Alex Van Halen, David Lee Roth y Eddie Van Halen dejaron un legado para los contratos. (Foto:David Becker/Getty Images)
Alex Van Halen, David Lee Roth y Eddie Van Halen dejaron un legado para los contratos. (Foto:David Becker/Getty Images)
Redacción Mag

¿Un tazón de M&M, pero sin los chocolates marrones? Van Halen fue una de hard estadounidense más famosas del mundo. Se formó en 1972 y se disolvió en 2020, pero además de sus canciones, ha dejado como legado sus famosos y excéntricos contratos. ¿Sabes cuál era el objetivo?

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¿Has escuchado hablar de los excéntricos pedidos de las estrellas? Una bañera de champagne, toneladas de hielo, grifería de oro, sanitarios nuevos, enormes armarios, espejos tapados y exóticas frutas, entre tanto, son parte de los locos pedidos de los artistas. Sin embargo, más allá de esos deseos, hay un fin mucho más serio.

A este tipo de pedido se le conoce como el contrato Van Halen. Aquí la historia.

¿QUÉ ES LA CLÁUSULA VAN HALEN?

La banda estadounidense demostró en los años 80′ lo profesional que podía ser un conjunto de rock, pues por lo general eran creados por amigos que buscaban distraerse y pasar el rato.

El legado de la banda, además de lo musical, ha sido el tipo de contrato: excéntrico, exigente, profesional y, sobre todo, astuto. Para comprobar que todas sus exigencias se cumplían, los miembros de Van Halen y sus abogados crearon la cláusula 126, conocida también como cláusula M&M’s.

¿En qué consiste? El grupo de rock, en sus larguísimos contratos de más de 500 páginas, introducía a lo largo de todo su clausulado, una pequeña manifestación en la que se exigía a los promotores de conciertos y giras, tener un tazón de M&M’S en el camerino y retirar todos aquellos que fueran de color marrón.

Sin embargo, lo que pudiera parecer una excentricidad, era en realidad una manera eficaz para el grupo de comprobar que se habían tenido en cuenta todas las cláusulas del contrato... Hasta el más mínimo detalle.

Y es que el ajustado calendario de conciertos y la falta de tiempo les impedían revisar, de manera detallada, las condiciones de estructura, montaje, luz, sonido, seguridad, etc. estuvieran acordes con lo exigido. Solo se pondrían a verificar si encontraban un M&M’S de color marrón, pues era muy probable que se hubieran incumplido otras muchas cláusulas del contrato.

Así, la llamada cláusula Van Hale serviría para comprobar el cumplimiento íntegro de todo el clausulado.

El cláusula 126 de la banda Van Helen: "No habrá M&M's marrones en el backstage, bajo pena de suspender el concierto, con el pago total al grupo". (Foto: Getty)
El cláusula 126 de la banda Van Helen: "No habrá M&M's marrones en el backstage, bajo pena de suspender el concierto, con el pago total al grupo". (Foto: Getty)

¿QUÉ PASABA SI NO CUMPLÍAN LA CLÁUSULA?

El artículo número 126, en medio de la nada, decía que no debía haber M&M’s marrones en el backstage, o de lo contrario se cancelaba la presentación. Sin embargo, lo que hacían era revisar cada punto para asegurarse que no hayas problemas. Se dijo que en Nuevo México se hallaron M&M,s marrones y que la banda había causado destrozos por ello. Aunque se violó la cláusula, no hubo destrozos y tampoco se canceló el concierto. No se conoce ningún concierto que la banda suspendiera por incumplimiento de ese punto.

¿QUÉ DIJO EL VOCALISTRA DE VAN HALEN SOBRE EL ARTÍCULO 126?

En 2012, refiere el , el cantante de Van Halen, David Lee Roth, explicó en su autobiografía el motivo de la petición: “Nos movíamos con nueve camiones de 18 ruedas, llenos de equipo, por lugares donde el estándar era de tres camiones como máximo. Y hubo muchos errores técnicos: ya fuera que las vigas no podían soportar el peso, que el suelo se hundiese o que las puertas no eran lo suficientemente grandes como para meter el equipo. Nuestro rider parecía la versión china de las páginas amarillas por la cantidad de equipo y seres humanos necesarios para que todo fuera bien. Un pequeño ejemplo: ‘Artículo 148: Habrá enchufes de voltaje de 15 amperios a una distancia de 20 pies, de manera uniforme, proporcionando 19 amperios…’. Ese tipo de cosas”.

El artículo número 126, en medio de la nada, decía que “no habrá M&M’s marrones en el backstage, bajo pena de suspender el concierto, con el pago total al grupo”. Por eso, cuando caminaba por el backstage, si veía un M&M marrón, era mejor verificar toda la producción para evitar problemas mayores.

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