DAVID CUEN @davidcuen BBC Mundo
Microsoft anunció que comprará a Nokia por US$7.200 millones. El acuerdo quizá les parezca familiar porque resulta que dos años atrás ambas empresas habían formado una alianza que lanzaron con bombo y platillo.
En dicho acuerdo Nokia se comprometía a fabricar casi exclusivamente teléfonos Windows. Stephen Elop, el entonces nuevo director de la telefónica finlandesa era un ex empleado de Microsoft. Durante semanas Nokia se había debatido entre optar por Android o Windows. Y sorprendió a todos escogiendo a Microsoft.
Ahora ambas compañías vuelven a sorprendernos en un acuerdo que aunque alabado por analistas financieros no pareciera tener tanto sentido en el mundo tecnológico.
La primera pregunta es ¿por qué Microsoft quiere gastar más de US$7.000 millones cuando la alianza que tenía con Nokia era gratis? El otrora gigante finlandés ya fabricaba teléfonos Windows y la empresa de Steve Ballmer proveía el software.
En la arena pública la respuesta es que al adquirir a la compañía europea, la creadora de Windows tendrá más control sobre todo el proceso de distribución desde la creación del software hasta la distribución de los aparatos telefónicos.
Bajo esta óptica Microsoft estará en una posición más dominante que podría permitirle amenazar al duopolio formado por Google con Android y Apple con iOS.
En el fondo la empresa del noroeste de Estados Unidos está pasando del modelo Google creación de software y alianza con fabricantes, al modelo Apple -creación de un producto de principio a fin.
¿Pero tiene Microsoft el mismo empuje que Apple?
Windows Phone ha sido recibido moderadamente por analistas que ven al ecosistema como una buena entrada al mercado inteligente, pero no como una seria competencia para Android o iOS. Por su parte Nokia es vista como una empresa que fabrica teléfonos de alta calidad, acompañados por un software de mediana estatura.
La pregunta en el fondo es si el acuerdo podría llevar a la empresa de Balllmer a producir teléfonos lindos pero con aplicaciones que no estén a la altura.
Ya una empresa está caminando esa ruta. Los nuevos teléfonos BlackBerry han sido elogiados por su características técnicas, pero criticados por sus aplicaciones. Hay quienes incluso sugieren que Microsoft debió haber comprado a RIM (creadora de BlackBerry) y haber adaptado su programa Office a los clientes corporativos.
En privado la respuesta a por qué Microsoft compra a Nokia tiene muchas teorías y especulaciones.
Las más fuertes apuntan a que Nokia habría amenazado con cambiar a Android ante las bajas ventas de los teléfonos Windows o a que los problemas financieros de la telefónica hacían urgente una intervención por parte de su socio estadounidense.
Bajo esta hipótesis Microsoft habría tenido que comprar Nokia para evitar que su sistema operativo Windows Phone se quedara sin fabricantes. Si bien HTC y Samsung también fabrican teléfonos Windows, lo cierto es que apuestan más fuerte por Android.
Otros dicen que la jugada es parte de un movimiento que verá a Stephen Elop, quien regresa a Microsoft para dirigir la operación móvil de la mano de Nokia, reemplazar a Steve Ballmer al frente de la creadora de Office, dado que éste último anunció que se retirará del cargo.
Pero los analistas apuntan a que las credenciales de Elop se han visto dañadas en los últimos años. Nokia pasó de tener un 37% del mercado a sólo un 5% gracias a los mercados de América Latina y África. Desde que Elop asumió las riendas de la empresa el valor de sus acciones ha perdido más del 80%.
Pase lo que pase, lo cierto es que forzada o no Microsoft está apostando todas sus fichas a que el acuerdo con Nokia posicione a sus teléfonos Windows como un serio competidor para Google y sus amigos (¿alguien dijo Samsung?) y Apple.
¿Podrá lograrlo?
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