DAVID HIDALGO JIMÉNEZ @DavidsCreator Redacción online
Este ha sido el diálogo más sincero y maduro que he tenido con Reimond Manco. Hace seis años, después del Mundial Sub 17, conversé mucho con el ‘jugador promesa’ luego convertido en ‘chico problema’, y también fui testigo de cómo se encargó de opacar la que podía ser una brillante carrera.
Hoy, en la octava camiseta que le ha tocado vestir a sus escasos 22 años, escucho a una persona distinta. Encuentro en él una madurez moldeada por los golpes que le dio la vida, y lo mejor es que reconoce que fue por su mala cabeza. Hoy está 10 puntos físicamente y ha destacado en los cinco partidos completos que le tocó jugar en UTC como pieza clave de Rafo Castillo. Hoy nos vuelve a pegar el ojo en la TV y nos obliga a prestar más atención cada vez que toma el balón.
Me arriesgo a decir que está volviendo Reimond Manco en su mejor versión. Aquel jugador que solo debe ser noticia por lo bueno que hace dentro de una cancha y no por los escándalos que, como bien dice, ya quedaron atrás.
Se nota que ahora te diviertes en la cancha. Me siento bien y contento porque las cosas me están saliendo bien, pero no es casualidad, es producto del trabajo que estoy haciendo. Creo que pasa más por la confianza que me está dando Rafo. Eso es lo que yo necesito para mostrar todo mi potencial. Él y la directiva del UTC me están dando mucha confianza y así es difícil jugar mal. También se debe a la calidad de gente que hay en el equipo como Ricardo Ronceros, un tipo de 10 puntos que me ayuda un montón. Veo el sacrificio que él pone en la defensa, y si se tiene que tirar de cara lo hace. Eso me contagia.
¿Recuperaste las ganas de jugar? Sí. Creo que recuperé la motivación de jugar, de entender cómo se tienen que hacer las cosas para que a uno le vaya bien. No voy a jugar bien todos los partidos porque no soy un robot, pero intento hacerlo en cada fecha. Yo estoy infinitamente agradecido con el ‘profe’ Rafo, con Alfonso Barrán [preparador físico], con Gerardo Calero [asistente técnico], que son parte del comando técnico que me ha dado esa motivación que yo necesitaba para llegar al nivel que estoy intentando llegar. Tengo continuidad y sé que si fallo un pase o si hago un mal partido no me van a sacar o me voy a quedar en el banco en la siguiente fecha. Eso me ha ayudado un montón.
Contra la ‘U’ no luciste mucho, pero hiciste una gran jugada con un pase gol, y eso bastó. La ‘U’ atacó todo el partido y no había forma que toquemos la pelota. Durante los noventa minutos prácticamente he jugado de lateral derecho. Por eso Edwin Gómez solo tiró un centro y no lo hizo más. Esa fue mi función. Cuando hay que sacrificarse lo hacemos todos. Físicamente, la ‘U’ es un rival muy complicado; por el promedio de edad y por lo que está corriendo.
Rafo Castillo te exige esa ida y vuelta porque sabe que eres muy aplicado tácticamente. Es parte de la solidaridad que uno debe tener con sus compañeros. Y esa es una de las cosas que aprendí estando fuera. Ahora es parte de mi juego. Físicamente estoy muy bien, tengo un gran preparador físico y eso me ayuda a hacer el recorrido.
SUEÑOS DE BLANQUIRROJA Estás demostrando un nivel para volver a la selección peruana. Yo me muero por estar en la selección, pero no como ansias. Yo sé que este es un trabajo continuo, recién llevo cinco partidos con UTC —jugando los 90 minutos— y estoy agarrando ritmo y continuidad, y eso es lo que me va a llevar. Creo que si sigo jugando así, por mi equipo, por mí, las cosas van a llegar solas. No quiero presionar a nadie ni salir a decir que me llamen. Estoy tranquilo y ya me tocará mi oportunidad nuevamente.
Perú jugará mañana ante México con una selección a futuro y tú estás en edad para conformarla. Me da alegría que les estén dando oportunidad a futbolistas jóvenes. Ustedes saben que antes era muy difícil que chicos de 20 o 22 años estén en la selección, y que ahora tengamos una selección basada en esa edad a uno lo pone contento porque vemos oportunidades. No solo yo, también muchos jóvenes de distintos equipos del torneo local. Esa es una motivación especial porque saben que pueden estar ahí.
Todavía queda tela por cortar en las Eliminatorias ¿Te ves ahí? Para serte sincero, sí quiero. Pero no sé lo que pueda pasar o lo que piense el profesor Markarián. Estoy muy ilusionado y ojalá que se dé. Creo que podría aportar mi granito de arena para empujar el carro para el mismo lado.
¿Cómo te llevas con Pizarro, Guerrero, Farfán, Vargas? En realidad, con Paolo y Claudio no he tenido la oportunidad de estar en una concentración, pero todo bien las poquitas veces que hemos conversado. Jefferson es mi amigo. Hubo un mal entendido, lo conversamos como amigos y quedó ahí, y ahora estamos muy bien. Con el ‘Loco’ también me llevo de lo mejor.
PARE DE SUFRIR Viviste una etapa mala y este es el momento de levantarse. Es cierto. Y esa etapa ya pasó. Ha llegado el momento de dedicarme a jugar fútbol que es lo que más me gusta hacer. Que venga lo que venga.
¿Qué objetivo personal te has trazado? Mi objetivo es la familia porque es mi gran motivación: es la que más disfruta cuando te va bien y la que más sufre cuando te va mal. Me cansé de hacerla sufrir tanto. Lo único que quiero es que vivan tranquilos y volver a darle alegrías.
Y la familia sufre en la medida en que tú sufras. Claro que sí. Tengo las cosas bien claras y sé que no puedo seguir perdiendo tiempo y desaprovechando oportunidades. Sobre todo si quiero llegar a las metas que me propuse. Todavía falta mucho. Esto es una cuestión de constancia, ganas y voluntad.
¿Quién te cambió el ‘chip’, quién o qué te devolvió las ganas de jugar? No lo sé. Quizás mirar hacia atrás y no haber hecho todo lo que pude, porque no quise. Es difícil y uno se arrepiente de todo eso. Así como pienso eso también pienso que estoy a tiempo. Por eso tomé la decisión de empezar desde cero. Renuncié a ganar mucho dinero en Qatar por venir a UTC a ganar un sueldo bajo, pero para hacer lo que más me gusta que es jugar.
Exacto, no basta con que juegues bien para volver a un equipo grande. Si te portas mal ningún club te va a querer. Es verdad. Quiero llegar lo más lejos posible y creo que las cosas se pueden ir dando poco a poco llevando una vida personal muy ordenada. Para mí ahora eso es lo más importante. De nada servirá si juego bien y me porto mal. Caí muchas veces y ya no estoy para eso.