Mónica Zevallos creía que su tiempo en la televisión había terminado definitivamente. No buscaba volver, tampoco esperaba que alguna propuesta llegara. Hasta que recibió la invitación para unirse a la cuarta temporada de “El Gran Chef: Famosos”.
“Honestamente, pensaba que la televisión había acabado para mí. Cuando mis hijos me decían que vuelva, les respondía que ya estoy vieja, que hay nuevas generaciones, que mi tiempo ya pasó”, comenta la popular ‘Suavecita’.
Zevallos Salazar desconocía de la existencia del programa de entretenimiento gastronómico de Latina hasta que la productora Alexandra Olaechea se comunicó con ella para proponerle formar parte.
“A Ale la conozco, confío en ella y sé que me conoce lo suficiente como para saber qué es bueno y qué puede ser malo para mí. Me dijo que era un programa familiar, ameno, blanco. Luego me mandó unos links para verlo y poder tomar una decisión. La verdad es que me encantó, pero sentía que no encajaba porque desde hace mucho tiempo no estaba en televisión. Temía hacer un papelón. Pedí consejos a mis hijos y amistades. Todos coincidieron en que debía aceptar. Finalmente, aquí me tienes”, destaca.
“Y desde que llegué me han hecho sentir especial. En la conferencia de prensa tuvieron la consideración de presentarme al final, aunque siento que no lo merecía porque mis compañeros trabajan actualmente más que yo en el medio. Y el recibimiento de la gente también fue increíble. Pensé que ya no se acordaban de mí. Esto es como un sueño”, enfatiza.
Sus inicios
─¿Es verdad llegaste a la televisión de casualidad, que no te atrajo siempre?
Totalmente. Creo que nadie sabe esto, pero yo quería estudiar educación especial, en niños con problemas, pero mi mamá se opuso. Decía que era demasiado sensible, que asumía como propios los problemas de otros, que me podía afectar y terminar enfermándome. Por eso un día me llevó a un amigo suyo de la Universidad de Lima. Terminé sentada en una reunión que no sabía para qué era. Cuando pregunté dónde estaba el departamento de educación, me dijeron que no había, pero que podía hacer programas de educación en el departamento de comunicación. Así me lo vendieron. Y como yo siempre he sido muy complaciente, terminé estudiando comunicaciones con Claudia Doig y Ramiro Morote. Fue él quien luego me llevó a Canal 7. Me dijo que estaban buscando practicantes. Quería hacer prácticas en producción y terminé conduciendo “Esta mañana”, el noticiero de las 7 a.m.. Me recogían de mi casa todos los días, a las cuatro. Nos maquillábamos alumbrándonos con velas porque eran tiempos de apagones por el terrorismo.
─¿Y cómo llegas a “Fantástico”?
Cuando estaba en el canal del Estado, me llamaron de Panamericana TV para conducir ‘”El baúl de la felicidad”, un programa que no llegó a salir, pero me pagaban mensualmente. A mí, sinceramente, me daba vergüenza hacer mi cola para cobrar sin haber trabajado. Faltando tres meses para que acabe mi contrato, me obligaron a ingresar a “Fantástico”. Yo no quería, llegaba a mi casa a llorar. No me sentía cómoda. No usaba vestidos pegaditos como los que usaban en el programa. No lo disfruté porque no era mi estilo. Era muy chica, tenía como 21 años. Éramos once conductores, demasiados. Creo que eso dañó al programa que terminó saliendo del aire.
─Los talk show “Mónica” y “Entre nos” marcaron una etapa importante en tu carrera. ¿Cómo recuerdas esos programas?
Con cariño. Me gustó esa etapa. En la medida que los programas de talk show fuesen casos sencillos, que no se parecieran a los que Laura hacía en ese entonces, todo estaba bien. Recuerdo que, cuando el rating bajaba, la producción quería cambiar los temas de grabación, por algo así como: ‘Mi marido me engaña’. No aceptaba, aunque sabía que la promoción ya había salido, porque, al final, era yo quien daba la cara.
─¿Alguna vez te enfrentaste a un caso falso?
Nuestros casos eran sencillos, pero no había motivo de traer casos falsos. Alguna vez sí me pasó que mientras iba entrevistando, me daba cuenta que la persona estaba mintiendo porque una vez que se le acababa el libreto ya no sabía qué decir. En esos casos suspendíamos la grabación. Me gustó esa época, era árdua, pero la disfrutábamos.
─¿En ese tiempo competías con Laura Bozzo?
Creo que no en horarios. En esa época salieron muchos talk show. Con ella, más que competencia, era que salimos casi a la vez. También pasó en el exterior. En Estados Unidos ella estaba en un canal, y yo en otro. No puedo negar que tenia más éxito entre comillas. Lo digo así porque tenemos diferentes conceptos de lo que es el éxito. En la calle cuando me han preguntado si soy la señorita Laura, la peruana, les digo que soy Mónica. No me gustaban las comparaciones porque, obviamente, teníamos conceptos diferentes.
─¿Qué te parece el talk show de Andrea Llosa en ATV?
Sinceramente, no lo he visto. No veo mucha televisión.
─Si tuvieses que elegir solo un programa de los que has hecho ¿con cuál te quedarías? ¿Cuál te satisfizo más?
Con “Vale la pena soñar”. Y siempre va a ser así. Llegó a muchos hogares, era para toda la familia. Todos podían verlo y disfrutar. Era hermoso. Cuando pones la música de entrada, la gente se acuerda. Estuvo Ricky Tosso, mi amigo. Lo recuerdo con mucho cariño. Hemos compartido grandes cosas: viajamos juntos, le enseñó a manejar bicicleta a mi hijo. Era muy culto, callado, serio. Era maravilloso.
─¿Cómo nace La Suavecita’?
Me lo pone un periodista en la conferencia de prensa del primer talk show, “Entre nos”, luego que mi productor le dice que seré más suave que otras conductoras.
─También tuviste un programa con cómicos ambulantes, “Los Reyes de la rida”. ¿Te sentías cómoda en ese espacio?
Fue un éxito. Salió en Astros. Lo recuerdo con gran cariño. Me sentía muy cómoda. Llegamos a 45 puntos de rating. Cuando voy a algún restaurante en Miami o en Boston, la gente me reconoce y me menciona ese programa. Me han escrito contándome que hasta en Japón lo ven por YouTube. Estos chicos tenían ese don natural de hacer reír. Eran ellos mismos. No estaban con maquillaje ni vestuarios. Luego muchos de ellos empezaron a trabajar en televisión, a surgir. A algunos les fue bien. Otros perdieron su esencia, lo natural.
─¿En Miami a qué te dedicas?
Allá trabajo con Sandra del Castillo, una peruana broker muy capa, que tiene una empresa de real state (bienes raíces). Hice el curso, di el examen, y empecé a trabajar con ella porque no quiero atarme a horarios. Tengo una hija viviendo en otro estado, también tengo que ver a mi mami, por lo menos una o dos veces al año. Trabajar de ese modo también me permitió estar aquí.
─¿Cuál es tu sueño?
Este es mi sueño.
Disfruta el presente
¿Qué va a pasar después? A Mónica no le preocupa lo que le depare el futuro. Tampoco tiene tiempo para pensar en ello, pues está ocupada disfrutando el presente. “Ya me llenaron el espíritu completamente. Me siento renovada. Mis hijos me dicen que desde el día de la conferencia de ‘El Gran Chef’ tengo un brillo de felicidad en mis ojos. Solo espero que la gente me siga queriendo cuando vea el desastre que voy a hacer en la cocina”, sentencia entre risas.
La cuarta temporada de “El Gran Chef: Famosos” se estrena el 9 de octubre a las 8: 00 p.m. por Latina.
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