Los juegos escolares que remecieron Lima en 1971

(Foto: Archivo Histórico El Comercio)
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Carlos Batalla

El nombre completo del evento era “II Juegos Deportivos Nacionales Escolares de Verano 1971”. Lima era la sede de la parte final de un certamen que convocaba a todos los colegiales del Perú. Eran tiempos  en que aún se usaba el uniforme caqui impuesto por el dictador Manuel A. Odría en 1949 y que duraría dos años más. De esta forma, los mejores deportistas escolares llegaron a la capital, no con el uniforma caqui sino con pantalones cortos, polos y zapatillas para luchar por la gloria del podio.

Las delegaciones de las direcciones regionales del país (eran nueve) llegaron a Lima entre el 20 y 22 de enero de 1971. Los buses y hasta un avión de las Fuerzas Armadas (FF.AA.) transportaron a los deportistas adolescentes. El miércoles 20 fueron los jóvenes de Puno y Cusco los primeros en llegar a la capital. Los buses del sur arribaron no a un terminal terrestre sino directamente a la “Villa Estudiantil”, levantada en el Colegio Militar Leoncio Prado, en La Perla, Callao.

Las autoridades del sector Educación, bajo el Comité Nacional de Deportes, presidido por el doctor Javier Aramburú Menchaca, recibieron e instalaron a todas los grupos estudiantiles. Los primeros deportistas en llegar descansaron, pero algunos aprovecharon las horas previas al inicio de los juegos para ir a comprarse uniformes nuevos.

La previa

El jueves 21 de enero llegaron nuevas delegaciones, como el caso de Loreto, cuya comitiva, con el apoyo de un avión de las FF.AA., aterrizó en el aeropuerto internacional Jorge Chávez. Extasiados con tanta modernidad aérea, los adolescentes se encaminaron al Leoncio Prado para acomodarse con las otras delegaciones.

Por vía terrestre, como los cusqueños y puneños, llegaron los jóvenes de Arequipa y Trujillo ese mismo día, acompañados de funcionarios de sus direcciones regionales de educación. Había en ellos una clara conciencia de que representaban a sus zonas de origen. Las identidades regionales eran muy fuertes. Lima Metropolitana jugaba de local.

(Foto: Archivo Histórico El Comercio)
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El viernes 22 se sortearon el orden de las series de atletismo y natación. De esta forma, se dispuso a cada atleta en su grupo de competición. Al día siguiente, el sábado 23, en el Estadio Nacional, el ministro de Educación Pública, general de División Alfredo Arrisueño Cornejo fue el encargado inaugurar los Juegos Escolares 1971.

La inauguración

Esa jornada sabatina fue especial. Desde las 8 de la mañana, las comitivas de todo el país se reunieron bajo la Tribuna Sur del Estadio Nacional, mientras del público asistente se acomodaba en la tribuna de Occidente. Eran nueve direcciones regionales educativa que estaban representadas por alrededor de 800 escolares, además del personal técnico y dirigencial. Media hora después empezó oficialmente la ceremonia de apertura de los “II Juegos Deportivos Nacionales Escolares de Verano 1971”.

Había mucha expectativa en el Gobierno Militar y en los propios medios de comunicación ya que todos estaban seguros de que conocerían a los “atletas del futuro” del país. Los jóvenes deportistas -hombres y mujeres- competirían en las siguientes disciplinas: atletismo (en varias especializadas como saltos, carreras y lanzamientos), básquet, minibásquet, vóley, natación, fútbol y gimnasia. El ingreso fue libre en el Estadio Nacional, donde solo se habilitó para el público la tribuna de Occidente. Para cada uno de los encuentros deportivos también se optó por la entrada libre.

En un ambiente emotivo y entusiasta, las autoridades educativas, los escolares deportistas, los padres de familia y el público en general cantaron el himno nacional bajo los acordes de la Banda de Músicos de la Guardia Republicana; para luego dar paso al solemne momento del juramento colectivo de los atletas. Tomó el juramento a los estudiantes, la atleta escolar y campeona bolivariana y sudamericana Edith Noeding. El ministro Arrisueño declaró inaugurado el evento y enseguida desfilaron las delegaciones pasando en frente del palco oficial, donde no estuvo el presidente Juan Velasco Alvarado.

Para los jóvenes deportistas, a la posibilidad de subir al podio se sumó otro incentivo: los ganadores serían evaluados -según sus marcas- para integrar la preselección nacional que intervendría en los Juegos Deportivos Escolares Internacionales, que ese mismo 1971 se iba a realizar en Curitiba, Brasil.

(Foto: Archivo Histórico El Comercio)
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El Estadio Nacional fue el escenario central para el atletismo, y a este se sumaron para otras disciplinas, el Coliseo Cerrado del Puente del Ejército, en el Rímac; el Coliseo del Colegio San Agustín, en San Isidro; y el Estadio de San Martín de Porres (actual Estadio “Alberto Gallardo”). Asimismo, para natación, se utilizó la piscina olímpica del Campo de Marte, en Jesús María. Los estudiantes estaban bien preparados sobre todo en atletismo, fútbol y vóley, en este último muchas colegialas ya formaban parte de las selecciones nacionales.

La primera fecha

El evento deportivo escolar del año empezaba con toda su fuerza y alegría entre los adolescentes. Ese sábado 23 de enero de 1971, en que se desarrollaría la primera fecha, los deportistas empezaron sus jornadas desde muy temprano. La mañana sabatina fue atlética, puro atletismo de damas y varones en la pista y campo del Estadio Nacional.

Las chicas participaron en lanzamiento de jabalina y los 100 m. planos; mientras los chicos lo hicieron en 110 m. con vallas, salto alto, 100 m. y 400 m. planos y 1.500 m. En damas, las ganadoras de esa jornada pertenecían a la dirección regional de Chiclayo (13 pts.), seguida por Huancayo (7 pts.), Lima (4 pts.) y Cusco (2 pts.); y en varones la competencia fue más dura: prevaleció la región de Lima Metropolitana (16 pts.), con la escolta de Arequipa (14 pts.) y más atrás Cusco (6 pts.), Ica (5 pts.), Huancayo (5 pts.), Chiclayo (5 pts.) y Trujillo (1 pt.). El control de los tiempos de las pruebas estuvo a cargo de los miembros de la Asociación Peruana de Jueces de Atletismo.

En la tarde de ese día, a las 1 y 30, empezó la fiesta del fútbol escolar en el Estadio de San Martín de Porres (donde hoy juega de local el club Sporting Cristal). Los choques eran región contra región. En paralelo, lo mismo pasaba en el Coliseo del San Agustín con el básquet; y el Coliseo del Puente del Ejército con el minibásquet. En la noche, en este último escenario, se jugaron los emotivos y disputados partidos de vóley.

Una anécdota

El domingo 24, en una de las series de los 80 m. con vallas en el Estadio Nacional, ocurrió una reñida lucha por el primer puesto entre la chiclayana María Calle y la limeña Simone Krathausen. Las dos habían llegado a unos centímetros de la línea de meta cabeza con cabeza, pero en la misma meta la norteña, prácticamente en un gesto de arrojo, se lanzó hacia adelante y “por pecho” la dieron como ganadora de la serie.

(Foto: Archivo Histórico El Comercio)
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Tanto fue el impulso de la atleta chiclayana que cayó bruscamente al suelo. Calle ganó la serie, pero terminó en el tópico a manos de los médicos del evento por contusiones leves. Al final, en atletismo,  Chiclayo ganó en damas; y Lima logró el primer lugar en varones. Así se dividieron los honores en las exigentes pruebas atléticas.

Mientras tanto, en el fútbol, que se desarrolló en el Estadio de San Martín de Porres, esa jornada dominical acabó con la ilusiones de Lima Metropolitana al caer derrotada 3 a 1 por Trujillo; luego Arequipa derrotó a Puno por la cuenta de 4 a 1. Y después vino la goleada del día al caer Iquitos por 4 a 0 ante la escuadra de Chiclayo. La final del deporte más popular del país fue jugado entre los equipos de Chiclayo y Arequipa, en el Estadio Nacional, el mismo día de la clausura, el sábado 30 de enero, como veremos más adelante.

Por otro lado, el martes 26 se iniciaron las diversas pruebas de natación en la piscina olímpica del Campo de Marte, donde las clasificatorias harían pasar a la final a los ocho mejores tiempos. En este deporte destacó, entre otros, la quinceañera María Cecilia Bello Angosto (hermana del ya conocido nadador olímpico Johnny Bello), quien ganó la prueba de los 100 m. espalda. Lima Metropolitana se impuso aquí en todas las pruebas y ganó en las dos categorías (damas y varones), batiendo cuatro récord de los Juegos Escolares.

(Foto: Archivo Histórico El Comercio)
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Asimismo, en gimnasia, Lima Metropolitana se impuso a todos e Isaac Arica fue considerado el mejor gimnasta del evento. En básquet, realizado en el Coliseo Cerrado del Puente del Ejército, también Lima se mantuvo como el favorito. Y lo mismo ocurrió en vóley escolar que coronó como campeón a Lima Metropolitana, tras vencer en la final a Trujillo.

Los famosos en etapa escolar

Entre los deportistas escolares que luego destacarían no solo en la vida deportiva sino hasta en la política, estuvo en atletismo la entonces medallista bolivariana y sudamericana juvenil Edith Noeding, quien participó en los 100 m., 110 m. con vallas, salto largo, prueba en la que batió su propio récord nacional escolar llegando a los 5.25 m.; y salto alto, donde logró el primer puesto con 1.50 m. También obtuvo con 52.4 segundos el primer lugar de los 4x100 m., junto a Simone Krathausen, Rosario Muñoz y María Leyton.

Otro conocido fue el futuro congresista Daniel Abugattás, quien destacó también en atletismo interviniendo en los 110 m. con vallas, ocupando el tercer lugar; y salto alto en el que empató el primer lugar. Asimismo, destacó la voleibolista Ana Cecilia Carrillo (Anacé), juvenil valor de la selección nacional y futura capitana de la selección femenina de mayores, quien compitió por supuesto por la segunda región de Lima Metropolitana, al lado de otra figura e integrante de la selección nacional, Mercedes Gonzáles. Las dos fueron los pilares del equipo limeño que arrasó en todos los partidos, superando a las trujillanas en la final.

(Foto: Archivo Histórico El Comercio)
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Hubo otros deportistas de ese año escolar que, si bien no se convirtieron en personajes públicos como los mencionados, destacaron notablemente en los propios juegos de ese año: el limeño Bolívar Neyra, quien ganó la final de los 100 m. planos, con 11.4 segundos; otra figura fue el ganador de salto largo, el puneño Segundo Rivera, quien hizo 6.40 m., mejorando el récord de los Juegos Escolares; y, por supuesto, la estrella del evento: la chiclayana María Morante, ganadora de la final de los 80 m. con vallas (12.4 segundos, igualando el récord escolar de Edith Noeding), los 200 m. (26.5 segundos, a una décima del récord nacional escolar), y los 100 m., su máxima victoria con 12.5 segundos, imponiéndose en la pista del Estadio Nacional a la gran atleta escolar Edith Noeding (12.7 segundos).

María Morante era una bala, especialmente en los metros finales. Con el tiempo de 12.5 segundos, a una décima del récord nacional escolar, se consagró en ese evento. La juvenil chiclayana no era cualquier atleta: por su propio mérito era integrante de la selección peruana que estuvo presente en el Campeonato Sudamericano Juvenil de Cali, a fines de 1970. Morante fue considerada la mejor atleta de esos Juegos Escolares.

(Foto: Archivo Histórico El Comercio)
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La clausura

El sábado 30 de enero de 1971 se realizó la clausura de los II Juegos Nacionales Escolares de Verano, en el Estadio Nacional, luego de la final del fútbol entre los equipos de Arequipa (cuarta región) y Chiclayo (segunda región). Dicho partido acabó 0 a 0, pero como Arequipa lo superaba por un punto, les bastó el empate para ser campeones. Luego del fútbol, y tras una semana de intensa actividad, los jóvenes deportistas desfilaron por la pista atlética del Estadio Nacional, para luego fundirse en un abrazo general, en medio de los aplausos de la concurrencia. Así terminó todo.

Pero el público no solo había venido a ver el partido de la final del fútbol y la clausura del evento escolar -que ganó en el cuadro general la región de Lima Metropolitana con 31 medallas de oro, 21 de plata y 13 de bronce- sino que esperaban para las nueve de la noche el juego de las selecciones juveniles de Perú y Argentina, cuyos jugadores, ansiosos, sordos de tanta fanfarria escolar, habían esperado tranquilos en los camerinos el final de esos tumultuosos Juegos Escolares de hace 48 años.

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