Redacción EC

Rudy Jordán, @jordanrudy

Una tarde del 2010, en una zona residencial de la ciudad de Valencia, capital del estado de , la abogada Paulina Facchin salió del supermercado sin imaginar que estaba por llevarse el susto de su vida. Subió a la camioneta junto a su hija de 10 años, cuando cuatro hombres armados la interceptaron y le dispararon a mansalva. Ella salió ilesa, pero una de las balas hirió a su hija en la espalda.

Nunca supo quién fue ni por qué lo hizo, pero afirma que si su hija hubiera muerto con ese balazo estaría en su país . En cambio, luego del incidente supo que era su misión buscar seguridad para su pequeña y contarle al mundo de la que vive su país. 

“Llega un momento en el que tú dices ¿qué vale más la vida o seguir luchando por la libertad de expresión?”, se pregunta Paulina, quien ahora, afincada en el distrito limeño de Miraflores con su esposo y su hija –totalmente recuperada de aquel incidente–, asegura disfrutar de la seguridad que su país ha perdido: se calcula que los enfrentamientos entre chavistas y opositores en Venezuela han dejado un saldo de 19 muertos desde el .

Paulina confiesa que lo más difícil de exiliarse de su país es dejarlo todo –sus padres, sus amigos, su empleo, sus alumnos de la universidad, sin saber cuándo los volverá a ver o si los volverá a ver. Y pese al miedo que siente de perder a un ser querido en las cada vez más radicales marchas en su país, dice que este mismo hecho la fortalece porque “el pueblo venezolano decidió para protestar pacíficamente por sus derechos”. 

CORAZÓN PERUANO
Tres años han bastado para que Paulina se enamore del Perú. Eternamente agradecida de que nuestro país le haya abierto sus puertas en el momento más difícil de su vida, ella hace una lista de elogios: “Es un país hermoso, con gente hermosa, con una cultura muy rica y una comida deliciosa. Solo le falta un poco de sol”, bromea.

Desde la distancia mira con indignación e impotencia las celebraciones que el gobierno de Nicolás Maduro ha iniciado por la muerte del ex presidente Hugo Chávez. “Es insólito pensar que en la crisis que se encuentra Venezuela estén viajando presidentes para celebrar y conmemorar la muerte de Hugo Chávez”. 

El de Paulina es solo uno de los muchos casos de venezolanos que se han visto obligados a escapar de la violencia e .

Según cifras de la Superintendencia Nacional de Migraciones, la cantidad de venezolanos que entró al Perú en noviembre se triplicó respecto al 2012.

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