Hace 15 años Kim Cheol-woong era un pianista de éxito que vivía en Corea del Norte. Pero su vida cambió repentinamente cuando alguien lo oyó tocar una canción de amor de Occidente.
Cheol-woong se sentó en su piano en el 2001, presto a practicar la pieza de música que planeaba tocar el día que propusiese matrimonio a su novia. Su amor desde la infancia, se conocían desde que tenían ocho años. Comenzaron juntos a tocar el piano.
Era la balada "A comme Amour" de Rychard Clayderman –un tema sensiblero y no del gusto de todos-, pero que en Corea del Norte solo podía tocarlo en su propia casa sin correr riesgos.
Pero alguien pasó por allí y escuchó esta pieza francesa y rellenó un informe para el departamento de seguridad del Estado.
"Nunca pensé que tocar una canción prohibida podría ser tan peligroso", dice Cheol-Woong. Pero pronto se daría cuenta de que lo era. Y mucho.
Bajo el régimen de Kim Jong-il estaban prohibidos el jazz y otras músicas occidentales. (Foto: Getty Images)
"¿Cuándo escuchaste esta música por primera vez? ¿Cómo te sentiste cuándo la escuchaste? ¿A quién le has tocado esta canción?", le preguntaron los oficiales en un interrogatorio que duró horas.
Cheol-Woong explicó que había escuchado esta melodía cuando estudiaba en Rusia. Le gustó la pieza y la recordaba, así que pensó que podía tocarla para su novia cuando llegara a casa.
Cheol-woong tuvo que escribir 10 páginas de disculpa por interpretar música que era errónea, algo que él sintió como absurdo.
Asegura que escapó de un castigo mayor porque venía de una familia poderosa, pero la experiencia le hizo pensar seriamente sobre el tipo de país en el que estaba viviendo.
Descubriendo el 'mundo libre'
Su talento como pianista se manifestó desde una edad temprana, y después de graduarse en música clásica en una universidad de élite de Pyongyang, fue autorizado a continuar sus estudios en el prestigioso conservatorio de Moscú.
Sentado en los cafés de la capital rusa, escuchó por primera vez el jazz y quedó cautivado al instante.
Durante sus estudios, en Rusia, Cheol-woong descubrió un mundo muy distinto al que había conocido en Corea del Norte. (Foto: AFP)
"Cuando estaba en Moscú muchas personas criticaban severamente a Corea del Norte, pero te sentías un patriota en el extranjero. Yo pensaba, 'Digan lo que digan, me da igual, voy a hacer mi mejor esfuerzo, seré leal y serviré a mi país con mi habilidad musical'".
"Empecé a darme cuenta de que tendría que sacrificar muchas cosas para vivir como pianista en Corea del Norte y me sentí desilusionado. Pasé tres días con la agonía de decidir si debía escapar de mi país o no".
Al final decidió huir. Aunque estaba preocupado por las repercusiones para su familia, creyó que lo entenderían y apoyarían su decisión.
Dejó una nota para su novia diciéndole: "No me esperes". Nunca dijo adiós.
La fuga
"No era posible hablar sobre la fuga con nadie, así que lo preparé yo mismo. Me habían dicho que si cruzabas el río Tumen, podías llegar al mundo libre a través de China. Así que me dirigí al mismo. Como era ciudadano de Pyongyang, no fui capturado en ninguno de los puestos de identificación".
Al viajar solo, con pocas posesiones aparte de 2.000 dólares en efectivo, llegó al río en mitad de la noche. "Estaba tan asustado… Miré a alrededor de mí y me pregunté cómo cruzar. Entonces unos militares escondidos me encontraron y me apuntaron con un arma, diciendo: '¡Manos arriba!'".
La frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur está estrechamente vigilada. "Arriba las manos", le dijeron unos soldados a los que tuvo que sobornar. (Foto: AFP)
"Así que puse mis manos en alto. Pero entonces recordé mis 2.000 dólares y se los ofrecí. Cogieron el dinero y me ayudaron a cruzar hasta China".
Cheol-woong fue directamente hacia un pequeño pueblo. "Les dije a los habitantes que podía tocar el piano. Pero ellos dijeron: 'Nos da igual si toca el piano, aquí lo que puede hacer es trabajar'".
"Así que los ayudé en sus granjas. Incluso trabajé como leñador en las montañas. Fue realmente un tiempo duro y horrible para mí. Estaba tan cansado y tenía tanta hambre y frío".
Mientras trabajaba en un aserradero conoció a otro desertor norcoreano, quien le habló de una iglesia cercana en la que había un piano. Era uno viejo en el que no podía tocar apropiadamente pero, aun así, su corazón se disparó.
"Al tocar de nuevo el piano, me sentí tan emocionado, tan conmovido", asegura.
De China a Corea del Sur
Cheol-Woong se convirtió en el pianista habitual de la iglesia, impresionando a todos con sus habilidades. Fingía ser un surcoreano que había aprendido a hablar chino con fluidez.
Con el tiempo, más de un año después de dejar Pyongyang, se apoderó de un pasaporte de Corea del Sur y voló a Seúl para iniciar una nueva vida.
Se casó, tuvo una familia y construyó una exitosa carrera como concertista de piano, viajó alrededor del mundo y comenzó una organización benéfica que ayuda a niños que han huido de Corea del Norte con sus familias.
Cheol-woong asegura que hay alrededor de 5.000 jóvenes de Corea del Norte viviendo en Corea del Sur, y que muchos de ellos se encuentran marginados.
Recientemente ha creado su propia orquesta, llamada provisionalmente Orquesta Juvenil Arirang.
Arirang es una canción popular de Corea que trata de amor y pérdida, la cual ha sido escrita de muchas formas diferentes. Él dice que es la única canción que los habitantes de ambos países conocen.