La Ruta de la Seda se extiende a Sudamérica
Hace unas pocas horas partió de Beijing, el primer ministro Li Keqiang 李克強 acompañado de su esposa Cheng Hong 程虹 y una delegación de más de cien personas para iniciar una gira por Sudamérica que lo llevará a Brasil, Colombia, PERÚ (22 al 24) y Chile. Lo más esperado de este viaje son los cimientos de la “Nueva Ruta de la Seda hacia Latinoamérica”: El ferrocarril bioceánico (también llamado ferrocarril transamazónico o 两洋铁路).
A toda marcha, el proyecto del ferrocarril bioceánico empieza a dar sus primeras señales de humo. “En Brasil se anunciará oficialmente el inicio del estudio”, adelanta el embajador del Perú en China Juan Carlos Capuñay, sobre el proyecto de conexión ferroviaria entre el Perú y Brasil con participación china, que conectará por tierra los océanos Pacífico y Atlántico.
Desde la firma del memorando en noviembre, suscrito por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú, el Ministerio de Transportes de Brasil y la Comisión Nacional de Desarrollo de Reforma de China, el grupo trilateral ha venido trabajando en los términos del estudio. La construcción de este corredor ferroviario que comprende un tendido de 8.000 kilómetros (5.000 en Brasil y 3.000 en el Perú), durará cinco años.
Este megaproyecto une el puerto de Tianjin en China, a través del Pacífico, con el puerto de Bayóvar en Piura, y desemboca en el Atlántico por el puerto de Santos en el Estado de Sao Paulo. Según el embajador Capuñay, en territorio peruano habría que considerar un tendido que atraviese Piura, Cajamarca, ceja de selva y Ucayali, pero además con tramos que se conecten a la vía principal.
“Con esto le damos vida al norte del país. En Bayóvar no solo están los yacimientos de fosfatos que son los más importantes de Sudamérica, sino que además Piura tiene una gran producción de frutas, y la posibilidad de desarrollar la pesca y los productos pesqueros”, explica. Actualmente en el puerto de Bayóvar se embarca la producción petrolífera de la selva norte del Perú.
Bayóvar debe convertirse en el megapuerto de ingreso que China está buscando. En opinión del diplomático, “necesitamos modernizar a Bayóvar. El Perú y Brasil asumirán los costos en sus territorios pero China -u otro organismo relacionado con este país- complementará estas inversiones. Los trenes chinos modernizarán el sistema de comunicación y a la vez son vehículos de transferencia de tecnología”.
Para el embajador Capuñay, el ferrocarril bioceánico es un proyecto de integración nacional y regional. “Cada pueblito del Perú por donde pase el tren, sierra y selva, se integrará a la economía nacional. Y también representa una posibilidad de integración regional ya que va creando una red que facilita la interconexión con el Asia Pacífico”. Es la nueva Ruta de la Seda a América Latina”, destaca.
Juan Carlos Capuñay, embajador del Perú en China
“El proyecto también representa una apertura en términos de modernización de las economías mediante nueva tecnología hacia el mercado mundial, y una conectividad directa entre Asia Pacífico, Perú y Brasil. La carga de Asia Pacífico que llega al Perú podría transitar hacia Brasil en apenas cinco días, lo que por el Canal de Panamá demoraría y costaría mucho más”, precisa.
La misión del ferrocarril oceánico será facilitar la exportación de materias primas desde los centros productivos de recursos naturales en Brasil y Perú hacia el país asiático. China además, es un voraz consumidor de alimentos e importa un 60 por ciento de ellos. “En la ceja de selva se puede producir una serie de alimentos, y con la inversión china, estos productos pueden salir hacia cualquier país del Asia Pacífico”, agrega.
La nueva zona de libre comercio de Tianjin, es un plan piloto de desarrollo que además de Tianjin y su puerto, abarca la capital Beijing y la vecina provincia de Hebei. En esta área de 216.000 kilómetros cuadrados, habitan más de 100 millones de personas. China destinará 7 billones de dólares hasta el año 2020 para convertir esta zona en el tercer polo de crecimiento más importante del país.
De acuerdo con el embajador Capuñay, en esta nueva zona piloto, el Perú necesita establecer su propio almacén para la distribución de productos. Otros países como Chile o México se han decidido por la zona franca de Shanghai. “Uno no excluye al otro, depende del tipo de producto que se venda. El sur es diferente al norte. Shanghai ya está consolidado, busquemos otras posibilidades sin descuidar el sur”, explica.
La mayor ventaja de la zona piloto de Tianjin es que está orientada al desarrollo del norte de China, una región que ha sido poco explotada. El diplomático la describe como “una zona nueva que recién está empezando pero con mucho potencial”. La CCPIT de Tianjin –institución de promoción del comercio exterior- acaba de firmar un acuerdo de cooperación con la Asociación de Exportadores (ADEX) del Perú.
La relación con Asia y especialmente con China, exige una mirada cada vez más profunda. El diplomático propone el establecimiento del Instituto de Estudios de Asia Pacífico en el Perú, que ya tiene sus bases en la Cancillería peruana. El objetivo es reunir a representantes de los sectores gubernamental, académico y privado para elaborar estudios y planes. China ya adelantó que invertirá 250.000 millones de dólares en América Latina y el Caribe en esta década.
* Esta nota ha sido publicada el 16 de mayo en la edición impresa del diario El Comercio. Esta es la versión original.