Es común escuchar la frase: “Me cela porque me quiere” en las distintas relaciones de pareja. A esto se le llama celos, uno de los sentimientos más desagradables y dolorosos que puedes experimentar cuando tienes pareja. Averiguar de dónde vienen permitirá a la pareja vivirlos de una forma mucho más calmada y con una perspectiva realmente útil, para ello Bienestar del Diario El Comercio conversó con el psicoterapeuta humanista y especialista en salud intercultural, Humberto Briceño, “Artesano de mentes”.
“Los celos son reacciones emocionales, vinculados a la inseguridad y vulnerabilidad que se puede llegar a experimentar cuando sentimos que nuestra pareja o un ser querido es “apartado” de nosotros, o está siendo cortejado por otra persona. Una cosa son los celos, y otra muy diferente como los manejamos, como reaccionamos ante su presencia. Eso marca lo saludable y los no saludable en este tema”, explica Briceño.
Signos para darnos cuenta de que alguien está siendo celoso:
- Sospecha siempre lo peor de ti.
- Es demasiado dependiente emocionalmente.
- Desaprueba tus gustos e intereses.
- Quiere a tu pareja solo para ti
- Quiere tener el control siempre.
- Quiere saber constantemente dónde está y qué hace.
“Se cree hoy en día que sentir celos, es lo sano, cuando eso puede conducir a problemas más grandes. Como el tener que negar lo que sentimos para no perder a nuestra pareja, o bien no establecer límites sanos de lo que nos permitimos o no, dentro del vínculo amoroso”, acota el especialista.
El dolor de los celos tiene un porqué
Según el especialista, los celos son normales, todas las personas los experimentan, pero no todos los procesan ni los manejan igual. No hace falta que haya pasado algo para experimentarlos. No se debe patologizar el simple hecho de tener celos, ni sentirse mal uno por tenerlos. No obstante, podrían aparecer por lo siguiente:
- Heridas de la infancia.
- Traumas de abandono que no han sido trabajados.
Los celos duelen, porque son experimentados de forma desagradable. Sin embargo, Briceño asegura que ese dolor excesivo tiene que ver con la experiencia particular que cada uno vive, por los factores ya mencionados.
“En una relación sana, los celos son gestionados en el diálogo, o bien, si están vinculados a una infidelidad, son razón para evaluar la continuidad o el término de la relación, más nunca son motivo de agresión, violencia y recriminación constante. Además, son una oportunidad para renovar la confianza y el amor, mientras que en una relación basada en la dependencia y la posesividad, son un aviso más de que ambas personas necesitan curarse y hacerse cargo de sí mismas antes de intentar abrirse a vincularse de forma profunda con alguien más”, destaca.
Los celos son la expresión negativa de nuestras inseguridades
Los celos pueden ser sobrellevados bajo un clima de confianza, empatía y comprensión del otro, pero se debe tener en cuenta lo siguiente para poder superarlos:
- Diálogo empático: Conversar nuestras inquietudes de manera asertiva y manteniendo una escucha activa hacia la pareja.
- Psicoterapeuta: Trabajarlo con un especialista ayuda al proceso donde aceptamos que no podemos gestionarlos nosotros mismos y nos ayuda a identificarlos.
“Sanar nuestras heridas emocionales, traumas, desarrollar el respeto por el otro, son cuestiones fundamentales para tener relaciones sanas. Y no caer en dinámicas tóxicas que nos hacen recrear, una y otra vez, patrones que nos hunden emocional y anímicamente”, finaliza Briceño.
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