El mundo se siente cansado y, aunque empezamos a ver una pequeña luz al final del túnel por la llegada (a cuentas gotas) de la vacuna, aún nos falta el último estirón. Las cosas cambiaron y no volverán a ser como antes. Entonces, ¿por qué en vez de querer regresar a como estábamos, no miramos más bien hacia adelante? Definitivamente es más fácil decirlo que hacerlo.
En la práctica resulta más complicado ya que nos encontramos levantándonos de a pocos después de la primera tormenta, sacando adelante nuestro emprendimiento, levantando nuestro negocio, liderando equipos que también están cansados, buscando trabajo, entre muchas otras cosas. Vendrán más momentos de presión y necesitamos continuar preparándonos mental y emocionalmente. ¿Qué podemos hacer? A continuación les compartimos algunas recomendaciones que les pueden ser útiles.
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1. Es ahora cuando nos toca fortalecer nuestra resiliencia, nuestra habilidad para sacar fuerzas y vencer los retos u obstáculos que se nos presenten. En esta etapa nuestra resiliencia dependerá mucho de nuestra firmeza, decisión y perseverancia frente a los retos. Incluso necesitaremos desafiar el aburrimiento, el desgaste físico, mental y emocional ocasionado por la pandemia. Nuestra mentalidad de crecimiento será una herramienta clave, pero debemos saber cómo balancear el ser permisivos con nosotros mismos sin caer en nuestra zona de confort. Necesitamos continuamente buscar maneras de energizarnos.
2. Nuestra empatía, sensibilidad y vulnerabilidad se pondrán a prueba. Necesitaremos estar más abiertos a escuchar y tener la sensibilidad para entender que todas las realidades son distintas. Levantemos la mano y pidamos ayuda; compartamos nuestras dudas y miedos con nuestros equipos, colegas o amigos y tomemos ese segundo aire. No se trata de suprimir los sentimientos de miedo, frustración o enojo. Aceptemos que seguimos experimentando cambios y que con ellos llega un proceso de aceptación y adaptación. Recordemos que las crisis traen consigo nuevas ideas, innovación y, aunque a veces no lo podamos ver, también traen crecimiento.
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3. Parte de este cansancio se debe también a la falta de barreras entre el teletrabajo y la casa. El trabajo invadió nuestros hogares, nuestros tiempos personales y espacios. No esperamos que esto cambie en los próximos meses, pero sí podemos cambiar los hábitos que venimos poniendo en práctica. Pongamos un límite en nuestros horarios de trabajo y tiempos de respuesta sin cargo de conciencia. Desconectémonos del teléfono y el Whatsapp, y recordemos que podemos decir que “no” dando siempre alguna alternativa.
4. No perdamos el enfoque. Con tantas cosas pasando a nuestro alrededor y siendo -muchas veces- más de lo mismo, no es fácil concentrarnos y digerir todo lo que necesitamos hacer para salir adelante. Escribe tus metas y prioridades, revísalas cada semana, ponte fechas límites y ve cómo vas con tus avances. Quitemos las excusas del camino.
5. No nos olvidemos de nosotros. Esto lo sabemos, pero muchas veces no lo ponemos en práctica. Forcémonos a tener un espacio (aunque sea por corto tiempo) para nosotros. Leer, hacer ejercicio, conectar con los amigos, comer sano, descansar y dormir bien.
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6. Encuentra maneras de ayudar a tu comunidad. Siempre habrá alguien que la esté pasando peor que tú: busca y pregunta cómo podrías brindar apoyo. El estar agradecidos por lo que tenemos es fundamental y nos ayudará también a ver las cosas y el futuro desde otra perspectiva.
Pensemos diferente, disfrutemos del momento y aceptemos que el mundo cambió. Seguro sentimos añoranza por lo que fue, pero podemos aprender a mirar hacia adelante explorando nuevas opciones. Es importante ver las dos caras de la moneda: siempre tendremos la opción de ver el vaso medio lleno o medio vacío. El secreto está en elegir con cuál nos queremos quedar.
*Raphaela Berckemeyer y Claudia Vallejo son coaches ejecutivas certificadas por la Universidad de Columbia en NY. Dirigen la empresa de coaching y consultoría de liderazgo Motusv2b.com / @motusv2b
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