El presidente del Poder Judicial (PJ), Javier Arévalo, negó que haya recibido presiones de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) o de otros jueces supremos para emitir un pronunciamiento a favor de la fiscal suprema Zoraida Ávalos frente a la inhabilitación que le impuso el Congreso.
La versión sobre las presiones es una de las supuestas “causas graves” con las que una moción de la legisladora Patricia Chirinos promueve la destitución del pleno de la junta y que son objeto de una investigación sumaria en la Comisión de Justicia del Congreso.
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Como parte de ese proceso, Javier Arévalo se presentó este viernes por la tarde como testigo ante la comisión. Se le citó para responder por ese aspecto de la moción de Patricia Chirinos, el cual recoge una versión periodística sobre supuestas coacciones de tres miembros de la JNJ a él y a otros magistrados supremos para emitir ese pronunciamiento.
La versión añade que Javier Arévalo no estaba de acuerdo con pronunciarse, pero que debido a la presión de esos miembros del JNJ y de otros jueces, accedió a convocar una sesión de la sala plena de la Corte Suprema para el 28 de junio pasado.
La sesión de la Sala Plena de la Corte Suprema
El magistrado calificó esa versión como “el caso de una noticia equivocada”. Según explicó, el 22 de junio hubo un pedido firmado por ocho jueces para convocar una sala plena. Entre ellos estuvieron César San Martín, Elvia Barrios y Janet Tello.
“Pidieron la sala plena porque es su facultad. Y yo tenía que convocarla. Eso fue todo. No es que presionaron, que vinieron, que dijeron. Todo eso son puros titulares periodísticos. Se ha abierto una investigación por el dicho de alguien”, dijo.
Arévalo precisó que el pedido de sala plena no fue planteado como un respaldo personal a Ávalos. Además, presentó el documento que consigna que el objetivo era debatir y tomar un acuerdo “sobre una probable afectación a la independencia y autonomía del sistema de justicia” a partir del caso de la inhabilitación política de la fiscal, ocurrida un día antes.
El 3 de julio, la sala plena acordó por mayoría no emitir pronunciamiento porque el tema podría llegar a ser tratado por vía judicial y había el riesgo de que los jueces adelanten opinión.
El juez detalló que el debate fue en torno a si se debía emitir ese pronunciamiento. El resultado fue un empate a ocho, que él dirimió como presidente de la Corte Suprema. Su oposición se debió, precisamente, a que fuera un posible adelanto de opinión. En cuanto a su postura personal sobre el caso de Ávalos, se la reservó “por respeto al Congreso”.
“Chismes”
Arévalo remarcó que fue luego de esa decisión que se comenzaron a “producir una serie de especulaciones que han llevado a esta investigación”. “Ni el Congreso ni la JNJ ni la fiscalía pueden andar abriendo investigaciones por chismes. [...] Nadie me ha presionado, les preciso”, agregó.
Luego, se refirió a los otros jueces supremos convocados como testigos en este caso y aseguró: “Ellos contra mí no han ejercido ninguna presión. Ni se los permitiría, ni se atreverían [...]. En lo que a mí corresponde, yo no me he sentido presionado. A mí nadie me presiona, porque el que me presiona sabe cómo le voy a responder”.
Aseguró que los integrantes de la JNJ que, según la moción de Chirinos, habrían estado detrás de las supuestas presiones “nunca han hablado” con él de este tema. “[Lo] quiero dejar bien claro”, enfatizó.
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