Liverpool: Mohamed Salah. (Foto: AFP)
Liverpool: Mohamed Salah. (Foto: AFP)
Arturo León

Tipos de futbolistas hay muchos. Jugadores que brillan desde el primer día que aparecen en un campo de juego. Como Lionel Messi. Debutó en Barcelona y no hacía falta ser un genio para darse cuenta de lo que sería más adelante. Igual, lo suyo superó toda expectativa. Hay otros, como Mohamed Salah, que se demoran para alcanzar su mejor nivel. El delantero egipcio, recién a los 25 años, muestra un juego digno de un Balón de Oro. Es la estrella del Liverpool, un jugador superlativo, determinante y goleador. El problema con los de su tipo es que siempre hay dudas de si están viviendo solo una buena racha o un gran momento. En otras palabras, si es un jugador de moda.

Los que piensan que sí se apoyan en diferentes motivos. El primero, que ya mencionamos, es que recién con 25 abriles se ha posicionado como uno de los mejores jugadores del mundo. No hay duda de que lo es hoy, ¿pero antes? Otra razón es que, en caso del Liverpool, la figura del alemán Jürgen Klopp tiene tanto peso que lleva a pensar que lo de Salah se debe más al trabajo del técnico que a las capacidades del egipcio. Pasa que hay jugadores que explotan solo con ciertos entrenadores. Si no están ellos, son solo buenos. No brillantes. Podría ser el caso de Mohamed.

Podría serlo porque cuando estuvo en el Chelsea disputó 19 partidos y no lo quisieron más. Tan solo marcó dos goles. Lo cierto es que a partir de la temporada 2014-15 la carrera de Salah ha ido en ascenso. Sus estadísticas en la Roma no fueron una casualidad y mejoraron de una temporada a otra (2016-17). Si sumamos los números firmados en la Serie A, más lo que lleva en Liverpool, el resultado es brutal: 77 goles y 37 asistencias en 130 partidos. Es decir, ha participado en 114 conquistas.

De ganar la Champions League y hacer un Mundial Rusia 2018 aceptable con Egipto, Mohamed Salah podría ganar el Balón de Oro 2018. Pero el legado del africano podría ser mucho mayor. Solo tiene que demostrar que no se trata de un jugador de moda. Que la siguiente temporada, cuando lo compren en más de 200 millones euros (menos de eso no aceptaría el Liverpool) y posiblemente sin Klopp como técnico, siga haciendo las cosas que hoy nos han llevado a tipear su nombre más o tanto como el de Cristiano Ronaldo o Lionel Messi.

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