SILVIA MENDOZA M.

La cementera del grupo Hochschild sigue firme con su expansión en el norte del país y anuncia avances en sus proyectos de diversificación.

Cementos Pacasmayo ha realizado dos emisiones en el último año. ¿A qué proyectos se destinará ese financiamiento? Así es, acabamos de hacer una emisión de bonos internacionales muy exitosa la semana pasada en la que hemos colocado US$300 millones a un cupón de 4,5% con un plazo de 10 años. Pese a que la colocación fue por US$300 millones, la demanda fue por US$2.500 millones. En el caso de la emisión de los bonos, una parte (US$78 millones) será destinada a prepagar el único crédito bancario que tenemos y el saldo financiará la planta de Piura. La emisión del año pasado (US$250 millones) fue para fines corporativos diversos.

¿Cuánto va a costar la planta de Piura? Este proyecto costará US$300 millones y tendrá una capacidad de producción de 1,6 millones de toneladas de cemento por año. Ya todo está caminando, la planta debe comenzar a producir en el primer trimestre del 2015.

¿Qué capacidad de producción tendrán el 2015? Llegaremos a las 5 millones de toneladas.

¿Para cuánto tiempo tienen con esa capacidad de producción? Creo que con eso tenemos tranquilidad hasta el 2019. Pero como los proyectos de cemento toman varios años, hacia el 2015 ya deberíamos estar pensando en una cuarta planta.

¿Descartan una nueva ampliación? Habrá que evaluarlo en su momento. Pacasmayo tiene una ubicación estratégica, podría ser una ampliación. Dependemos de cómo evolucionen los mercados regionales dentro de nuestra área de influencia. Este análisis aún nos falta realizarlo.

Pacasmayo tiene una situación privilegiada, no tiene competencia. ¿Esto es una ventaja o un riesgo? Es cierto que no hay ningún anuncio de un proyecto cementero en el norte, pero nosotros trabajamos siempre para ser competitivos y eficientes. El día que llegue la competencia, habrá que enfrentarla. Hay que tomar en cuenta que montar una planta de cemento toma unos cuatro años, para entonces nuestra posición en el norte será importante.

La incursión de la competencia en la zona centro podría empujar a Unacem a avanzar hacia el norte. ¿Le preocuparía eso? Unacem, Yura o nosotros podemos ofrecer nuestros productos en cualquier parte del país. Será el consumidor el que decida. Los costos de las tres cementeras son bastantes parecidos, es el flete el que nos regula de alguna manera.

¿Y los precios? Los precios han estado bastante estables en los últimos años, con diferencias muy pequeñas, incluso por debajo de la inflación. Además, si comparamos con la región, el costo de la tonelada de cemento en el Perú es de US$140 versus US$200 en otros países.

En los primeros 9 meses del 2012 les fue bien. ¿Cómo cerraron el año? La cifra del último trimestre todavía no la puedo compartir, pero efectivamente hemos cerrado un muy buen año. El crecimiento final debe haber estado alrededor del 16%. El 2012 fue un gran año, con un buen crecimiento, la colocación en Nueva York, la ampliación de la planta de Cementos Selva y el arranque de nuestro proyecto de fosfatos.

Unacem ya logró su internacionalización y Yura tiene planes de hacerlo. ¿Qué hay con Pacasmayo? Nos encantaría.

¿Está cerca? Lo hemos estado persiguiendo en los últimos años, aún no hemos aterrizado en buen puerto, pero creo que va a venir.

¿De qué área hablamos? De la región, nos gustan mucho las Américas.

¿Es algo inmediato o más de largo plazo? Depende de que se presente una oportunidad atractiva, rentable y tenga un perfil que nos acomode.

¿Cómo avanza su proyecto de fosfatos? La ingeniería básica, tanto de la mina, de la planta y del puerto, debe estar concluida hacia finales de este trimestre. Con eso tendremos claridad sobre la cifra final de inversión y nos ayudará a completar en abril el análisis de factibilidad económica.

¿Necesitarán más emisiones para financiarse? No. Con lo que tenemos nos quedamos tranquilos.

Este proyecto y el de salmueras está fuera del ‘core’ de Pacasmayo. ¿Cómo se preparan para ser exitosos también en esos nuevos mercados? En el caso de fosfatos tenemos como socio a Mitsubishi Corporation, que trae el ‘expertise’. En salmueras es Quimpac, que hace lo propio. Además hemos creado gerencias independientes por cada proyecto. Ahí tenemos a especialistas norteamericanos, indios y japoneses, que ponen el ‘expertise’ que falta.