Real Madrid ganó 3-1 al Betis y solventó un trámite incómodo y accidentado que acabó con las lesiones de Marcelo, Benzema, Carvalho y Modric antes del partido de Champions League que disputará este miércoles ante el Borussia de Dortmund, clave para marcar el éxito o el fracaso en el presente curso del conjunto blanco.

Se nota que el tramo final de la temporada, el decisivo, está a la vuelta de la esquina. Sin nada que hacer en la Liga, con el Barcelona a nueve puntos de proclamarse campeón, importan más otros frentes como la posibilidad de ganar la décima Copa de Europa.

El Dortmund espera al Real Madrid y por eso Mourinho sacó un once plagado de suplentes que acompañaron a Mesut Özil, Diego López, Karim Benzema y al siempre insaciable Cristiano Ronaldo. No imaginaría el técnico portugués que acabaría el duelo con nuevos inquilinos en la enfermería.

En el partido aparecieron Özil y Benzema, en el minuto 45, para hacer una pared y dar en el clavo. El alemán no falló en el mano a mano ante Adrián y subió el primer gol blanco al marcador en un momento de ciertas dudas. Justo antes del descanso. Psicológico. Y con prolongación, porque a los diez minutos de la reanudación, Benzema hizo el segundo tras aprovechar un paso de Cristiano.

El equipo B blanco se dedicó a jugar al fútbol sin más. Sin alardes, pero cumplió. Solo el tanto de Jorge Molina, de penalti, a 18 minutos del final, inquietó un poco al Bernabéu. Esa inquietud alcanzó su máxima expresión cuando Rubén Castro, en el 89, casi empata tras mandar un balón al larguero. Después, Özil, como si se tratara de un destino cruel, hizo el tercero.