“El ego, en algunas circunstancias, es necesario, casi indispensable. ¿Pasa lo mismo cuando aquello que se quiere alcanzar involucra a otros?”. (Ilustración: Giovanni Tazza).
“El ego, en algunas circunstancias, es necesario, casi indispensable. ¿Pasa lo mismo cuando aquello que se quiere alcanzar involucra a otros?”. (Ilustración: Giovanni Tazza).
/ Giovanni Tazza
Patricia del Río

Qué hubiera sido de este mundo sin el ego de Diego Velázquez, que se atrevió a meterse en un retrato de las hijas del rey y le dejó “Las Meninas” a la humanidad. O sin el de Diego Maradona, que lo hacía mover las piernas y la mano, si era necesario, para perpetrar una genialidad en la cancha. O sin la obsesión de los autores del boom, que los hacía escribir impresionantes obras para ser uno más genial que el otro.