Jerusalén. Israel continúa los esfuerzos para rebajar la tensión en la zona tras el asesinato, el pasado viernes, del bebé palestino Ali Dawabsha, y ha adoptado una serie de medidas inusuales contra terroristas judíos como detenciones sin juicio, las conocidas como detenciones administrativas.
El gabinete de seguridad israelí celebró hoy una reunión en la que abordó ese ataque en la población palestina de Duma, que calificó de "acto de terrorismo en todos los aspectos", y resolvió adoptar recomendaciones profesionales destinadas a abordar este tipo de acciones protagonizadas por radicales judíos.
Entre las medidas que los servicios de inteligencia interior, el Shabak, recomendaron al Ejecutivo, según informa hoy el digital "Ynet", figuran también la colocación de una pulsera electrónica a los sospechosos o convictos de actos de terrorismo judío.
Ante las críticas a las autoridades israelíes de supuesta connivencia con este tipo de actuaciones protagonizadas por colonos y simpatizantes de derechas desde hace años, el Ejecutivo trata de acallarlas mostrando "tolerancia cero" con este tipo de ataques.
"Nuestra política hacia estos crímenes es de tolerancia cero. He dado instrucciones a (los organismos de) seguridad para que usen todos los medios a su alcance para detener a los asesinos y que sobre ellos caiga todo el peso de la ley", manifestó por la mañana el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Israel aplica en la actualidad la detención administrativa únicamente a palestinos y su eventual implementación a israelíes pone de manifiesto la frustración de las autoridades para lidiar con los autores de delitos como el del viernes.
De momento no se han producido arrestos en relación al ataque ni ningún grupo ha asumido la autoría del mismo.
El encarcelamiento sin juicio y, en muchos casos, sin asistencia letrada, permite la detención sin cargos y por períodos indefinidos sin que existan pruebas para juzgar a los sospechosos.
En teoría permite a los investigadores reunir pruebas al tiempo que impide que se cometan nuevos ataques, pero Israel ha sido acusada de abusar de un procedimiento controvertido, que debe ser de carácter excepcional, aunque autorizado cada vez más por gobiernos para combatir la amenaza del terrorismo.
Pese a los esfuerzos por aplacar los ánimos, sobre el terreno la tensión era patente hoy en Jerusalén, donde se produjeron choques y forcejeos en y en torno a los accesos de la Explanada de las Mezquitas entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes.
Desde Gaza, milicianos palestinos dispararon a primera hora de hoy dos cohetes contra Israel, uno de los cuales no alcanzó a cruzar la verja fronteriza y cayó al parecer dentro de la misma franja, según medios locales.
Desde el ataque del viernes, que ha generado una ola de condenas internacionales, se han registrado varios enfrentamientos entre manifestantes palestinos que protestaban el asesinato y fuerzas israelíes, en los que murió un joven palestino en la localidad de Birzet cuando lanzaba un cóctel molotov a una posición militar, según el Ejército.
En otro suceso, esta vez en Gaza, fuerzas israelíes mataron a un adolescente palestino, e hirieron a otro, al norte de Beit Lahiya, cerca de la frontera con Israel.
El Ejército y la policía israelíes están en estado de alerta desde el asesinato de Ali Dawabsha, y las fuerzas de seguridad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) están igualmente tratando de impedir actos de represalia.
Anoche, miles de israelíes se concentraron en las principales ciudades del país para condenar a la extrema derecha por el brutal asesinato y exigir el fin de la impunidad con la que actúan los colonos.
También denunciaron la intolerancia hacia la comunidad homosexual tras el sangriento ataque del jueves de un ultraortodoxo judío en la marcha del Orgullo Gay de Jerusalén, que se saldó con seis heridos, uno de los cuales, una menor de 16 años, identificada como Shira Banki, falleció hoy a causa de sus heridas.
Fuente: EFE