Philharmonia deja la valla alta para la música en el Perú
Por Gonzalo Tello (Ópera Perú)
La esperada visita de la Philharmonia Orchestra a Lima cumplió con las expectativas. Este gran esfuerzo de traerlos a nuestro país ratifica el buen momento por el que pasamos y las ganas que tenemos de mejorar en calidad de espectáculos. No es nada facil para una organización como la SFL pues es difícil conseguir auspiciadores por los altísimos costos que siempre han sido prohibitivos. Por suerte sus patrocinadores actuales entienden la importancia de estos eventos y su trascendencia.
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Mucho hemos ya escrito sobre La Philharmonia y su Director Laureado, Vladimir Ashkenazy, con quien iniciaron esta gira. El programa era uno de fácil acceso para todo público. Se buscó darle un balance para que el público pueda escuchar obras conocidas pero de exigencia y calidad.
La gira latinoamericana de la orquesta, incluyó repertorio que variaba de acuerdo a cada ciudad. Los solistas fueron el pianista brasileño Nelson Freire y la violinista revelación de 20 años, Esther Yoo. Freire presentaba el famoso concierto para piano y orquesta no. 5 “Emperador” de Beethoven, y Yoo el Concierto para violín y orquesta de Tchaikovsky, y la obra “The lark ascending” de Vaughan-Williams. La orquesta preparó la obertura de “Ruslan y Lyudmila” de Glinka, la sinfonía no. 1 de Brahms, sinfonía no. 5 de Sibelius y la sinfonía no. 5 de Tchaikovsky.
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En Lima se presentaron la obertura de Glinka, el concierto para violín de Tchaikovsky y la sinfonía no. 1 de Brahms. La solista fue Esther Yoo.
La expectativa era enorme. Sólo días antes del concierto las entradas volaron y ya quedaban muy pocas. Público mas allá del habitual a estos conciertos se interesó entendiendo la naturaleza de este evento. Muchos se quedaron sin ir pues estas se agotaron.
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El concierto se inició con un Ashkenazy característico. Apresurado para llegar al podio a saludar al público, siempre entusiasta y emocionado, y con su atuendo particular, traje y polo cuello de tortuga blanco, muy a su estilo. Agitó la batuta ni bien cesaron los aplausos con una brillante “Ruslan y Lyudmila”, obra virtuosísima que sirve para lucimiento de cualquier gran orquesta. Las cuerdas en prestissimo, y excelente balance con vientos, de tiempo adecuado y no tan apresurado. El sonido compacto de la orquesta inundó el teatro.
Luego vino el turno de la solista Esther Yoo, una violinista que sólo tiene 20 años y que nos interpretó el muy dificil Concierto de Tchaikovsky. Yoo fue revelación a los 16 años siendo la ganadora mas joven del prestigioso Concurso Internacional de Violín Sibelius. Luego también fue la mas joven en ganar el Concurso Queen Elisabeth en 2012. Su corta vida tiene una extensa carrera que incluye apariciones con grandes orquestas y un debut con la Philharmonia dirigida por el desaparecido Lorin Maazel. Próximamente acompañará al gran Maxim Vengerov en una serie de conciertos en Seúl.
Desde Midori, yo no había escuchado a una violinista con una sensibilidad capaz de tal concentración y expresión. Si bien el Concierto de Tchaikovsky es una pieza muy conocida, Yoo fue capaz de desgranarlo nota por nota y convirtió esta obra no en un pieza virtuosa como suele ser sino en una pieza lírica, orgánica, dándole vida propia al violín y narrándonos una historia diferente en cada pasaje. La orquesta siempre atenta, dió una versión igual de lírica y sentida. El primer movimiento, debido a su muy completa estructura, fue el más logrado. Yoo nos regaló una partita de Bach, obteniendo una larga y sentida ovación.
Culminó el concierto con la sinfonía no. 1 de Johannes Brahms. Esta sinfonía es importante en la obra de este compositor y se ha dicho mucho de ella. Le tomó 20 años culminarla y para el fue difícil ya que, según el, el nivel alcanzado por Beethoven le ponía la valla muy alta. En su tiempo Brahms no fue muy apreciado, pero los grandes músicos de nuestro tiempo, como Leonard Bernstein, reivindican su obra de gran lirismo y sello propio.
Esta sinfonía lleva ese sello, sonido y orquestación característica de Brahms. Desde el primer movimiento el sonido combinado entre cuerdas, vientos y percusión expresan latidos drámaticos, con una estructura compleja. El segundo movimiento es de los mas bellos en los cuales se expresa la emoción y una melodía que concluye con un solo de violín que muestra su gran sensibilidad. La sinfonía concluye con aires gloriosos en que todo el conjunto se luce. Debo decir que fue la obra mas poderosa del concierto.
Los aplausos del público no duraron mucho hasta que la orquesta anunció que tocaría no uno sino dos regalos. El primero no fue anunciado, pues iba a ser reconocido. Era un arreglo para ocho cellos del famoso vals peruano “Fina estampa”, de Chabuca Granda, que se preparó especialmente para este concierto. El segundo fue un tema que también tocaron en su concierto en México, el tradicional “Cielito lindo”, en el que destacó sobretodo el sonido de las trompetas, muy al estilo del Mariachi.
Personalmente tuve la satisfacción de saludar al maestro Ashkenazy y conversar con el brevemente. Estar ante tal figura, que conoció a grandes leyendas como Shostakovich, y estrecharle la mano es sin duda un momento especial.
El esfuerzo que en los últimos años está poniendo la Sociedad Filarmónica de Lima en traer artistas de primer nivel internacional va dando sus frutos. No es fácil organizar una temporada de tantos conciertos al año, sobretodo si son orquestas de tantos músicos ( a veces llegan a 100) y estar al nivel de exigencia y excelencia de siempre. Los últimos años 2013 y 2014 han sido años de aprendizaje con dos Ciclos Sinfónicos que han permitido medir las capacidades de su organización y con esto apuntar cada vez mas alto. Además de ampliar su temporada regular de abono a mas de 20 conciertos. Si bien este es el concierto mas importante del año, ahí no queda todo, ya que grandes artistas están aún por venir. Por destacar a algunos, el genio del violín, Maxim Vengerov, el cellista Iagoba Fanlo (considerado el heredero de Casals, que trae nada menos que las seis suites de Bach), Sinfónica de cámara de Viena, Solistas de Moscú, Lara St. John y el contratenor superestrella del momento, Philippe Jaroussky.
Personalmente también quiero destacar al equipo de la SFL, sobretodo a su presidente, Salomón Lerner Febres, a Pilar Flores y Heriberto Ascher, ya que me han empujado a un aspecto de la música clásica el cual tenía descuidado, que es la música de cámara. Apreciar estos conciertos en los últimos años ha ampliado con creces mi conocimiento de repertorio, y me ha permitido adentrarme en el universo de muchos compositores, gracias a estos excelentes artistas que llegan año a año. Quiero expresar mi especial agradecimiento por esta gran oportunidad.
Estén pendientes, sobretodo a través de Facebook y Twitter en que estaremos anunciando sus próximos e imperdibles eventos.