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Todos alguna vez hemos tenido dudas sobre si ir a terapia o no. Marcelo Diez Canseco (22) tenía problemas personales, los cuales optaba por ignorar; sin embargo, las consecuencias de esos problemas seguían presentes. “Sentía que tenía que resolver yo solo mis problemas, me creía suficientemente capaz de lograrlo y lo veía como algo que no era de gran importancia. Por mi mente pasaba que no lo necesitaba [ir a terapia], lo veía tabú”, señala.
Poco a poco se fue enterando del progreso de su círculo más cercano en terapia. “Me empezaron a convencer. Estuve pasando por algunos problemas personales, pero pensándolo bien y hablándolo más, me di cuenta de que una persona necesita ayuda para que lo guíen en este tipo de problemas, ya que a veces no podemos solos”, asegura.
Marcelo va en su tercera sesión y se siente muy contento. Cada día reafirma que fue una gran decisión. “Estoy hablando de temas que antes no tocaba y que tenía en mi mente. No podía ver la relevancia que tenían, pero eso ha cambiado, me siento muy feliz”, finalizó.
¿Cómo sé que debo ir a terapia?
Tomar la decisión o reconocer que debes ir a terapia no es una tarea nada sencilla. Involucra bastante análisis personal y mucha valentía. Por ello, el psicoterapeuta humanista y especialista en salud intercultural, Humberto Briceño, conversó con Bienestar de El Comercio y nos aclaró muchas dudas sobre la terapia.
“Está mal visto decir que vas al psicólogo y está asociado mucho con la debilidad; las personas no se quieren mostrar de esa manera, pero uno requiere de mucha valentía para pedir ayuda profesional. Tener un problema de salud psicológica o querer mejorar tu salud mental, no tiene nada que ver con debilidad, más bien es un acto de auto cuidado y de higiene mental, y eso es un signo de fortaleza y compromiso con mi propia vida”, afirmó.
Para saber si debes ir a terapia, el especialista recomienda, en primer lugar, hacerle a tres personas cercanas a ti la siguiente pregunta: ¿Cómo me han visto estas últimas dos semanas? En base a sus respuestas, sin juzgar ni poner “peros”, escucha lo que tienen que decir.
El segundo paso es comparar lo que estas personas dicen de ti con lo que tú dices de ti mismo.
Finalmente, debes reflexionar si es necesario que algún profesional te ayude a resolver o solucionar esos problemas.
Recuerda que las personas más cercanas a ti pueden brindarte otra perspectiva sobre tu situación emocional. Apóyate en personas que no te juzguen y estén interesados por tu bienestar.
“Si vas a terapia es porque estás loco”
Es muy común pensar que ir a terapia es sinónimo de locura. Esta es una creencia que desde los tiempos de la generación X, ha permanecido hasta el día de hoy. Esto es falso. Hay dos principales razones por las cuales una persona decide acudir al psicólogo.
Cuando hay una crisis
Muchas veces las personas pasan por una situación muy fuerte o traumática que no le permite avanzar en su día a día. El momento de ir a terapia comienza cuando sabes que no puedes manejar la situación con tus propias herramientas ni con tu círculo amical ni familiar.
“En ese momento pedir ayuda profesional es útil, porque es como tener una herida física: sabes que no la vas a poder curar por tus propios medios y necesitas ayuda de un médico. Funciona exactamente igual”, añade Briceño.
Por acompañamiento
Otra situación muy común es querer acudir a terapia por buscar ser una mejor persona sin la necesidad de haber pasado por una situación de crisis ni querer sanar una herida emocional.
“Puede ser que una persona quiera sacar la mejor versión de sí misma, por ello la terapia se enfoca en una especie de acompañamiento para el desarrollo de potencialidades psíquicas”, comenta.
¿Cómo podemos cambiar el “chip” de que ir a terapia es malo?
Cambiar la mentalidad de que ir a terapia está no es una tarea fácil; sin embargo, así como a Marcelo le costó aceptarlo, finalmente con la ayuda de las personas más cercanas a él logró romper con este tabú impuesto por la sociedad.
1. Lo que se muestra en redes sociales muchas veces no es real
Estamos acostumbrados a ver en redes sociales que las personas aparentan estar felices todo el tiempo, que todo lo que postean es felicidad y porque se encuentran en “su mejor momento”, pero no siempre es así. Humberto Briceño afirma que hay personas de mucho éxito que tienen un buen trabajo, con supuestamente muy buenos días, pero en diferentes ámbitos terminan mal. “Ni el éxito ni mostrarse feliz en las redes sociales son sinónimos de salud mental. Recuerda que ser productivo o ganar una buena cantidad de dinero no es garantía de estar bien”, afirma.
2. Tratar de conseguir un terapeuta que se adecue a tu presupuesto
El Perú es un país en el que no hay un gran mercado de salud mental. “Es un lujo. Si uno quiere ir a terapia una vez a la semana, como se debería hacer, el Estado no te da una oferta de este tipo con el seguro de salud SIS, por ello tiene un costo un poco alto y las personas eligen ir cuando no hay de otra”, afirma.
Sin embargo, los precios de una terapia psicológica varían entre los S/.30 y los S/.200, depende si cuentas con un seguro de salud privado o simplemente buscas uno por tus propios medios. Siempre habrá uno que encaje con tu presupuesto.
Cualquier persona puede ir a terapia en cualquier tipo de situación, por ello es importante reconocer y aceptar que recibir un poco de ayuda es bueno para nosotros mismos.