caseros o quemar las heridas porque agravaría el daño.
Alexis Holguin, presidente de la Sociedad Peruana de Enfermedades Infecciosas y Tropicales del Perú, dijo a El Comercio que las lesiones producidas por la uta no son dolorosas, pero sí incomodan a quienes las padecen por lo grotescas que pueden llegar a hacer. Además, en algunos casos, pueden limitar algunas funciones dependiendo del lugar donde aparece la úlcera.
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“El tipo de enfermedad que tenemos en el Perú, tanto la cutánea como la mucocutánea, no es fatal, sin embargo, sí puedo tener complicaciones. En la nariz o laringe la herida se puede llegar infectar y convertirse en discapacitante. Además, es una enfermedad estigmatizante para quien la padece”, acotó. En ese sentido, Holguin recomendó el uso de ropa que cubra los brazos y las piernas cuando se vaya al campo y sitios rurales.
Por otro lado, el médico resaltó que si no se tiene un control adecuado de la leishmaniasis, definitivamente va a aumentar el número de casos, aunque no a la magnitud de lo alcanzado con el dengue. “Si con este número pacientes estamos teniendo problemas, imagínense con un incremento de casos. Y si hablamos de que hay un desabastecimiento de medicamentos con mucha más razón. Hay que incrementar el nivel de prevención para disminuir la transmisión de este tipo de enfermedad”, sostuvo.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento de esta enfermedad debe realizarse bajo control médico. Se utilizan los antimoniales pentavalentes, como el estibogluconato sódico o el antimoniato de meglumina, y se administra por vía intravenosa o intramuscular (ampollas); una dosis por día. Por lo general, el tratamiento se suministra por un lapso de 20 a 30 días.
Vale precisar que este tratamiento están contraindicados en personas que padecen una insuficiencia renal, hepática o cardiaca y en aquellas afectadas por una tuberculosis.
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Si bien la OMS señala que la leishmaniasis es una enfermedad que se puede tratar y curar, es necesario un sistema inmunitario competente, dado que los medicamentos por sí solos no son capaces de eliminar el parásito del organismo.
La Dra. Fiorela Alvarez, investigadora de la UPCH y especialista de enfermedades infecciosas y tropicales, detalló a El Comercio que en el caso de la uta no existe el desarrollo necesario en la farmacología para poder contar con diversas alternativas de tratamiento. En ese sentido, resaltó que si bien una de ellas son los antimoniales, este no es la única.
“Los antimoniales en el Perú, y en muchas partes del mundo, siguen siendo la primera línea de tratamiento y estamos hablando de medicinas que tienen más de 70 u 80 años en el mercado. Son dolorosas, tienen diferentes eventos adversos, y se coloca por 20 días seguidos o 30, según la complicación″, explicó.
Sin embargo, Alvarez detalló que el problema de este tratamiento es que al tratarse de una enfermedad que ocurre principalmente en zonas rurales, muchas personas tienen que caminar tres o cuatro horas al puesto de salud para poder recibirlo y luego tres o cuatro para regresar a su casa. Y así por 20 días como mínimo.
“Es es un tratamiento complejo. Es ahí donde tenemos que ver otras opciones. El tratamiento no es tan malo, pero tampoco es el ideal, pues tiene muchas complicaciones”, consideró.
En esa línea, Alvarez dijo que existen otras opciones más amigables. Además, añadió que se viene recolectando data para proponer al Minsa que se incluyan otros tratamientos para el manejo de la uta en el Perú.
Adquisición de medicamentos
En Lima y otras regiones regiones del país se ha advertido sobre la falta de medicamentos contra la uta. Al respecto, Ricardo Peña, viceministro de Salud Pública, explicó que desde hace unos meses atrás ha habido un desabastecimiento del insumo para la fabricación del tratamiento, lo que ha hecho que varios países de la región tengan dificultad para atender los casos.
“Haciendo un análisis estrictamente epidemiológico, el comportamiento de los casos no ha sobrepasado el nivel esperado en mayoría de territorios. Lo que se ve es una acumulación de pacientes que están esperando por tratamiento. Hoy (viernes) estamos haciendo la distribución, la medicina ha llegado a tres regiones para poder distribuirla a los establecimientos se salud”, dijo.
Peña detalló que se ha logrado adquirir, como compra de emergencia a un laboratorio de la India, un total de 350 mil ampollas. De esta cifra ya han llegado al país 90 mil. Según indicó, estas son las regiones que ya han recibido los medicamentos: Áncash (4 mil), La Libertad (3 mil) y Lambayeque (2 mil). En tanto, señaló que en el transcurso de las próximas horas se estarán enviando a Cusco (5 mil) y Ucayali (6 mil).
“En el caso de Lima regiones ya se esta haciendo la distribución ahora mismo. La cadena logística también implica la distribución a establecimientos de salud, con los requerimientos técnicos para custodiar la seguridad del medicamento y que no pierda efectividad. Eso toma el tiempo necesario”, comentó.
El Minsa informó que en agosto del año pasado, pagó por la adquisición de un total de 630 mil ampollas a través de la OPS. Sin embargo, debido a la escasez global de estos medicamentos, la entrega programada para noviembre se vio postergada. Ante esta situación, y con la urgencia marcada para la atención de casos, a finales de 2023 el Minsa gestionó una compra internacional de 350 mil ampollas.
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El primer lote (de 90 mil) llegó al país el 27 de marzo y, después de pasar controles de calidad en el Instituto Nacional de Salud (INS), ha sido aprobado para su utilización.
Por su parte, el Dr. Holguin mencionó que la Sociedad Peruana de Enfermedades Infecciosas y Tropicales del Perú ha solicitado al Minsa una reunión para ver en qué otras acciones se puede trabajar para controlar los casos de uta. Indicó que el poder comunicar adecuadamente a la población de qué trata esta enfermedad y cómo prevenirla es muy importante.
“No hemos tenido aun respuesta al documento que hemos enviado. Hay lugares en donde la lista de espera de pacientes son de varios días, a veces llegan al mes. Eso sí es un punto que debe tomarse en cuenta y solucionarse lo más pronto posible. Entendemos que existe un desabastecimiento, sin embargo, hay que ver qué se puede hacer, usar terapias tópicas de repente o en unos casos especiales usar medicamentos alternativos a los antimoniales”, subrayó.