
Netflix sorprendió este mes de junio con el estreno de “Las guerreras K-pop” (“KPop Demon Hunters”, según su título en inglés), una película animada que mezcla el furor del K-Pop con elementos clásicos del género de fantasía y acción sobrenatural. La cinta, que sigue a las integrantes del grupo Huntrix, no solo brilla por su impecable estética y banda sonora, sino también por una historia llena de giros argumentales y una protagonista cuya identidad sacude los cimientos del universo que habita.
La trama gira en torno a Rumi, Mira y Zoey: tres idols del K-pop que, además de llenar estadios con su música, son parte de una antigua línea de cazadoras de demonios encargadas de mantener a raya al mal ancestral representado por Gwi-Ma, el rey demonio. A medida que se desarrolla la historia, el relato de la primera chica mencionada se convierte en el eje emocional de la película, en el que el descubrimiento de su linaje demoníaco y la relación con el antagonista Jinu revelan un trasfondo mucho más complejo de lo que aparenta.

FINAL EXPLICADO DE “LAS GUERRERAS K-POP”
Rumi: la mitad demonio que puede salvarlo todo
Uno de los giros más impactantes del final de “Las guerreras K-pop” es la revelación de que Rumi no es completamente humana. Lejos de ser solo una talentosa cazadora, descubrimos que su padre es un demonio, lo que transforma por completo su papel en la historia. Criada por su madre adoptiva, Celine, y ocultando su verdadera naturaleza, se ha pasado la vida luchando contra sí misma, con la esperanza de que completar el Hanmoon —una barrera mística que detiene a los demonios— elimine su lado oscuro para siempre.
Pero en el clímax de la película, lo que parecía una debilidad se convierte en su mayor fortaleza. Al aceptar su identidad completa, Rumi logra controlar su parte demoníaca y utilizarla para combatir a Gwi-Ma, demostrando que su dualidad no la hace peligrosa, sino excepcionalmente poderosa.

Gwi-Ma y la amenaza que no desaparece
Gwi-Ma, el rey demonio, ha sido la amenaza latente durante generaciones. Capaz de manipular mentalmente a los humanos y convertirlos en sus siervos, su plan consistía en romper la barrera del Hanmoon y sumir al mundo en oscuridad. Su ejército incluye a los Saja Boys, una boy band de aspecto angelical pero alma demoníaca, que representan la corrupción disfrazada de idolatría. En la batalla final, Huntrix enfrenta a estos adversarios en un combate épico, donde no solo se juegan el destino del mundo, sino su propia unión como grupo.
Aunque logran expulsar a Gwi-Ma, el nuevo Hanmoon que crean es de un tono azul —no dorado— lo que sugiere que la amenaza podría no estar completamente erradicada.
Jinu: el villano que no pudo dejar de ser humano
Otro momento clave del desenlace es el sacrificio de Jinu, el antagonista que guarda una historia profundamente trágica. En lugar de un enemigo despiadado, se revela como alguien que fue humano, que cayó bajo el influjo de Gwi-Ma por desesperación y terminó traicionando sus propios valores. La conexión emocional que desarrolla con Rumi lo redime parcialmente y, en el último acto, se sacrifica para protegerla. Su espíritu ayuda a Rumi a canalizar el poder necesario para terminar la batalla y sellar nuevamente el paso entre mundos.
¿Y los Saja Boys?
De los cuatro miembros de la boy band Saja, dos —Mystery y Abs— mueren durante el enfrentamiento final. Sin embargo, los otros dos, Romance y Baby, no aparecen muertos en pantalla. Esta omisión abre la puerta a una posible secuela, ya que su destino permanece sin confirmar. La posibilidad de que hayan escapado plantea nuevas amenazas para el futuro, sobre todo si se considera que el Hanmoon aún no es impenetrable.

TRÁILER DE “LAS GUERRERAS K-POP”

¿Te apasionan las series y películas? Sigue nuestro canal en WhatsApp para recibir las novedades más comentadas directamente en tu celular 👉Únete aquí.











