Moody’s: Perú disfruta de una alta confianza del consumidor
Moody’s: Perú disfruta de una alta confianza del consumidor
Redacción Economía

Las últimas cifras de la dan cuenta de una actividad que ha recuperado vigor. En el segundo trimestre del año, la producción nacional creció 5,4% y aceleró a su mejor ritmo desde el 2013. Sin embargo, esas buenas noticias no han contagiado optimismo a los consumidores en .

En agosto, el índice de confianza del consumidor de Apoyo Consultoría () se ubicó en 49 puntos; con lo que consolidan siete meses consecutivos sin optimismo. Cuando el Indicca tiene un valor superior a 50 puntos implica que hay optimismo, mientras una lectura inferior a 50 denota pesimismo.

Lo positivo del Indicca de agosto es que mejoró dos puntos respecto al resultado de julio, pero la confianza aún es baja, señala la consultora.

Esto se da en un contexto en que no solo la economía muestra mejores cifras, sino también el mercado laboral. Según la planilla electrónica, el no deja de crecer en lo que va del año y, sin embargo, la percepción de un mercado laboral débil es el principal factor que limita la confianza de los consumidores, subraya Apoyo.

De hecho, en agosto el 25% de familias en la capital percibe que se ha vuelto más fácil encontrar un empleo; este dato muestra una tendencia a deteriorarse a lo largo del 2018.

“Aún es necesario que mejore el panorama político y que el crecimiento económico sea más generalizado por regiones y niveles socioeconómicos para que la recuperación económica y la confianza de los consumidores se alineen”, afirma.

La misma trayectoria muestra la proporción de familias que esperan que su situación económica mejore. Comenzó el año con una lectura de 54%, pero se ha reducido moderadamente hasta 51% al final de agosto.

LOS OBSTÁCULOS

Para Apoyo Consultoría, el divorcio entre las mejores cifras de la economía y la poca confianza del consumidor tiene tres posibles explicaciones.

En primer lugar, el ambiente político estaría teniendo un impacto. Las personas tienen bajas expectativas de la clase política, cuyas acciones generan incertidumbre. Los bajos niveles de aprobación de las autoridades reflejan todo ello, lo que siembra dudas de mediano y largo plazo a las familias.

Segundo, los principales motores de la actual recuperación de la economía peruana –la minería y la agroexportación– vienen impulsando principalmente a regiones fuera de Lima. Como consecuencia, el empleo formal y el dinamismo económico se está dando principalmente fuera de la capital, refiere Apoyo.

Tercero, la recuperación del empleo y las ventas del sector formal estarían beneficiando principalmente a los consumidores de ingresos más altos (de niveles socioeconómicos AB). De hecho, la confianza de los consumidores de menores ingresos se ha deteriorado en los últimos meses, mientras que la de los NSE AB se ha mantenido estable, en promedio. 

Al ver la trayectoria de la confianza por estratos, la diferencia es marcada. En el caso de los NSE más altos, en los últimos 110 meses solamente han caído una vez a territorio pesimista. La última racha de pesimismo que tuvo dicho sector fue durante el 2009, año en que impactó la crisis financiera global.

Entre los NSE CDE, la situación es opuesta. Se encuentran en territorio pesimista por 18 meses consecutivos y, además, los 46 puntos registrados en agosto son su peor lectura en lo que va del año.

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