Más que todo, Argentina buscará sacarse la espina del 6-1 que le propinó Bolivia en La Paz con Lionel Messi en la cancha en la anterior eliminatoria, cuando las dos selecciones vuelvan a verse la cara en la altura el martes por la fecha 12 de las Eliminatorias Brasil 2014.

En cambio, Bolivia tratará de reivindicarse del 5-0 que le propinó Colombia el viernes en Barranquilla, pero el conjunto boliviano ya no es invencible en La Paz donde fue derrotada por Chile y Colombia en la actual eliminatoria.

El del martes será un duelo entre el único líder con la delantera más goleadora y 23 puntos acumulados contra uno de los colistas. A favor de Bolivia juega el temor que casi siempre mostró Argentina por los 3,672 metros de altitud de esta ciudad.

EL PLAN DE SABELLA Messi estará en la cancha para quitarse el mal sabor de la anterior goleada y podría ayudarle la condecoración que le prepara el gobierno boliviano. El mejor jugador del mundo fue solidario el año pasado con damnificados por inundaciones en el país.

Esa fue mi única experiencia en la altura y fue terriblepero hay que intentarlo, dijo el goleador del Barcelona. Argentina llegara la tarde de hoy a Santa Cruz y viajará a La Paz para llegar dos horas antes del partido.

“La cámara hipobárica (replica las condiciones de altitud, y ante menos presencia de oxígeno, provoca que el cuerpo aumente la cantidad de glóbulos rojos) fue alquilada por la AFA y utilizada pocos días con algunos futbolistas. Pero es un proceso que necesita más tiempo y no será llevada a Bolivia. En el vestuario, desde ya, no faltarán los tubos de oxígeno”, informó Canchallena, sección deportiva del diario “La Nación”.

El técnico argentino Alejandro Sabella ha sido hermético sobre la alineación de su equipo, pero podría enviar a la cancha a cinco defensores y cuatro volantes para contener la presión del rival y colocaría como único punta a Ángel Di María para comandar el contragolpe, en reemplazo del goleador Gonzalo Higuaín, quien estará fuera por acumulación de tarjetas.

Argentina buscaría controlar el balón, disminuir el ritmo del partido y definir en contragolpe, casi todo lo contrario de su juego habitual.