Con un poco de creatividad, es posible renovar el aspecto de las puertas. Una salida es cambiar el color de la madera por tonos impactantes, como verde, azul, amarillo, naranja o fucsia. Para ello “desmonta esta pieza y retira la pintura con una lija. Cubre las bisagras con masking tape y luego aplica dos pasadas de pintura al duco con motas de waipe”, dice la arquitecta Carla Cruz.
Otra forma de usar el color es dividiendo las puertas en diagonal con ayuda de cinta adhesiva, y pintar cada área en dos tonos distintos.
También utiliza washi tape para destacar los relieves de las puertas. Decora su interior creando triángulos, rombos o cubos, o diseña líneas horizontales y verticales para un efecto dinámico. En puertas blancas, usa cintas turquesas, doradas o fosforescentes.