El pastel de acelga es una tradición en muchas casas. Su sabor es único y es una buena forma de integrar vegetales a nuestra alimentación. Esta semana, la Gastronauta nos enseña una receta fácil pero deliciosa de este clásico. Toma nota.
Ingredientes:
Para la masa para un molde de 30cm
- 600gr harina sin preparar
- 1 taza de agua
- 1 huevo
- 1/2 taza de aceite
Para el relleno:
- 1 cebolla blanca picada en cubos pequeños
- 900grs acelga
- 800gr espinaca
- 2 cucharadas de ajo molido
- 500gr ricotta
- 1 taza de parmesano rallado
- 2 huevos
- Sal, pimienta y nuez moscada
Preparación:
En un bol colocamos la harina sin preparar y le agregamos una taza de agua, media taza de aceite y un huevo. Agregamos también una cucharadita de sal y empezamos a mezclar desde el centro hacia afuera. Cuando ya no nos podemos ayudar del tenedor, lo volcamos sobre la mesada y empezamos a amasar hasta que sea una mezcla homogénea. Cortamos la masa en 6 trozos parejos, hacemos bolitas y cubrimos con un paño de cocina para dejar reposar por mínimo 20 minutos. Transcurrido este tiempo, estiramos los 6 bollitos de masa en discos parejos y cada uno lo pincelamos con un poco de aceite y una pizca de harina. Pegamos 3 discos entre si, uno encima de otro, y como resultado tendremos dos discos: uno para la base y uno para la tapa.
Relleno:
En una sartén a fuego medio sofreímos una cebolla cortada en cubitos junto con 2 cucharadas de ajo molido. Una vez dorado, agregamos las hojas verdes picadas: 900 g de acelga y 800 g de espinacas. Iremos agregando a la sartén de a pocos ya que el volumen es grande pero a medida que se cocina se irá marchitando. Retiramos del fuego y agregamos 500 g de queso ricota en trozos, una taza de queso parmesano rallado, cascamos 2 huevos , y sal, pimienta y nuez moscada a gusto.
Armado:
En un molde previamente enharinado colocamos uno de nuestros discos de masa y pegamos a toda la superficie del molde estirando cuidadosamente para que no se rompa. Encima colocamos tres cuartos de nuestro relleno, haremos 5 huequitos para colocar nuestros huevos duros y cubriremos con el resto del relleno. Cerramos el pastel con el disco de masa sobrante, unimos los bordes, cortamos el excedente y por último volvemos a unir con la yema de los dedos para asegurar de que esté bien pegado. Aplastamos los bordes con un tenedor para calar el pastel y luego pinchamos la superficie para hacer huequitos y que se libere todo el vapor al momento de hornear. Pincelamos con huevo batido y llevamos a un horno previamente precalentado a 180 °C por 45 minutos o hasta que el pastel esté dorado. Sugiero reposar mínimo una hora fuera del fuego para que baje la temperatura y sea más fácil desmoldar, cortar y disfrutar. ¡Buen provecho!
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