Hace calor en una ciudad que tiene la fortuna de estar a escasos metros del mar. Sea para verlo, para olerlo, para sentirlo, o -en este caso particular- para saborearlo. El imponente local de Amoramar que abrió en San Isidro en marzo de 2021 es un refugio gastronómico inspirado en las inmensas bondades de nuestro océano.
Tras el cierre del espacio homónimo en Barranco, pionero en su nicho (funcionó desde marzo de 2011 a febrero de 2021), este restaurante se ha convertido en la continuación de dicho legado, aunque con una personalidad propia. Es justo decir que la experiencia aquí es independiente, totalmente distinta: desde el diseño de los ambientes hasta el menú.
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Al frente están César Lozano, chef a cargo de la cocina, y Gabriel Fadel, director gastronómico de un grupo restaurantero que también incluye -entre otras marcas- a Café de Lima. Se mantiene, por supuesto, la onda casual y relajadamente chic que posicionó desde el comienzo al formato barranquino.
La creatividad es un ingrediente clave, y el verano es la estación idónea para alimentarla: hay productos del día, de temporada y de latitudes cercanas y lejanas. A esta mesa, definitivamente, se la conoce mejor consultando por las recomendaciones de la semana (almejas, pejerreyes, erizos, vongole, entre otros insumos), todo en función al tipo de visita que se piensa realizar. El local está condicionado para recibir desde grupos grandes, hasta citas románticas de a dos, día o noche.
“Quizá Cupido nos flechó con un tenedor, por eso amamos tanto la comida”, se lee al inicio de la carta, y no encuentro fallas en esa lógica. Ese dicho se puede poner en práctica con, por ejemplo, un cebiche nikkei con salmón, calamar, atún, palta grillada y leche de tigre al sésamo, un tiradito Grana Padano con pesca del día, conchas de abanico y salsa acebichada con el queso del mismo nombre, o una potente causa carretillera coronada con cebiche y chicharrón de calamar, entre otras opciones.
Para mayor contundencia, imposible perderse el arroz chalaco, con fondo de vongole y pejerreyes arrebozados, un pastel de choclo con salsa de mariscos a lo macho o un sabroso lenguado que llega a nosotros burbujeando en su salsa pachitay, con vegetales orientales y porción de arroz frito. Puro amor, digámoslo así. //
MENÚ ESPECIAL
No deje de consultar por el anexo a la carta regular, con platos de temporada. La selección no es muy larga, pero contempla aperitivo, entrada, fondo, postre y un coctel. El hilo conductor es el agua: del Pacífico al Amazona.
Dirección: Pardo y Aliaga 672, San Isidro 955 372 225