La NASA subvencionó con US$125.000 a un ingeniero mecánico que busca construir una máquina capaz de imprimir pizzas. El invento serviría para producir alimentos que puedan ser consumidos por los astronautas en largos viajes espaciales.

Expertos del Laboratorio de Síntesis Informática de la Universidad de Cornell elaboraban a finales del 2010 una impresora de alimentos en 3D, como parte del proyecto Fab@home y esperaban que sea tan común como el horno microondas.

Chocolate líquido chorrea por esta máquina siguiendo un diseño predeterminado y, gradualmente. Con cada capa que se va a enfriando se crea una escultura tridimensional y comestible. Fue desarrollada por un grupo de científicos de la Universidad de Exeter (Reino Unido).

La empresa Modern Meadow (EE.UU.) está desarrollando una bio-impresora 3D. Funciona con cartuchos de bio-tinta hecha que contienen cientos de miles de células vivas. Una vez impresas en la forma deseada, las partículas se fusionan naturalmente para formar el tejido vivo, en este caso, una carne de hamburguesa.

Amit Zoran, ingeniero del Instituto Tecnológico de Massachusetts, creó una flauta traversa en un programa de diseño y la imprimió, durante 15 horas, en cuatro partes. Un músico la probó y, si bien había algunas fallas en el diseño, el sonido que desprendió la flauta fue óptimo.

Científicos de la Universidad de Cornell demostraron que es posible crear orejas de reemplazo a partir de impresoras de tercera dimensión e inyecciones de células vivas. El trabajo es un primer paso para que un día se cultiven orejas nuevas y personalizadas, las cuales se implantarían en niños que nacen con malformaciones o en aquellas personas que pierden una oreja por accidente o enfermedad.

DUS Architects, un estudio holandés, planea construir la primera casa impresa en 3D a orillas del canal Biuksloter, en Ámsterdam. Para esta misión piensan usar el Kamer Maker, una impresora 3D que es, en realidad, una habitación de dos metros por lado y 3,5 de alto que imprime objetos y con la que se espera ir armando las partes de la casa para montarlas luego en el terreno.

El británico Eric Moger se convirtió en un ejemplo de la aplicación que pueden tener en la medicina las impresoras 3D. Los médicos usaron una impresora para reconstruir las partes del cráneo que le fueron retiradas durante una operación para extirparle un tumor.

El grupo Defense Distributed , que cree que todos tienen el derecho a poseer un arma, produjo la primer arma del mundo realizada con una impresora 3D. Fue realizada con una máquina de US$8.000 que imprime cada componente en base a capas de plástico.