Una taquígrafa que lleva el registro de las sesiones de la cámara baja del Congreso de Estados Unidos tuvo que ser expulsada durante la sesión en la que se debatía el final del cierre de gobierno, la cual interrumpió para lanzar una dura prédica religiosa contra los congresistas.
Dianne Reidy aprovechó el momento en que los congresistas votaban para dirigirse al podio y empezar su alocución, en la que clamó un discurso que intentaba mostrar su decepción por las decisiones congresales.
¡No podremos burlarnos de Él, no podremos burlarnos de Él! ¡La gran decepción aquí es que Estados Unidos no es una nación ante Dios y nunca lo fue! ¡Nunca lo fue! Porque los masones escribieron la Constitución. ¡Ellos están contra Dios!, dijo.
La congresista Ileana Ros-Lehtinen, quien presidía la sesión, intentó detener el escándalo golpeando el martillo sobre la mesa repetidas veces, pero no tuvo éxito.
Los agentes de seguridad se llevaron a Reidy y la sacaron del recinto, para luego conducirla a un hospital con el fin de que sea atendida, informó ABC.