DIEGO PAJARES

Cada fin de semana la vemos enfrentar cara a cara a parejas y padres abusivos. Aunque Nunca más nos recuerde, por momentos, oscuros pasajes de la televisión nacional, su conductora, Andrea Llosa, confía en su trabajo.

¿Las cámaras escondidas de tu espacio tienen un límite? Son una herramienta fundamental para nosotros. [La protagonista del caso] va a enfrentarse al hombre que la maltrata y este la insulta, pero después, cuando vamos nosotros, dice que jamás haría algo así. Estas pruebas sirven para las autoridades.

Ustedes incluso usan a colaboradores incógnitos para causar esas reacciones. No estamos provocando ni exponiendo. Lo que hacemos es decirle al protagonista del caso: Anda y enfréntalo. Siempre hay un policía vestido de civil que no va a permitir que le peguen y, si es así, es el indicado para llevar al agresor a la comisaría.

¿Tienen en cuenta la privacidad? Para mí, este tipo de gente no tiene derecho a ningún tipo de privacidad. Lo digo tajantemente porque nos referimos a personas que abusan, maltratan, que no respetan a mujeres ni a niños. La privacidad de los agresores me importa un pepino.

Sin embargo, se ven los pleitos y discusiones en pantalla. ¿Es necesario mostrar todo eso? Sí, es necesario mostrarlo, porque estamos en un país donde los derechos de la mujer y el niño son vulnerados. Las leyes en el país no ayudan.

¿No crees que al mostrar tanta violencia en TV en lugar de combatirla la promueves? Todo lo contrario. De esta manera se para la violencia, nos ha pasado muchas veces. Los agresores se sienten descubiertos; y cuando los expones, se calman.

¿No hay represalias contra los denunciantes? No nos ha pasado. Al contrario, mostrar la realidad siempre nos ha ayudado. Si hubiera sucedido alguna represalia, no seguiría con un programa como este.

Pasó con El valor de la verdad que, al exponer un caso, terminó en tragedia. No tiene punto de comparación porque la participante fue allí a ganar dinero. Acá la gente viene a que la ayudes. Todos son casos judicializados, todos han ido a la fiscalía y llegan al programa como último recurso. Siento que estamos ayudando. No regalamos cosas, sino la asesoría legal y la ayuda psicológica.

Pero el uso de cámaras escondidas inevitablemente nos recuerda a Laura Bozzo. No entiendo algún tipo de comparación con Laura Bozzo por una sencilla razón: todos mis casos son reales. Además, lo de Laura Bozzo es un tema estigmatizado. Si regalo un carrito sanguchero –y me lo han pedido–, me fregué, no hay forma.

¿No deberían considerar autorregularse en los contenidos de Nunca más? No. Estoy completamente tranquila con lo que muestro. Sé que es un programa que siempre estará al límite.

¿Cambiarías ese estilo apasionado con el que enfrentas cada caso? No soy una animadora infantil, no tengo esa onda. Te muestro la realidad, si no te gusta, cambia de canal. El estilo lo tengo, tendría que volver a nacer para ser de otra manera. A veces me paso, es cierto, pero me controlo. Mientras que todo lo hagas con honestidad, está bien.

¿Cómo vas con los reclamos? Toda la vida me vienen con cartas notariales, hasta de notas que no han salido. En denuncias tengo una de un congresista de cuando estaba en Día D y otra de Elmer Yaipén.

Dijo que te habían pagado por hacer un reportaje Eso no tiene ni pies ni cabeza.

Fuiste enfática en decir que no aceptarás disculpas No quiero disculpas, quiero 100 mil soles. Todo para la niña que en Chiclayo es señalada como supuesta hija de Elmer Yaipén.