Con los errores se aprende. Eso es algo que los expertos en edificaciones sismorresistentes tienen muy en claro. Por eso, a lo largo de los años y según experiencias extranjeras, la Norma Técnica de diseño sismorresistente peruana va ajustándose; sin embargo, el tipo de suelo que existe en nuestro país y la informalidad en las edificaciones comprometen las construcciones en caso de un gran terremoto.
Hernando Tavera, presidente ejecutivo del IGP (Instituto Geofísico del Perú), sostiene que es un hecho que un sismo de gran magnitud en Lima va a ocurrir. Las investigaciones de la institución revelan que existe una deformación frente a la Costa Central del Perú que podría provocar uno de los más grandes terremotos en casi 300 años.
Pero esta concentración de energía no sería el único problema, porque según explica Tavera, el crecimiento acelerado que tuvo Lima después del pasado 3 de octubre de 1974, fecha en que ocurrió el último gran sismo en la capital, así como la autoconstrucción que ocupa suelos no adecuados para viviendas, provocaría más consecuencias negativas a la capital.
El Ing. Julio Rivera Feijóo, miembro del Comité Permanente de Revisión de las Normas Sismorresistentes del Perú, concuerda con el IGP y agrega que dependiendo del tipo de suelo, la edificación se comportará de diferente manera.
“En Lima, los distritos de Barranco y Chorrillos tienen una mayor vulnerabilidad por su tipo de suelo; es por ello, que sus diseños y edificaciones requieren mayor exigencia para que tengan el mismo comportamiento ante un terremoto”, afirma.
¿Cómo saber si una edificación es resistente a los sismos?
Una edificación sismorresistente no asegura que esta no sufra daños durante un terremoto. Su objetivo principal, según comenta Luis Quiroz, docente de la carrera de Ingeniería Civil de la Universidad de Lima, es no colapsar y permitir que las personas que lo habitan logren salir del lugar en caso de un movimiento telúrico.
Hoy en día existen varios sistemas sismorresistentes. El más conocido y usado en el Perú es el de muros de mampostería, que es un sistema en el que se tiene muros de ladrillos con elementos de confinamiento. Esto es aplicable para estructuras de viviendas y edificios de hasta 5 pisos.
“Cuando hablamos de departamentos de varios pisos, la Norma peruana dice que tiene que haber muros más rígidos, de concreto y gruesos (20 a 25 centímetros dependiendo de la cantidad de pisos que tenga el edificio). Uno puede darse cuenta - de acuerdo a la cantidad de elementos que tiene la estructura - si es resistente o no”, sostiene.
En el caso de las viviendas multifamiliares, una mala práctica es el uso del ladrillo pandereta para estas edificaciones. Esta es una señal de que el edificio tiene poca resistencia ante un evento sísmico. “Este ladrillo es para muros aislados, pero lo usan en edificaciones para ahorrar material. Esta es una señal de alerta porque aguanta el peso de las personas, de la estructura, pero cuando ocurra un sismo, otra será la historia”, remarca.
Una forma de identificar si la edificación ha sido construida con este tipo de ladrillo es mediante el sonido: “Sonará hueco, en caso que sea un ladrillo sólido, sonará diferente”, explica Quiroz.
Para Talavera del IGP, lamentablemente - en el caso de los sismos - uno debe aprender con la experiencia. No obstante, en el caso de Perú, como no ha habido sismos importantes en los últimos años, no estamos seguros de lo que se está avanzando en esa tecnología de construcción.
“Confiamos en esta normativa y esperamos que cuando ocurra un sismo nuestras edificaciones [que han seguido la norma] se comporten de manera adecuada. Se recogen experiencias de otros países pero recordemos que los suelos no son los mismos, entonces no sabemos cómo va a desarrollarse un sismo realmente en nuestro territorio”, indica.
Tips antes de comprar una vivienda
Para los expertos entrevistados por El Comercio, lo primero que debes solicitar - antes de comprar una vivienda - son los certificados de identidad estructural. Este documento, que corrobora que el inmueble sigue todas las normas peruanas de diseño y construcción, debe llegar entre los papeles de compra del inmueble o puedes solicitar con la inmobiliaria.
“Como propietario de una nueva vivienda, se lo debes exigir a la empresa o persona que te vende el departamento”, informa Quiroz de la Universidad de Lima.
Así mismo, el ingeniero Julio Rivera explica que es recomendable adquirir viviendas con una construcción no mayor de 20 años de antigüedad, dado que desde aquel tiempo, la Norma peruana empezó a tener cambios en sus condiciones. Según indica, los edificios nuevos tendrán un mejor comportamiento ante un terremoto, si es que siguieron la norma durante su construcción.
A su vez, recomienda que las viviendas que tengan más de 20 años de construcción sean inspeccionadas por un profesional de la construcción que realice un diagnóstico estructural para conocer el estado en el que se encuentra el inmueble.
Para las viviendas nuevas, añade Rivera, se deben revisar las fisuras del espacio pues estas no deben ser mayores a 0.3 milímetros de espesor. Rivera indica que la edificación está bien construida, diseñada y supervisada cuando se encuentran con fisuras no mayores a 0.3 milímetros. Cuando las fisuras son mayores, al edificio recibir golpes fuertes, los muros se van a relajar y causar daños.
Desde el IGP recomiendan averiguar quiénes son los diseñadores, constructores y supervisores a fin de conocer quiénes están detrás de los planos de la vivienda. “Mientras se siga las normas y reglas de juego, confiamos en que las estructuras se comporten de manera adecuada cuando ocurra un terremoto”, puntualiza Tavera.
Los entrevistados concuerdan que para que una casa sea segura esta debe haber sido diseñada por un arquitecto, un ingeniero estructural y construida por un maestro profesional.
Quien desee conocer los detalles de su inmueble debe revisar que en los títulos de propiedad de su hogar aparezca el estudio geológico y de mecánica de los suelos, el cumplimiento del Reglamento Nacional de Edificaciones y los materiales de construcción utilizados.
De no contar con la documentación, recomiendan contratar servicios de expertos, como ingenieros civiles y estructurales.
En caso se determine que la vivienda no es segura, se recomienda hacer los arreglos respectivos e informarte acerca de las zonas más vulnerables (escaleras, puertas, grietas) y las más seguras para protegerse en caso de desastre.
Asímismo, también existen iniciativas como las de la Universidad de Ciencias y Artes de América Latina (UCAL), el Colegio de Arquitectos del Perú y el Colegio de Ingenieros llamado “Manzana Segura”. Estas instituciones han puesto en marcha este programa que busca resolver el problema de vulnerabilidad y el riesgo estructural de la vivienda informal, uniendo esfuerzos para brindar una solución técnica a las miles de viviendas que necesitan reforzarse.
- Identifica los materiales de la vivienda, es importante conocer las características que incrementan o disminuyen el riesgo al que estás expuesto.
- Conocer la ubicación de la vivienda, hay que analizar los riesgos potenciales, si está ubicada cerca de una quebrada, un río, lagunas, mar, redes de gas, el tipo de suelo; si se encuentra cerca de edificaciones en mal estado, rodeada de cables eléctricos que
estén colgando y que atraviesen la acera o cerca con posibilidades de caerse, entre otros.
- Revisar el estado de las instalaciones eléctricas, de las cañerías, de las paredes, muros, techos, entre otros.
- Elaborar un croquis de la vivienda y sus alrededores. Señalar los lugares de riesgos y las recomendaciones para disminuir tal riesgo. Además, marcar los lugares que involucran vulnerabilidad; tales como paredes inestables, roturas o desniveles en el piso, cables sueltos, desagües sin tapa, macetas, repisas y estantes sin sujetar a la pared, entre otros.
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