Todo en exceso puede volverse negativo y, cuando se trata de la positividad, esto tiene que ver con la forma e intensidad con la que se presenta y cómo la perciben otras personas. Muchos estudios han dado a saber que, si se pone demasiado énfasis en buscar nuestra felicidad y tratar de ver el mundo de manera positiva, podría provocar dando el efecto contrario a lo que se busca, en especial si se muestra la vida como si fuera perfecta.
En una investigación de la Organización de las Naciones Unidas, realizada el año pasado, Perú quedó en el puesto 74 de 146 países que incluyeron en la investigación sobre niveles de felicidad. Por ello, Liseth Paulett, decana de la carrera de Psicología de la Universidad Científica del Sur, nos explica un poco cómo podemos ser felices en un mundo con positividad tóxica.
“Para empezar, la positividad tóxica se ancla mucho a los mitos que nosotros tenemos de la felicidad, que tenemos que construir creencias irracionales o estar feliz mucho tiempo de nuestra vida, se conforma con creencias negativas hacia las cosas que tenemos que elegir. Por ejemplo, comprarme un carro, comprarme una casa y eso me va a dar la felicidad. Entonces, muchas veces, nosotros en esa exceptiva búsqueda de la felicidad caemos en algo negativo. Caemos en trampas vitales donde creemos que si tornamos nuestro foco de atención a las cosas tangibles vamos a ser felices”, explica la decana.
¿El positivismo y la felicidad son lo mismo?
Sin embargo, conseguir la felicidad y el positivismo se realiza de manera totalmente contraria. La psicología positiva, muy aparte de los mitos de la felicidad, resalta que nosotros no somos conscientes de que la felicidad es totalmente intangible y es un sentimiento de un estado emocional.
“Los autores y los especialistas en la psicología positiva siempre decimos que para ser feliz implica no solamente debemos vivir lo bueno en la vida con sentimientos y emociones positivas, sino también aceptar y mejorar lo malo. Tener tanta positividad en un nivel tan alto también es negativo, porque no es equilibrar nuestra vida y eso nos hace que generemos muchas frustraciones”, agrega Paulett.
Asimismo, los teóricos de la psicología positiva dicen que, existen dos personas en el mundo, los positivos y los pesimistas. Por el lado de los pesimistas, creen que la felicidad debe estar todo el día presente en nosotros y que las emociones negativas no las deberíamos utilizar y deberíamos rechazarlas profundamente.
Sin embargo, la especialista comenta que debemos aceptar estas emociones, ya que las negativas, como la frustración, como la tristeza, nos ayuda a evaluar más las emociones positivas, es un valor subjetivo que le damos a la vida propia.
¿Por qué se da la positividad tóxica?
Según Paulett, la realidad es que los que tienen positividad tóxica presentan los siguientes pensamientos:
- Mucha frustración.
- Bloqueos emocionales.
- Salud mental poco acorde a la fluidez de las emociones.
“Se da porque las personas no pueden identificar sus emociones y se producen bloqueos emocionales. Por ejemplo, estoy aprendiendo a manejar y como no sé cuadrar, entonces me da mucha tristeza y se me genera un bloqueo emocional que no me permite seguir. Y en vez de llorar y dejar todo tirado, puedo decir, oye, sinceramente, estoy frustrado, mejor me calmo, genero actividades que me den tranquilidad en este momento y retomo mi actividad. Entonces, ese es un acto y una conducta más consciente de mis actos porque he identificado las emociones negativas”, comenta.
5 consejos para ser feliz en un mundo de positividad tóxica
Paulett nos da algunas recomendaciones para poder ser felices en un mundo de positividad tóxica:
- Identificar: Para poder sincerar nuestras emociones con los demás, debemos identificarlas y sincerarnos con nosotros mismos. Además, fomentar y aumentar nuestro funcionamiento óptimo para reconocer también nuestras habilidades y ello nos dará felicidad sincera. Es importante identificar aquellas personas que suman algo positivo a la vida, eliminando de nuestra vida las que no nos agradan ni nos hacen sentir cómodos.
- Realizar actividades con las que conectas: Es decir, dejar que se dé fluidez de la felicidad en las actividades con las que conectan nuestras emociones positivas.
- Potenciar nuestras relaciones interpersonales: Después de la pandemia, este fue un foco de atención muy interesante para los psicólogos porque nos restaron esa capacidad y esa habilidad. Entonces, el retomar nuestras reuniones sociales o realizar deporte de manera conjunta es lo que está funcionando ahora. Para poder liberar todas esas emociones negativas que nos tuvieron bloqueados casi dos años.
- Toma de decisiones: Es de suma importancia poder elegir y seleccionar lo que realmente te hace feliz. Darnos cuenta si alguna actividad que estamos realizando no nos aporta, y si es así eliminarla y seguir buscando algo positivo.
- Tener una persona vitamina: Es la que te inyecta esa emoción, la que siempre ve el lado bueno de las cosas, pero también se da cuenta de que no todas las cosas van a ser positivas.
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