HORACIO ZIMMERMANN @Horacon Redacción Online

Estilo. Esa es la palabra de moda en Sporting Cristal, el trending topic. De hecho, aquel vocablo de tres sílabas condenó a Roberto Mosquera en el club. O al menos eso es lo que argumentan los directivos más influyentes de la institución cervecera –léase Pancho Lombardi y Michael Debakey-.

En diálogo con El Comercio, Pancho Lombardi dijo que este año el equipo celeste estaba alejándose del estilo que el club propone e incluso estaba yendo en contra del mismo. Lo definió así: “Hacíamos un gol y nos metíamos atrás”.

Primero, ¿qué significa estilo en el fútbol? Marcelo Bielsa, un entrenador de primerísimo nivel, lo define como “el modo, la manera o la forma elegida para resolver situaciones en un partido”. “Se trata de elegir determinadas herramientas que constituyen el modo de jugar”.

En ese sentido, Lombardi, un amante del estilo ‘bielsista’, afirma que Cristal debe tener un equipo armónico, vistoso, que dé espectáculo, que presione mucho al rival a tal punto de ahogarlo, que intente ser protagonista ante cualquiera, que juegue más cerca al arco contrario, y en el que meter un gol y tirarse atrás está prohibido.

El Cristal campeón del 2012 tenía algunos de estos aspectos, pero estaba lejos de ser un cuadro de Bielsa. Un ejemplo: el año pasado, ante la ‘U’, el equipo no varió el estilo, pero sí la táctica. Esperó a los cremas (algo impensado en los equipos del rosarino), contragolpeó y lo goleó 3-0 en el Monumental. ¿Qué dijo la directiva? Nada. Este año el equipo intentó lo mismo, aunque obtuvo un resultado adverso (la derrota influyó en la salida del técnico). Si Cristal perdió algo en el 2013, fue la eficacia de su método, mas no la esencia de su juego. Aun irregular, continuaba siendo un equipo que priorizaba el protagonismo antes de cederlo, que variaba la táctica sin renunciar a su modo de jugar (ataque por las bandas, transiciones rápidas y la pelota al piso).

Si bien queda claro qué tipo de estilo quiere y exige la directiva de Cristal, Lombardi se contradice cuando afirma que Juan Carlos Mariño aportaba a esta identidad. El volante es un jugador con gran capacidad para crear, pero que carece de vértigo y velocidad para realizar transiciones rápidas de defensa-ataque y viceversa. De hecho, es un jugador de ritmo pausado. En el esquema de Bielsa, difícilmente encajaría en el once titular. Inclusive, Lombardi y compañía impusieron a Mosquera jugadores como ‘Zlatan’ Fernández, Renzo Revoredo y aceptó a Nelinho Quina y Eduardo Uribe. Todos los mencionados tienen algun en común: son jugadores que no cumplen precisamente los requisitos para ser futbolistas de ataque incesante.

Existe una contradicción de fondo en todo este tema del estilo: Mosquera no es un técnico ‘bielsista’. Es más, ni si quiera tiene similitudes con los aspirantes al cargo: Darío Franco, Daniel Ahmed y Jorge Espejo, técnicos notoriamente influenciados por el rosarino. El estilo de Mosquera tiene como característica bandera el toque, la pelota al ras del piso, pero de ninguna manera la asfixiante presión al rival. Resulta extraño entonces que la directiva haya buscado a Mosquera a inicios del 2012.

Los dirigentes rimenses deberían realizar una autocrítica y definir qué es lo que realmente quieren, antes de señalar a Mosquera como el único culpable. Lombardi afirma que en Cristal el proceso no lo hace un técnico, sino la directiva. Error.

Así como el proceso, el estilo lo determina el entrenador, y no la dirigencia. ¿O acaso es posible que alguien le imponga jugadores a Bielsa y le diga cómo jugar?