Con el Programa de Garantías COVID-19, trabajado entre el Ejecutivo y el Congreso, las entidades financieras deberán a reducir como mínimo entre 15% a 25% sus tasas de interés, si quieren acceder a la garantía del Estado para reprogramar un crédito de consumo. Esta disminución, según Jorge Delgado, presidente de la Asociación de Instituciones de Microfinanzas del Perú (Asomif), tiene el segundo beneficio de permitir un alivio en las provisiones.
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“Creo que es viable poder dar esa facilidad, ya que se cuenta con una garantía del Estado. Entonces, las provisiones que hacen las entidades también se reducirán. En el caso de las microfinanzas, se verá más en consumo y mypes”, explicó.
En opinión de Carlos Arata, socio del Área Financiera y Corporativa del Estudio Rubio Leguía Normand, puede haber entidades que reduzcan aún más sus tasas de interés, pero los límites establecidos por el Estado ya son bastante equilibrados con clientes y entidades.
“Si la garantía estatal es mayor, el riesgo moral se incrementa. Hace bien el Gobierno en poner esos límites para evitar que la gente empiece a incumplir de manera masiva y la obligación de bajar la tasa también es importante porque permite que la entidad financiera también se involucre en el problema”, precisó.
Tasas de interés en el mercado
Una vez en el mercado, Delgado estimó que sí se presentará una reducción de tasas de interés a nivel de mercado, como ocurrió con Reactiva Perú, aunque no en la misma magnitud. Sin embargo, el cliente no debería de asumir que esas tasas son las habituales.
“A nosotros nos cuesta llegar a un cliente, más o menos, entre un 14% y 15%; con una tasa de 2% (en Reactiva) no cubrimos el costo del sistema de negocio, ni los ahorros que tenemos que pagar al público. Hay una garantía del 98%. No es la tasa habitual”, mencionó.
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Además, recordó que estas facilidades se aplicarán a clientes calificados con historial crediticio y calificados como normales o con riesgo potencial, los mismos que suelen ser muy disputados entre la banca y otras entidades financieras, mediante la compra de deuda.
Para Arata, lo que sí ocurrirá es que las entidades financieras muestren más interés por deshacerse de sus carteras pesadas. Por el lado del consumidor, debería haber un mayor consumo, pero eso recién se vería en la campaña navideña.
“Estamos a dos meses de las fiestas de fin de año, es posible que ahí empecemos a ver cómo se está desarrollando el sistema financiero. Hoy que todavía tenemos muchas actividades restringidas, es difícil verlo”, agregó.