A las 8:14 p.m. del 12 de setiembre de 1992, el cabecilla terrorista Abimael Guzmán y la cúpula de Sendero Luminoso fueron capturados, en una casa de Surquillo, tras un minucioso trabajo de investigación realizado por agentes del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN). Hoy se cumplen 21 años de aquel golpe al corazón contra la organización más sanguinaria en la historia del país.
Esa noche de setiembre, cayeron con Guzmán su conviviente Elena Iparraguirre Revoredo, número dos de Sendero y Laura Zambrano Padilla, miembro del Comité Central, entre otros.
No hay que olvidar que su accionar fue cobarde, fueron un grupo de criminales que mataban por la espalda a miembros de la fuerzas del orden, autoridades y a la población para generar un estado de miedo, eso era consustancial a su ideología, declaró el ex jefe de la Policía, Hector Jhon Caro, al referirse a la efemérides.
Si bien ese arresto debilitó el accionar del grupo subversivo, remanentes que lograron reorganizarse se han instalado principalmente en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) y, en alianza con el narcotráfico, han perpetrado nuevos baños de sangre, aunque varios de ellos fueron abatidos. El Movadef, brazo legal del grupo que fundó Guzmán, es otro riesgo a veces silencioso.
La huella de dolor y muerte que deja Sendero ha llevado a largos debates sobre acciones y proyectos de ley direccionados contra el crecimiento de nuevos grupos que niegan o justifican el macabro pensamiento ‘Gonzalo’. La polémica ley del Negacionismo es uno de esos casos.