¿Por qué escoger el río para viajar por Europa? Los cruceros fluviales tienen cada vez más adeptos entre los viajeros del Viejo Mundo; y en lo que coincide la mayoría de ellos es que optan por esta nueva manera de viajar porque disfrutan más de los paisajes a bordo desde cómodas instalaciones; porque desembarcan en el centro de las ciudades y porque la gran ventaja de viajar en una embarcación naviera es que no hay que hacer maletas ni cambiar de habitación cada vez que se pretende conocer un destino nuevo. Navegar y amanecer en una ciudad distinta cada día es también otro gran beneficio de viajar en barco, sin pasar por tediosos trámites migratorios y de transporte.
Los cruceros fluviales, a diferencia de la mayoría de los barcos marítimos, son mucho más pequeños, ya que tienen que ingresar por ríos y recorren incluso canales estrechos, por lo que no pueden ser muy grandes. En esto también radica el encanto de estos viajes navegables. Mientras menos personas, más exclusivo y personalizado será el servicio a bordo.
La capacidad de estos barcos oscila entre 70 y 300 pasajeros y tienen una categoría entre 3 y 5 estrellas, que se diferencian entre sí por el tipo de camarotes. Los recorridos van entre 4 a 27 días y los rangos de precios dependen de qué tan exclusivo sea el servicio. Calcule entre 80 y 120 euros el día.
Los más económicos cuentan con cabinas dobles o triples totalmente equipadas con ducha y ventana, mientras que los más lujosos disponen de balcón privado.
En cuanto a los servicios, ofrecen todas las comidas, espectáculos y conferencias a bordo. Lo que en algunas empresas se cobra aparte son las visitas turísticas. No en todos los casos. Por ejemplo en los viajes temáticos las excursiones en tierra son parte de la travesía.
ITINERARIOS A LA MEDIDA Las navieras especializadas en los ríos de Europa han creado diversos recorridos temáticos. Para empezar las rutas más populares son las que recorren el río Rin y atraviesan Suiza, Austria, Alemania, Francia y Holanda; las que navegan por el río Elba, que va de Alemania a la República Checa; así como la del Sena, que recorre Francia, y el río Po, en Italia. A través de pequeñas embarcaciones que surcan los ríos del Viejo Continente se llega hasta las ciudades que han crecido mirando a sus puertos.
MELODÍAS DEL DANUBIO Un recorrido con un promedio 11 días es el que va por el río Danubio. Este itinerario pasa por Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Yugoslavia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Eslovenia, Bulgaria, Rumania y también Ucrania.
El viaje largo por el legendario Rin lo llega en ocho días a los castillos de Marksburg y Heidelberg. Pasa por Colonia, para admirar su catedral gótica y sus bosques. El próximo desembarco es en Estrasburgo, donde destaca el gran Parlamento Europeo y se recorre sus históricas calles en busca de sus fabulosas iglesias medievales, sus puentes y la arquitectura Art Nouveau que impera en esta localidad, que tiene tanto influencia francesa como alemana.
Un trayecto más extenso es el de 15 días que recorre la región alemana de los vinos, por la tradicional ciudad de Colonia, pasa por la cosmopolita Ámsterdam y llega hasta Bélgica.
Hay travesías más especializadas y románticas como las que van por la Ruta de los Tulipanes, en Holanda, diseñadas para los amantes de la naturaleza que programan su viaje para la primavera. Este trayecto llega también hasta la parte medieval de la antigua Bélgica en Amberes y la hermosa Brujas. Todo esto acompañado de los mejores chocolates de la región.
Las rutas del Danubio ofrecen un viaje en el tiempo, por travesías que llegan a las ciudades que inspiraron a sus clásicos músicos y artistas, como Viena y Bratislava, y escenarios naturales como la Región de los Lagos, en Austria. Estas mágicas ciudades se unen con Múnich, en Alemania, por caminos fluviales que tienen como paisaje una Europa secreta y tradicional.
Otra de las rutas del Danubio parte de la romántica República Checa, cruza por encantadores poblados, como salidos de un cuento, como Cesky Krumlov. Este viaje incluye también degustación de vinos en el valle de Wachau y va hasta las históricas ciudades de Viena y Budapest.
LA CIUDAD LUZ Y NORMANDÍA Combinar en un solo viaje París con la belleza de la campiña francesa de Normandía es posible en una travesía de ocho días donde impera también la arquitectura gótica de Rouen y los exquisitos jardines de Giverny, inspiración de Claude Monet durante años. Caminos por las calles empedradas de Vernon. El viaje culmina en una de las ciudades más bellas del mundo, en paseos por el Sena a través de la romántica París.
Este año se han inaugurado nuevos itinerarios como el que llega al centro de la Alemania navegando al entre Frankfurt y Nuremberg y explora Baviera hasta el castillo de Heidelberg, que es una de las más importantes construcciones renacentistas al norte de los Alpes.
También otra ruta recién estrenada es la que navega por los ríos de Portugal. Una ruta más corta que se puede realizar en un período corto de cuatro a siete días es la del río Duero, que pasa por algunas zonas de Portugal y por Salamanca.
Y EL VIAJE CONTINÚA El fin de muchas de las rutas establecidas no se da en el desembarco, se incluyen programas para extender la visita por varios días más en las ciudades de destino como Praga o París.
Esta es una buena oportunidad para dedicarle algo más de tiempo las ciudades de embarque. Si busca extender su viaje hay rutas que llegan más allá, incluso hasta África y Asia.
Y si se convierte en un fanático de los viajes por río, entonces puede comenzar por explorar otros rumbos más lejanos y exóticos como el Nilo en Egipto o los ríos de Vietnam y Camboya.