Las apps de taxis sí funcionarán en el Perú
Para nosotros es una circunstancia extraña, pero en otros países es algo de lo más normal. En muchas ciudades ser taxista es una profesión y no un cachuelo: el servicio está regulado, hay horarios de trabajo establecidos y se usan taxímetros para el cobro justo de tarifas. Allí estas aplicaciones buscan brindar un servicio alternativo al taxi convencional, pero podrían terminar perjudicando a los trabajadores formales. Sin embargo, creo que en el Perú, y particularmente en Lima, sí podrían ser de ayuda.
Para empezar, este sistema ofrece muchas ventajas. Primero, destierra los temibles “no voy” y “¿cuánto paga hasta allá?”. Por un lado, al usar cualquiera de las aplicaciones existentes en Lima, sabemos que el carro que vendrá por nosotros no tendrá que llevar sí o sí a nuestro destino. De otro lado, gracias a los tarifarios, sabemos de antemano cuánto nos va a costar el servicio. Suele ser –en promedio- entre cinco y siete soles más de lo que cuesta una carrera tomada en la calle.
Pero si nos centramos en lo tecnológico, estas aplicaciones son de un muy sencillo uso. Gracias al GPS se puede saber con mucha exactitud cuán lejos está el vehículo que nos va a recoger, así como ir viendo su desplazamiento en tiempo real. Además, las aplicaciones nos permiten conocer la identidad del conductor. Incluso nos podemos comunicar con él a través del teléfono para hacer coordinaciones más puntuales.
Y las empresas que hoy trabajan usando las apps también hacen su parte para la formalización de este mercado: obligan a sus afiliados a estar al día en sus papeles y registros, pues es la única manera de que sean habilitados para seguir trabajando con ellos.
Sin embargo, quedan muchas cosas por mejorar. Las aplicaciones aún deben mejorar el sistema para que el usuario pueda saber de manera automática su tarifa. Del mismo modo, falta ampliar las opciones de pago. Sin embargo, lo más importante es que las empresas nos aseguren la confidencialidad de los datos que los usuarios comparten con ella. Como adicional, se necesitan herramientas para que se sepa que estamos usando el servicio. Todavía hay mucho por aprovechar.