Rebecca Humphreys ha tenido 17 años de sufrimiento e intenso dolor en una de sus piernas, pero, por más contradictorio que parezca, esta mujer de 33 años del Reino Unido ha encontrado la paz y tranquilidad cuando, por fin, tras conseguir amputarse aquella que tantos malos momentos le ha traído y su historia no tardó para convertirse en tendencia de diversas redes sociales.
Un accidente que le cambió la vida
Durante todo este tiempo, desde que tuvo 15 años esta dolencia no solo le causó tremendas torturas físicas, también la llevó a anidar pensamientos suicidas, pero ¿Qué le sucedió? A la mencionada edad sufrió una herida tras saltar del alféizar de su ventana mientras se encontraba decorando su habitación.
Nunca pensó que esta lesión le cambiaría la vida para siempre, pues cuando cayó su pierna impactó contra un adorno de porcelana, sangrando, lo que también produjo que su pie se hinchara de forma tan descomunal que tenía el aspecto de una pelota de rugby.
La infección no se hizo esperar, por lo que los médicos no vieron otra salida que amputar la pierna, pero una segunda opinión hizo que la entonces adolescente desistiera de esta alternativa, la misma que tendría serias repercusiones en los siguientes 17 años.
17 años de sufrimiento
El dolor en su pie se mantuvo durante todo este tiempo, pero los doctores se mostraron escépticos a creer que este podría persistir, pero ella afirmó que era tan insoportable que ni siquiera podía tocarse dicha zona de su cuerpo, por lo que, tras varios análisis, la diagnosticaron con síndrome de dolor regional complejo, que no es otra cosa que un dolor inexplicable en determinada extremidad.
Ningún tipo de terapia, medicamento, tratamiento le hizo efecto, por lo que el dolor la forzó a dejar su trabajo, se hundió en la depresión en muchos momentos de esos largos e inacabables 17 años, también contempló la idea de acabar su sufrimiento quitándose la vida, acción que, felizmente, nunca llegó a concretar.
Una solución tardía, pero una solución
Pero no fue hasta abril de 2022, cuando tanto ella como los médicos acordaron que debía llevarse a cabo la amputación de su pierna y cuando esta despertó de la intervención, aseguró que el dolor desapareció por completo.
A Yorkshire Live, nuestra protagonista reveló: “Ni una vez miré o me pregunté sobre la amputación. Sentí que el peso de mis hombros se había levantado (…) la tristeza de mi alma se había disipado”, entre otras cosas, gracias a la compañía de sus seres amados, tales como su madre y sus perros.
Una dolorosa recuperación
“Me hizo sentir que tengo esperanza y me siento muy agradecida por una segunda oportunidad en la vida. Estoy tan agradecida por todo el apoyo, incluso si no estoy completamente recuperada, nunca miraré hacia atrás con ninguna duda”, detalló al mismo medio.
Pese a que destaca que la recuperación es un tanto dolorosa, afirma que está evolucionando positivamente y no pierde la esperanza de volver a pasear a sus canes ayudada por una pierna ortopédica.
Médicos pudieron hacer más hace 17 años
Theresa, madre de Rebecca, declaró sobre la recuperación de su hija a Yorkshire Live: “Ella tenía razón todo el tiempo desde que tenía 15 años. Todos decían que era un pie sano. Encontramos una consultora que creyó en ella. No dieron con lo que tenía. Tomó analgésicos desde los 15 años. Ahora aspira a estar libre de esas pastillas. Ha perdido mucho tiempo, pero se mantiene positiva”.
Finalmente, la progenitora de nuestra protagonista es contundente aseverando que, durante todo ese tiempo, los galenos dejaron de hacer cosas que habrían ayudado a un diagnóstico apropiado a tiempo.
“No hicieron un análisis de sangre ni una resonancia magnética. El pie se veía bien por fuera. Fue una lesión traumática. Su sistema autoinmune debería haberse apagado, pero nunca lo hizo. Simplemente, pensaron que estaba en su cabeza”, sentenció.
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