“Cristóbal Colón antes los doctores en Salamanca”, obra cumbre de Ignacio Merino. (Foto: Pinacoteca de la Municipalidad de Lima)
“Cristóbal Colón antes los doctores en Salamanca”, obra cumbre de Ignacio Merino. (Foto: Pinacoteca de la Municipalidad de Lima)

El aejo papel, saboreado por la polilla, da cuenta del legado del peruano. Casi vencido por la tuberculosis y sus fiebres, Ignacio Merino le haba encargado a su amigo y albacea Juan Sescau hacerse cargo de sus bienes. Con plumilla y caligrafa estilizada, Sescau fech el inventario en Pars, en abril de 1876, un mes despus de la muerte del artista, detallando cada una de las obras que Merino dejaba como herencia a la ciudad de Lima, el total de su produccin hallada en su estudio al momento de su muerte: 90 piezas, contando leos y acuarelas. Entre ellas, el cuadro titulado El penitente, que 140 aos despus reposa hoy en higinica ubicacin junto a uno de los baos del segundo piso del Palacio Municipal de Lima.

Sin metfora de por medio, el legado de Ignacio Merino comparte all paredes con el Bolvar y el San Martn de Daniel Hernndez que observan, heroicos, desde su humilde posicin sobre las puertas de un ascensor. Merino quera perennizar su nombre en su pas de origen a pesar de que toda su carrera transcurri fuera, apunta Luis Eduardo Wuffarden, historiador del arte y estudioso de la obra de Merino.

Aristocrticos y fervientes realistas, con la independencia los Merino recalaron en Europa. El nio Ignacio cambi entonces la ardiente Piura de sus primeros aos por las nevadas calles de Pars, donde estudi en una escuela de emigrados liberales de Espaa, en la que recibi sus primeras clases de pintura. Ms adelante vendra su aprendizaje en una academia privada, hacia 1835, donde, segn la leyenda, el mismsimo Luis Felipe de Orlans, ltimo rey de Francia, elogi el trabajo del joven exiliado peruano. Luego, tambin, llegara su trabajo en el taller del afamado acadmico Paul Delaroche, y el retorno a Lima en 1838, cuando ya asomaba el fecalsimo auge guanero. En Lima entabl amistad con Francisco Laso, Francisco Masas y Luis Montero, y se hizo cargo de la Academia de Dibujo de Lima, ubicada en la antigua Biblioteca Nacional de la hoy infernal avenida Abancay.

EL EXILIADO BOHEMIO

La Lima pacata retratada por Manuel Ascencio Segura en la obra de teatro Las tres viudas (que hoy se vuelve a montar en Lima) le qued chica a Merino, quien en 1850 volvi a Pars para instalar su estudio en el Boulevard de Clichy. All, en el epicentro de la bohemia, el peruano se vincul, sobre todo, con la colonia de pintores espaoles. Para entonces, todava no ruga en la zona el Moulin Rouge que cautiv a Picasso medio siglo despus.

El Pars de Merino era una urbe de mujeres encorsetadas y hombres de sombrero de copa y pajarita. Ah, en el No. 1 de ese bulevar, Merino trabaj sin apuro ni necesidad de vender sus obras, que prefera conservar. Viva la bohemia con la holgura de las remesas de dinero que su familia le enviaba. Goz de los bares y las grandes tertulias, y vivi en funcin de los salones de pintura que se celebraban cada ao en la ciudad, afiliados a los cnones de la academia. Reinaban en las artes, entonces, Ingres y Delacroix, los grandes rivales del clasicismo y el romanticismo.

Segn anota Wuffarden: Merino se adapt al gusto de la academia europea al punto que tuvo que permanecer en Europa porque en su pas natal no exista un ambiente ni un pblico para ese tipo de arte; es el primer gran cosmopolita de la pintura peruana que tiene que optar por el exilio justamente por esta razn. La generacin de Merino marca un punto de quiebre con respecto al arte colonial; representa un nuevo tipo de artista, ilustrado, profesional y liberal, que va a formarse a Europa, en las academias; se diferencia notablemente de la prctica del arte en el virreinato, ms bien artesanal.

El edificio donde Merino pint sin descanso, en el nmero 1 del Boulevard de Clichy, es hoy una especie de palacio de venta de instrumentos musicales. La zona, ahora transformada en el barrio rojo de Pars, est poblada por sexshops y establecimientos de diverso entusiasmo ertico. Picasso retrat la zona en su momento. Van Gogh, tambin. Degas muri cuatro dcadas despus de Merino en el nmero 6 del movido bulevar.

La gran interrogante sobre Merino, asegura Wuffarden, queda pendiente: Todos nos preguntamos qu hubiera sido de l si continuaba con la temtica peruana que ocupa su inters en sus aos en Lima, cuando sabemos que se relacion con Rugendas, y ya vena de las enseanzas de Monvoisin, uno de los pintores europeos que se interesan por el tema americano, cuando haba toda esta efervescencia, pero luego hay un corte, no hay inters en lo peruano y Laso se convierte en el gran pintor de esta generacin de los temas indgenas; el estilo americanista de Merino es entonces desplazado por la tendencia historicista de pintores como Velzquez, cuando el romanticismo francs mira a los maestros espaoles del Siglo de Oro, es el momento del triunfo de Zurbarn, de Murillo.

Con su cartapacio de dibujos bajo el brazo, Merino sola recorrer, al final de sus veinte, las calles de Lima y balnearios en busca de tipos costumbristas, cuando los coches an eran tirados por caballos. Mary Takahashi, responsable de la Pinacoteca de la Municipalidad, apunta: Merino se alimentaba de las tendencias artsticas que iban apareciendo, era un pintor que se replanteaba constantemente. Hacia 1838, en Lima, era el momento de Pancho Fierro; la pintura histrica marcar a Merino a partir de 1850. En Lima, Merino dibuj tapadas y tipos populares. Al inicio de su retorno a Francia: an pintaba temas nacionales como la fiesta criolla en Chorrillos titulada La jarana. Luego, su obra mut hacia escenas europeas imaginarias del siglo XVII con una paleta contrastante que evoca a Rembrandt.

ODISEA PLSTICA

Con la tos y los sudores de la tuberculosis domados por un tiempo, Merino haba abandonado la residencia de la familia Dreyfus, que lo haba acogido durante su enfermedad, para volver a su estudio en el Boulevard de Clichy. Eran los inquietos aos de la Tercera Repblica Francesa y, all, Merino trabaj en uno de sus ltimos y ms ambiciosos cuadros, que dej inconcluso: La resurreccin de Lzaro. Entonces, cuando la tisis y la fiebre haban vuelto para ya no irse, el artista llam a su amigo Sescau para encargarle el destino de su legado al que le tocara cumplir su propia odisea.

Embarcadas el 24 de enero de 1877 en el puerto de Liverpool, el casi centenar de piezas partieron en tres cajas rumbo al Pacfico a bordo del vapor Aconcagua, va el estrecho de Magallanes, arribando un mes despus al Callao para ser expuestas con gran pompa en el local del cabildo. All, relata Takahashi, desaparecera buena parte de las obras.

La merma del legado Merino, sin embargo, no quedara ah. A inicios del siglo pasado, el gobierno de Billinghurst solicit que las obras cumbre de Merino, La venganza de Cornaro y Coln ante los sabios de Salamanca, cruzaran la calle hacia Palacio de Gobierno, donde correspondan ser exhibidas. La venganza de Cornaro se hizo humo con el incendio de Palacio de 1921. La segunda, con la que Merino haba alcanzado su xito definitivo en los salones de Pars al presentarla en 1863 y obtener con ella una medalla de tercera clase, sobrevivi y fue restaurada. Hoy, solo 36 cuadros forman la coleccin de la pinacoteca.

La tumba de Merino en el grandsimo camposanto Pere Lachaise de Pars cuenta entre sus venerados compaeros de cementerio a Balzac, Delacroix y Proust. El sepulcro de Merino, sin embargo, luce un abandono ms penoso que la muerte misma.

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