No ha sido un año común y corriente para el cine mundial este 2023. En general, es una época de cambios, de incertidumbre y transformación constante, que va desde la desconcertante pandemia por el COVID-19 hasta el proceso de adaptación de lo que significan las plataformas de streaming, que ha ido arrebatándoles público a las salas tradicionales.
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Pero en medio de ese panorama extraño, hay apariciones que removieron la sensación pasmosa, que dieron indicios de lo que puede ser el futuro del séptimo arte. El estreno en paralelo de “Barbie” y “Oppenheimer” fue digno de análisis en varios sentidos: por ejemplo, porque fueron dos películas que, desde orígenes muy diferentes, le devolvieron al cine comercial una altura que se extrañaba entre tanto superhéroe. Ello, en parte, porque fueron cintas surgidas de las particulares miradas autorales de Greta Gerwig y Christopher Nolan, respectivamente.
Pero el ‘Barbenhaimer’, como se bautizó al tándem, fue un fenómeno además por su viralización. En redes sociales, el contraste entre el fucsia plástico de la muñeca de juguete y la grisura siniestra del drama histórico funcionaron sorprendentemente bien. Fueron obras que no se canibalizaron en cuanto a la taquilla, a pesar de lanzarse el mismo día, y que más bien se promocionaron de manera complementaria. Mucha gente se volcó a las salas con la condición de completar esta suerte de díptico espontáneo.
Mientras tanto, la hegemonía de Marvel confirmó que va en decadencia. Aún se anota algunos taquillazos, como es normal, pero ni por asomo alcanzó en el 2023 las cifras exorbitantes de su primera etapa, con “Avengers” y sus derivados. Más interés (no necesariamente traducido en recaudación pura y dura) fue lo que generaron “Super Mario Bros” –una refrescante nueva entrega animada para un clásico–, “Los asesinos de la luna” –el retorno de un maestro como Martin Scorsese– o “Taylor Swift: the Eras Tour”, la cinta con el concierto de la estrella musical que, especialmente, en Estados Unidos rompió varios récords pese a su distribución fuera del sistema tradicional. ¿Asomo de cambio acaso?
Y ya que hablamos de cambio, la huelga de guionistas y actores en Hollywood, que se extendió durante más de cinco meses, llegó a encontrar una solución, pero dejó la puerta abierta para eventuales modificaciones a la industria tal y como la conocemos hoy. Señal de que lo se nos viene a corto y mediano plazo podría ser muy, pero muy diferente.
PRODUCTO NACIONAL
Como ha venido ocurriendo en los últimos años, el cine peruano se ha mostrado bastante saludable y diverso. Ha tenido éxitos de rentabilidad como el caso de “Soltera, casada, viuda, divorciada”, de Ani Alva Helfer, y por otro lado películas de corte más festivalero e independiente que se ganaron múltiples aplausos: “Yana-Wara”, de Óscar y Tito Catacora; “Diógenes”, de Leonardo Barbuy; “Historias de shipibos”, de Omar Forero; “Cielo abierto”, de Felipe Esparza; “El caso Monroy”, de Josué Méndez; o el documental “Rojo profundo”, de Maga Zevallos.
La mirada panorámica a estos títulos permite ver una gran variedad de géneros, presupuestos, estilos, orígenes regionales, lenguas, etc. Pese a ello, una fuerte discusión se dio fuera de las cámaras y los sets debido a un proyecto de ley, presentado por la congresista Adriana Tudela, que plantea modificaciones radicales al cine nacional que viene asentándose en la última década. Su iniciativa propone, entre otras cosas, limitaciones a los financiamientos, menos beneficios para la producción regional, y un perfil mucho más centrado en una industria rentable y no en un ejercicio artístico y cultural.
Aunque el proyecto de Tudela tiene feroces defensores, parecen ser más sus detractores: el grueso de la comunidad cinematográfica peruana expresó su rechazo a su idea de cambio, pero la posibilidad de que se apruebe sigue abierta y muy latente. ¿Será realmente para el bien de nuestro cine?
EL MENÚ DEL 2024
Ya sea por los premios y comentarios que han recibido en festivales, por las estrellas que incluyen en su elenco y los directores que hay detrás de cámaras, o por tratarse de continuaciones de películas que en su momento conectaron con el público, el listado de las cintas más esperadas del 2024 es bastante largo y atractivo.
El año se abre con el estreno de “Priscilla”, dirigida por Sofia Coppola, que se centra en la vida de Priscilla Presley, esposa del Rey del Rock. Llega a los cines ya la próxima semana, el 4 de enero.
Otras películas que generan mucha expectativa son “Duna: parte 2″, dirigida por Denis Villeneuve, prevista para marzo; “Furiosa”, de George Miller, que expande la saga “Mad Max” (mayo); “Intensa-mente 2″, que será la única entrega del estudio Pixar del año (junio); “Joker: folie a deux”, secuela de la cinta sobre el Guasón, que tendrá nuevamente a Joaquin Phoenix, pero ahora acompañado por Lady Gaga (octubre); “Gladiador 2″, que será nuevamente dirigida por Ridley Scott, luego de su polémica “Napoleón” (noviembre); y la nueva versión de “Nosferatu”, a cargo del aclamado cineasta Robert Eggers (el de “La bruja” y “El faro”), fechada para diciembre.
En cuanto a la filmografía local, hay varios títulos que ya se han visto en festivales o en el extranjero, pero tienen pendiente su estreno comercial. El play de honor del 2024 lo dará la comedia de Gonzalo Ladines “Muerto de risa”, disponible desde este 4 de enero.
Otra muy esperada, aunque sin fecha aún, es “Kinra”, del cusqueño Marco Panatonic, que ganó el premio principal del Festival de Mar del Plata. Quienes ya la vieron la califican como uno de los estrenos peruanos más atractivos de los últimos años.
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