A menos de un mes para las elecciones generales, este Diario publicó hoy (domingo 14) el primer simulacro nacional de voto presidencial (con cédula y ánfora secreta), así como la última encuesta de El Comercio - Ipsos sobre intención de voto.
Los resultados de ambos estudios revelan que el candidato Yonhy Lescano (Acción Popular) lidera las preferencias, mientras que el segundo puesto lo disputan George Forsyth (Victoria Nacional), Rafael López Aliaga (Renovación Popular), Keiko Fujimori (Fuerza Popular) y Verónika Mendoza (Juntos por el Perú).
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Otras encuestas difundidas recientemente han arrojado resultados diferentes debido a varios factores; entre ellos, que el trabajo de Ipsos Perú fue presencial, explicó el presidente ejecutivo de esa organización, Alfredo Torres, en entrevista con El Comercio.
“Toda encuesta tiene un error muestral, que es +/- 2.8, +/- 3. Parte de las diferencias [de los resultados] pueden deberse a eso. Otras diferencias pueden deberse a las fechas de realización del estudio”, dijo.
“En el caso de la encuesta del IEP que publica La República, hay una diferencia adicional, que es la metodología. Es una encuesta telefónica. Estas también son válidas, pero tienen algunas limitaciones”, añadió Torres.
El presidente de Ipsos explicó que “hay personas cuya cuenta telefónica está inactiva porque no han pagado el servicio, hay zonas del país que tienen mala señal. Eso es un factor importante. Pero la diferencia más significativa es que en la encuesta telefónica no se puede mostrar la lista de opciones, como en la encuesta presencial, ni por supuesto hacer un simulacro de votación como hemos hecho nosotros”.
Torres precisó que esos estudios telefónicos son válidos, “pero las técnicas que estamos usando en Ipsos son más precisas”.
Diferencia entre encuesta y simulacro
También hay diferencias entre la encuesta de intención de voto y el simulacro nacional de voto. El Comercio ha publicado los resultados de ambos estudios.
Torres explicó que para ambos casos, el diseño muestral fue el mismo: “Hemos ido a todos los departamentos del Perú, a una muestra representativa urbano - rural del país, de todas las personas en edad de votar. Lo que hemos hecho cuando llegamos al hogar seleccionado para la entrevista es aplicar la encuesta habitual; sin embargo, inmediatamente después de concluir la encuesta, le hemos pedido, ya habiendo desarrollado confianza con el entrevistado, que vote con una réplica a la cédula electoral”.
La principal diferencia es que en la encuesta, el entrevistado puede decir que no sabe por quién votará; en cambio, en el simulacro tiene que marcar algo, “y si realmente no está seguro, de repente vota en blanco”.
“Los indecisos terminan marcando algo. Cuando hemos comparado los resultados entre la encuesta y el simulacro, vemos que no hay el voto oculto que hubo en algunas elecciones en el pasado, pero sí hay un poco de mayor inclinación de los indecisos por algunos candidatos que por otros”, dijo Torres.
En primer lugar, agregó, todos suben un poco. Hay una distribución de los indecisos a favor de todos los candidatos. Pero “la que sube un poco más es Verónika Mendoza. ¿Cuál puede ser la razón de esto? Que hay un porcentaje importante de indecisos en la población rural donde ella tiene un mayor apoyo electoral. Cuando ocurre este ejercicio [del simulacro], personas del sector rural que de repente no habían contestado en la encuesta por quién votarían, han marcado su nombre. No cambia el ranking de las preferencias, pero sí la acerca un poco más al grupo que está peleando por el segundo lugar”.
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