El verano llegó con todo: días soleados, noches calurosas... y si te paras unos minutos al sol, quizá sientas que te derrites cual helado mientras el sudor empieza a aparecer en cada zona de tu cuerpo. Y es que el cuerpo suda como un mecanismo de termorregulación; es mediante la sudoración que libera calor con el objetivo de que tu temperatura corporal se mantenga exactamente en donde debe estar.
Pero al sudar no solo pierdes agua, sino también minerales importantes que debemos reponer. Entonces te pregunto, ¿te estás hidratando bien? Porque si tu estrategia de hidratación es solo “tomar más agua”, agárrate que estoy a punto de darte tres verdades que van a revolucionar tu verano.
El agua sola NO ES la única opción (y no, la cerveza tampoco)
Aunque suene extraño, tomar litros y litros de agua no siempre es la mejor opción. Sí, el agua es clave en nuestra salud y es parte de cada célula de nuestro cuerpo, y sí, debemos consumirla a diario. Pero si hablamos de una hidratación inteligente, no podemos olvidar los electrolitos: esos minerales que cumplen funciones importantes, como el sodio, potasio, calcio, magnesio, cloruro y fosfato.
Por eso, incluir frutas y verduras ricas en agua, pero también en electrolitos, como el melón, la sandía, el pepino, las hojas verdes y los frutos rojos, es un buen complemento. Como digo yo, “cómete tu agua”.
Tomar ocho vasos de agua al día no aplica para todos
Y esto por la sencilla razón de que todos poseemos requerimientos distintos y un estilo de vida diferente. Si tienes sed, toma agua (¡con tus electrolitos!). Si haces deporte, o te expones al sol, entonces necesitarás más. Una buena forma de asegurar una ingesta continua es llevar un tomatodo contigo, incluso hasta colocar un recordatorio en el teléfono o una alarma si recién estás formando el hábito.
Hay una recomendación general que es multiplicar 35 ml por tu peso, es decir, si pesas 60 kg entonces sería 35 ml x 60 kg = 2.100 ml o 2,1 l de agua al día. Pero ojo, esto es un aproximado y como hemos dicho antes, debemos considerar otros factores como la edad, actividad física, condición clínica y el contexto de cada persona en general.
TE PUEDE INTERESAR: La dieta détox que tu cuerpo no necesitaSi ya tienes sed estás un poco tarde
Es como esperar a que tu auto se quede sin gasolina para ir a llenar el tanque. Hidratarse debe ser algo que hacemos durante el día, todo el día. Por eso hacerlo antes de tener sed debe ser un hábito (usar un tomatodo cae a pelo). Además, ¡puedes darle variedad y sabor a la situación! Agrega rodajas de frutas, como naranja, pepino y piña, o algunas hojas como la albahaca.
Si quieres, puedes incluir infusiones frías como la hierbaluisa, menta, manzanilla, o incluso té o té verde. Pero ojo al piojo con estos dos últimos, ya que si los tomas muy tarde entonces podrían afectar tu calidad de sueño. ¿Y qué hay del café? Se ha visto que una ingesta moderada (1 a 2 tazas al día, en la primera parte del día, siempre y cuando no haya una contraindicación) podría ayudar a cubrir el requerimiento diario de líquido.