Desvanecimiento, golpes de calor, calambres y fatiga precoz son algunos de los riesgos a los que te expones si tu hidratación no es la adecuada durante tu entrenamiento en running. Sin mencionar que tu rendimiento disminuye, pues, si estás deshidratado tu capacidad cognitiva de reacción, se reduce y eso te hace más lento. Por estas razones, presta atención a estos datos y corre sin problemas.
De acuerdo al American College of Sports and Medicine, la meta de beber durante el ejercicio es prevenir la deshidratación excesiva -que viene a ser una pérdida de más de 2% peso corporal por déficit de agua- y los cambios excesivos en el balance de electrolitos para evitar que se afecte el rendimiento en el ejercicio.
A lo largo del entrenamiento, lo ideal es que no haya una pérdida mayor a un kilo. Katy Cántaro, nutricionista de la FPF, aconseja consumir líquidos cada 20 minutos durante tu rutina de ejercicios o entrenarte en sorbos medianamente grandes para que no te sientas embotado y no pierdas líquido. De preferencia, debes tomar bebidas rehidratantes para que te aporten electrolitos y glucosa.
“Uno debería consumir suficiente líquido para no perder mucho peso mientras entrena porque lo que se pierde es agua. No hay una pérdida de grasa significativa. Si pierdes un kilo o dos, los tienes que recuperar mientras entrenas y después del ejercicio. Para que no pierdas tanto peso, es importante haber llegado ya hidratado”, asegura.
Aquí te dejamos unos puntos que te ayudarán a ver tu nivel de hidratación:▶ Pesarse es importante. Para saber cuánto sudor estamos perdiendo, es clave pesarse antes y después del entrenamiento. La idea es recuperar el 50% más del peso perdido. Es decir, si perdiste medio kilo, deberías tomar 750 mililitros. Si fue un kilo, debes consumir un litro y medio después.
▶ Monitoriza el color de tu orina. Cuanto más oscura esté es probable que tengas una deshidratación mayor. Si está muy clara o transparencia, quiere decir que estás sobre hidratado y estás teniendo una pérdida de minerales. Se trata de llegar a un equilibrio.
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