“El hombre gris” en Netflix: ¿en qué falla la nueva película de Ryan Gosling y Chris Evans? | RESEÑA

Conscientes de lo apretada que está la lucha por ganar nuevos sunoscriptores, Netflix parece haberse decantado por el camino más fácil: cintas de acción con grandes estrellas de Hollywood. Aunque esto, probablemente, no le garantice cosechar logros en los Oscar y otras premiaciones, sí podría asegurarle la confianza de un público sediento de entretenidas propuestas para pasar el rato.

Un gran ejemplo de esto último podría ser “El hombre gris” (”The Gray Man”), cinta escrita y dirigida por los hermanos Joe y Anthony Russo (ambos conocidos mundialmente por sus exitosas películas dentro del universo Marvel) que fue estrenada hace unos días en cines seleccionados y el viernes 22 de julio para los más de 200 millones de sunoscriptores de la citada plataforma de streaming.

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Basada en una novela del escritor estadounidense Mark Greaney, esta película de acción tiene como protagonista a Ryan Gosling, quien vuelve luego de un breve descanso en la industria para interpretar a Sierra Seis, un agente que, a cambio de ser liberado de la prisión donde cumple arresto, debe cumplir una serie de misiones para la CIA.

El problema es que una de las primeras misiones encargadas a Seis (como se le llama en gran parte de la cinta) no sale según lo previsto. Cuando nuestro protagonista debe matar a su objetivo (haciendo uso de una gigantesca arma que apunta desde una especie de sótano), aparece un niño que lo obliga a abortar el trabajo, o más precisamente, a realizarlo de forma distinta: cara a cara. Así pues, y tras superar –navaja en mano—a los guardias de su blanco, queda a punto de liquidarlo, pero este inesperadamente le confiesa ser el agente Cuatro. “Si vinieron por mí, ¿qué garantiza que no vayan por ti?”, le advierte antes de entregarle una USB con información clave.

“El hombre gris” no esconde nada desde el primer minuto. Los créditos rápidamente pasan de largo y de pronto tenemos ante nuestros ojos a Seis siendo convencido para prestar servicios a la CIA. Tampoco el guion nos hace esperar mucho para ver a Ana de Armas en el papel de la agente Dani Miranda. La actriz cubana, que viene de brillar en la última entrega del agente 007, confirma lo que muchos sospechábamos: el género de acción le resulta hecho a medida. Así pues, no resulta forzado y menos inverosímil verla cargando grandes armas o haciendo tijeras voladoras para vencer a portentosos rivales.

En la misma línea con dejar poco para después, rápidamente Seis descubre que en aquella USB había información nada buena sobre su jefe en la CIA, Denny Carmichael (Regé-Jean Page). Cuando este último se percata de lo que Cuatro podría haberle ‘heredado’ a Seis, empieza realmente la película de los hermanos Joe y Anthony Russo.

Conforme avanzan las casi dos horas de duración de esta cinta veremos todos los esfuerzos de Carmichael por cazar a Seis. Conocedor de las habilidades del protagonista de nuestra película, el malvado jefe opta por contratar a Lloyd Hansen (Chris Evans), una especie de mercenario que a cambio de unos buenos billetes es capaz de todo. Aquí habría que decir otra cosa: el rol de Evans (multi-famoso por dar vida al Capitán América) no llega a parecernos mucho más que el de un fortachón sarcástico o el de un asesino egocéntrico que es capaz de patear cadáveres ante la frustración que le genera ver cómo Seis se le escapa varias veces casi en las narices.

Pero más allá de ser una constante persecución entre buenos (Seis y Dani Miranda) y malos (Lloyd y Carmichael), la cinta de los hermanos Russo también tiene una serie de elementos que sería imposible dejar de lado. Es una especie de ‘vuelta al mundo’ a bordo de veloces drones (las tomas aéreas son sumamente llamativas, aunque por ratos algo repetitivas). Viajaremos entonces por bellos lugares como Bangkok, Praga, Mónaco o Turquía. En cada uno de estos espacios, por su puesto, habrá muchas balas, enfrentamientos a puño limpio e, inevitablemente, gigantescas explosiones.

Otro punto que debe tenerse en cuenta son los personajes secundarios. Si el rol de Armas (Dani Miranda) como compañera y casi socia de Seis está sumamente justificado, hay otros papeles que se desinflan rápidamente como un globo mal atado. Así pues, el Wagner Moura que brilló dando vida a Pablo Escobar en “Narcos” solo tiene aquí una aparición tan fugaz como intrascendente, interpretando a un personaje del cual nadie probablemente recordará su nombre.

En otra línea sí podemos decir que están Fitzroy (Billy Bob Thornton), una especie de reclutador de los agentes Sierra, quien a su vez tiene una hija menor (Claire/Julia Butters), la cual logra empatizar y sacar el lado humano de Seis. Aunque en un buen tramo de la cinta veremos a nuestro protagonista intentando salvar la vida de esta niña, en honor a la verdad habría que decir que la historia entre ambos tampoco llega a cuajar por completo, dejando cabos sueltos que quién sabe se absolverán en una (quién sabe si probable) secuela.

Como dijimos al comienzo de esta nota, “El hombre gris” es un combo de buenas intenciones desde lo técnico (efectos especiales y maniobras muy bien logradas, especialmente), pero que terminan rápidamente desvaneciéndose por carecer de una historia sólida que no vaya más allá del “jefe malo busca matar al que descubrió sus oscuras intenciones”. En todo caso, si usted está dispuesto a ver dos horas de grandes luchas en aire, mar y tierra, aquí tiene una propuesta válida. Pero si es de los que busca argumentos convincentes y giros que guarden un mínimo de lógica, mejor busque otra opción en Netflix.

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