Tranquilidad en medio de la pesadilla. Así describe la médica Neda Ágreda Gamboa la aplicación de la segunda dosis de la vacuna contra el COVID-19 en el personal de primera línea. Como intensivista neonatal del hospital San Bartolomé, Agreda atiende a recién nacidos de madres contagiadas con el virus. Todos los días se enfrenta al trabajo de salvar a bebés prematuros, con patologías de fondo u otros males que les obliga a pasar sus primeros días de vida en la UCI, mientras intenta evitar contagiarse y llevar al virus a su propia casa.
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Así como ella, cientos de médicos, enfermeras y personal de salud de primera línea empezaron a recibir la segunda dosis de la vacuna de Sinopharm para completar la inmunización contra la enfermedad, 21 días después de la primera aplicación. Aunque es necesario esperar al menos otra semana hasta garantizar el desarrollo de anticuerpos, la vacunación con ellos ya ha sido cumplida.
“Estoy muy emocionada y contenta. La segunda dosis nos da mucha tranquilidad para seguir cumpliendo nuestra labor como personal intensivista en esta pesadilla que es la pandemia”, dice a El Comercio.
A pocos días de cumplirse un año de la llegada del COVID-19 al Perú, la intensivista neonatal sostiene que lo más difícil de todo ha sido lidiar con la preocupación por salvar la vida de otros y la suya misma. El impacto del COVID-19 en el personal de salud ha sido devastador. Según los reportes de los gremios profesionales, al menos 342 médicos y más de 130 enfermeras han muerto por la pandemia.
“Aparte del estrés de atender en UCI a un recién nacido de madre contagiada o él mismo con diagnostico positivo también está la preocupación por cuidarnos. Tenemos colegas que se han reinfectado con una sintomatología peor incluso que en el primer contagio en la primera ola”, cuenta.
Pamela Vargas, gineco obstetra del mismo hospital, entiende perfectamente esta doble sensación de intranquilidad en la pandemia. “Hay muchos médicos ginecólogos que han caído. Ahora mismo tenemos a una residente de segundo año que esta entubada en el hospital Sabogal y a un ginecólogo enfermo que se encuentra en casa”, dice.
Solo en el San Bartolomé, además del promedio de 6 mil partos que atendieron durante el 2020, hubo otros mil de pacientes con COVID-19. Por ello, las medidas de protección debieron ser extremas. “Es difícil mantenerse todo el día con los equipos de protección personal. Nos hemos tenido que adecuar desde el primer día. No ha sido fácil para nadie respirar a través de protectores faciales, 24 horas bajo el traje, nos deshidratábamos, pero era nuestra labor y no había otra opción”, explica.
Para ella, la vacunación también es un respiro que les alienta a seguir. “Estamos muy contentas y agradecidas de que hayan llegado las vacunas que nos permiten seguir trabajando en esta labor que nos llena. Alentamos a la población que lo haga porque es la única manera de poder vencer a la pandemia”, agrega.
Además del hospital San Bartolomé, la aplicación de la segunda dosis también empezó en el Instituto Nacional de Salud del Niño de Breña y en el hospital Dos de Mayo. En este último trabaja el médico Urso Rodríguez, jefe del Servicio de Reproducción Humana, quien precisa que en ninguna de las dos aplicaciones tuvo molestias o reacciones adversas por la vacuna.
“Es importante la vacunación para estar tranquilo. Ahora tenemos que esperar porque el periodo de protección indica que deben pasar dos semanas después de la segunda dosis para tener los anticuerpos necesarios”, contó a este Diario.
Por eso, reitera que es necesario mantener las medidas de protección como el uso de mascarilla, distanciamiento social y lavado de manos, incluso después de la vacunación. “Mientras no lleguemos al 80% de vacunados en Perú esto no se va a acabar. No podemos dejar de usar mascarillas, todo lo contrario. Tenemos que protegernos nosotros y nuestras familias”, señala.
En el hospital Dos de Mayo también labora, Katherine De La Torre Rojas, médico Residente de primer año de Cirugía Pediátrica. En diciembre empezó su servicio y le ha tocado enfrentar la segunda ola de la pandemia “Necesitamos mucha salud mental para transmitirles tranquilidad a los pacientes. La vacuna nos ayuda a sentirnos seguros”, dice.
Desde el Hospital Militar Central, el presidente Francisco Sagasti también recibió la segunda dosis de Sinopharm y anunció que a partir de mañana el Perú contará con dos tipos de vacuna para aumentar el número personas que serán inmunizadas. Después de varios meses de negociaciones, el laboratorio Pfizer enviará un primer lote de 50 mil vacunas en un vuelo de la aerolínea KLM que arribará al aeropuerto Jorge Chávez durante la noche. En total, hasta el momento el Gobierno habrá conseguido 1′050.000 dosis de las 30 millones que necesita para cumplir su meta de vacunar a 15 millones de personas hasta el mes de julio.
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