Un gran porcentaje de la población se enfrenta a la pregunta “cómo dormir rápido”. En muchos casos se debe a la vorágine de la vida actual, colmada de dispositivos electrónicos, largas jornadas laborales y rutinas estresantes. En otros más complejos se debe a un insomnio agudo.
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El insomnio muchas es veces es “tomado a la ligera”, pero sin embargo es un trastorno severo del sueño frecuente que puede hacer que las personas no se puedan dormir por completo, o se mantengan despiertas por muchas horas (1 de cada 5 habitantes lo padece). Esto las pone en riesgo y les trae complicaciones en su salud.
Una de ellas es el cansancio persistente en los momentos en que se despierta. Además, afecta al estado de ánimo, niveles de energía para la práctica de deportes y actividades saludables, desempeño laboral y calidad de vida en general.
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Las personas que sufren insomnio también son más propensas a padecer accidentes domésticos o de tránsito por sus elevados niveles de distracción.
En promedio, los médicos recomiendan entre 7 y 8 horas de descanso todas las noches, aunque este rango puede variar de acuerdo al estado general de salud de la persona. Cuando hay insomnio, es imposible llegar a esta meta.
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Las personas que sufrieron un acontecimiento traumático (divorcio, fallecimiento de un ser querido, pérdida de un trabajo o pelea), son propensas a padecer insomnio a corto plazo, pero no deben preocuparse creyendo que eso durará por siempre.Quienes sostienen un estilo de vida de estrés, están expuestos a dispositivos electrónicos por más de 8 horas diarias sin descansos y no encuentran momentos de ocio o placer en sus rutinas, sí están enfrentándose a una complejidad más sostenida en el tiempo.
Es importante diferenciar un cuadro de insomnio agudo y sostenido, de una molestia para conciliar el sueño. En el primer caso es necesario recurrir al asesoramiento y asistencia profesional (clínica, psicológica y hasta neurológica en algunas instancias), mientras que en el segundo hay distintos hábitos que se pueden incorporar para revertir la situación.
Tips y recomendaciones para dormir rápido
En muchos sitios de internet hay consejos para dormir rápido que no son del todo efectivos, o al menos no contemplan la situación particular de cada individuo. Por ejemplo, la famosa técnica “4-7-8″, descubierta en Harvard por un profesor llamado Andrew Weil.
La misma aconseja:
- Cerrar la boca e inhalar por la nariz contando 4 segundos.
- Aguantar la respiración durante 7 segundos.
- Espirar todo el aire contenido en los pulmones durante 8 segundos generando un sonido fuerte y liberador.
- Este procedimiento se debe repetir tres veces seguidas en la cama antes de dormir. Según el experimento, en 60 segundos la persona debería estar dormida. La técnica mezcla algunas sugerencias de respiración propias de la meditación budista.
Del estilo, existen otros procedimientos para dormir rápido como “la técnica de los 120 segundos”, y similares. Lo cierto es que estos instructivos no siempre funcionan o son la opción ideal para cada persona en particular.
Hábitos saludables que lo pueden ayudar:
- Evitar el contacto con pantallas de dispositivos electrónicos la hora antes de dormir. Esto incluye celulares, tablets, televisores, etc.
- Escuchar música relajante (descartar opciones como la radio) en un volumen bajo para distender la mente y conectar con la relajación.
- Darse una ducha caliente por las noches y mantener los ojos cerrados en un ambiente de vapor.
- Evitar luces muy claras o fuertes (optar por iluminación tenue u oscuridad).- Realizar ejercicios de respiración básica (inhalar por nariz y exhalar por boca). Está comprobado que este procedimiento pone la concentración en el tránsito del aire y desvía los pensamientos negativos y preocupaciones.
- Si existiera alguna costumbre particular que facilite el sueño, aplicarla. Ya sea la utilización de determinada almohada, la fragancia de alguna esencia relajante (tilo, lavanda, malva) o cualquier otro hábito satisfactorio.
La Nación, Argentina/GDA
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