Álvaro Rico interpreta a Elmer en la serie española "El jardinero" (Foto: Netflix)
Álvaro Rico interpreta a Elmer en la serie española "El jardinero" (Foto: Netflix)
Álvaro Rico interpreta a Elmer en la serie española "El jardinero" (Foto: Netflix)
Pedro Bustamante

¿Te ha pasado que terminas de ver una serie y te quedas mirando los créditos, esperando que pase algo más? Como si la pantalla fuera a darte respuestas. Bueno, eso me pasó con . Seis episodios intensos, entre lo siniestro y lo romántico, con personajes llenos de contradicciones y un invernadero que da más miedo que paz. Cuando acabé el último capítulo, me quedé en silencio unos segundos, preguntándome: ¿Y ahora qué?

Porque “El jardinero” no es una serie más. Tiene ese algo que engancha. Es un thriller con sabor a telenovela, con un asesino que no siente, una madre rota y vengativa, y una historia de amor que no tendría que ser. Y justo cuando uno cree que ya está todo dicho… llega ese final que abre más puertas de las que cierra.

UN CIERRE QUE… ¿ABRE UNA NUEVA HISTORIA PARA UNA TEMPORADA 2?

Ahora sí, hablemos claro: ¿habrá temporada 2? Por ahora, Netflix no ha confirmado oficialmente una continuación. Pero si me preguntas a mí, después de ese final, sería raro que no estén al menos considerándolo. Porque, aunque el conflicto principal parece resuelto —Elmer no mata a Violeta y hasta se libera de su madre, que lo tenía emocionalmente secuestrado—, la historia termina justo cuando podría empezar otra completamente nueva.

Y no es que quede solo una posibilidad. Quedan muchas. De entrada, esa escena final donde Violeta vuelve al invernadero, después de meses, y le pide a Elmer que haga desaparecer a alguien.

Cecilia Suárez como La China Jurado en la serie española "El jardinero" (Foto: Netflix)
Cecilia Suárez como La China Jurado en la serie española "El jardinero" (Foto: Netflix)

LAS PISTAS QUE DEJÓ LA PRIMERA TEMPORADA

Lo que me encanta de “El jardinero” es que no subestima a quien la ve. Nos da señales, pistas, y luego nos lanza giros que no vimos venir pero que, si te pones a pensarlo, estaban ahí desde el principio. Por ejemplo, esa decena de cadáveres que aparece en la playa. O la policía, que sigue sin atar cabos y queda en ridículo. Todo apunta a que hay una historia más grande detrás del invernadero y los desaparecidos.

Y luego está Elmer, claro. Ese protagonista tan peculiar que recupera sus emociones gracias a un tumor cerebral —sí, suena raro, pero funciona— y que parece volver a apagarse, aunque no del todo. Porque si bien vuelve al invernadero, su gesto final deja claro que algo cambió para siempre.

A nivel actoral, también hay razones para pensar en una segunda parte. Emma Suárez, María Vázquez, Francis Lorenzo y el propio Elmer (interpretado con una frialdad escalofriante) nos dejaron con ganas de más. Las relaciones no resueltas, especialmente entre los policías, y ese halo de tensión constante que atraviesa todos los episodios, son cosas que no se pueden dejar ahí sin más.

Entiendo que muchas veces Netflix lanza series buenas que luego quedan en el limbo, pero “El jardinero” tiene algo especial. No solo por su historia, sino por cómo logra mezclar géneros sin hacerse un lío. Tiene identidad, tiene estilo, y sobre todo, tiene un final que no es un final. Es una puerta entreabierta con un cartelito que dice “Volvemos pronto”.

Así que, aunque no hay anuncio oficial aún, yo diría que la temporada 2 está más que sembrada. Solo falta que alguien en Netflix se arriesgue un poquito y decida que vale la pena ver qué más puede crecer en ese invernadero lleno de secretos, cadáveres y pasiones inesperadas.

SOBRE EL AUTOR

Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Con siete años de experiencia en medios de comunicación escritos, tanto en ediciones impresas como digitales. Actualmente redacto para el Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.