A veces, los peores antojos de comida aparecen cuando emocionalmente te encuentras en el punto más débil. Puede que consciente o inconscientemente recurras a la comida en busca de consuelo cuando te enfrentas a un problema difícil, cuando te sientes estresado o incluso cuando estás aburrido.
Comer por motivos emocionales puede sabotear tus esfuerzos para bajar de peso porque, a menudo, terminas comiendo demasiado, especialmente muchos alimentos ricos en calorías, azúcar y grasa. Lo bueno es que si eres propenso a comer por motivos emocionales, puedes tomar algunas medidas para recuperar el control de tus hábitos alimenticios y volver a encaminarte en tu objetivo de perder peso, explica Mayo Clinic.
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Comer por motivos emocionales es una forma de suprimir o calmar esas emociones negativas, como estrés, ira, temor, aburrimiento, tristeza y soledad. Los eventos importantes de la vida o, más comúnmente, las premuras de la vida cotidiana pueden desencadenar emociones negativas que conducen a una comer por motivos emocionales y perturban los esfuerzos para bajar de peso. Estos desencadenantes podrían incluir:
- Conflictos en las relaciones personales- Trabajo u otros factores estresantes- Cansancio- Presiones financieras- Problemas de saludAunque algunas personas comen menos cuando se enfrentan a emociones fuertes, si te encuentras en una situación de angustia emocional, podrías recurrir a comer impulsivamente o en exceso y consumir rápidamente lo que esté a tu alcance, sin ni siquiera disfrutarlo.
De hecho, tus emociones pueden llegar a estar tan ligadas a tus hábitos alimentarios que automáticamente buscas un bocadillo cuando te enojas o estresas, sin pensar en lo que estás haciendo.
La comida también sirve como distracción. Cuando, por ejemplo, estás preocupado por un evento que se avecina o no dejas de pensar en un altercado, a lo mejor te concentres en ingerir comida reconfortante, en lugar de lidiar con la situación dolorosa.
Sean cuales sean las emociones que te lleven a comer en exceso, el resultado final suele ser el mismo. El efecto de la comida es temporal, las emociones regresan y probablemente sientas el peso adicional de la culpa por haber retrocedido en el camino hacia tu meta para el peso. Esto también puede llevar a un círculo vicioso: tus emociones disparan el impulso de comer en exceso, pero luego te culpas por desviarte de tu meta para el peso y debido a que te sientes mal, nuevamente, comes en exceso.
Volver a encarrilarteCuando las emociones negativas amenacen con desencadenar la ingesta por motivos emocionales, toma medidas para controlar los antojos. Prueba estos consejos para ayudarte a evitar comer por motivos emocionales:
Lleva un diario de comidasAnota lo que comes, cuánto comes, cuándo comes, cómo te sientes cuando comes y cuánta hambre tienes. Con el tiempo, posiblemente encuentres patrones que muestran la conexión entre tu estado de ánimo y la comida.
Domina el estrésSi el estrés contribuye a que comas, prueba las técnicas para controlar el estrés, como el yoga, la meditación o la respiración profunda.
Verifica si realmente tienes hambre¿Sientes hambre físicamente o es una reacción emocional? Si comiste hace solo unas horas y tu estómago no hace ruidos, probablemente no tengas hambre. Dale tiempo al antojo para que pase.
Busca apoyo Eres más propenso a comer por motivos emocionales cuando careces de una buena red de apoyo. Apóyate en tu familia y amigos o considera unirte a un grupo de apoyo.
Lucha contra el aburrimientoEn lugar de comer bocadillos cuando no tienes hambre, distráete y opta por un comportamiento más saludable. Ve a dar un paseo, ve una película, juega con tu gato, escucha música, lee, navega por Internet o llama a un amigo.
Elimina la tentaciónNo tengas en casas esos alimentos tan tentadores y difíciles de resistir. Cuando te sientas enojado o triste, pospón el viaje al supermercado hasta que tus emociones vuelvan a la normalidad.
No te prives En el esfuerzo por perder peso, tal vez limites demasiado las calorías, comas los mismos alimentos una y otra vez y te prohíbas gustos. Todo eso puede aumentar tus antojos, especialmente ante una emoción fuerte. Come alimentos saludables en cantidad suficiente, date un gusto ocasionalmente y varía mucho la comida para ayudar a frenar los antojos.
Come bocadillos saludables Si sientes la necesidad de comer entre comidas, elige un bocadillo saludable, como frutas frescas, vegetales con un aderezo bajo en grasa, nueces o palomitas de maíz sin mantequilla. De igual manera, prueba la versión baja en calorías de tus alimentos favoritos para ver si satisfacen el antojo.
Aprende de los erroresSi llegas a comer por motivos emocionales, perdónate y comienza de nuevo al día siguiente. Trata de aprender de la experiencia y haz un plan para evitarla en el futuro. Concéntrate en los cambios positivos que haces en tus hábitos alimentarios y felicítate porque gracias a ellos serás una persona más sana.
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Si ya intentaste estas alternativas, pero no puedes controlar el comer por motivos emocionales, considera hacer terapia con un profesional de la salud mental. La terapia te puede ayudar a entender por qué comes ante un motivo emocional y enseñarte cómo hacer frente a las situaciones.
Además, puede ayudarte a descubrir si tienes un trastorno alimentario que podría relacionarse con tu hábito de comer por motivos emocionales.Fuente: Mayo ClinicSíguenos en Twitter:
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