PEDRO CANELO @jovennostalgico
Guarda esa cámara, hijo mío. Si la quieres, si te quieres, mejor apaga ese aparato. En estos tiempos de “Gran Hermano”, de ‘urracos’ de Magaly y de paparazzis de redes sociales, los muros que resguardan la privacidad de las personas son tan frágiles como una copa de cristal. Mejor no lo hagas. Recuerda, como en ese celebrado comercial de preservativos, que el amor es cuestión de dos. Es innecesario que explores al actor porno que tienes dentro y que expongas con tanta impunidad a los demás.
Es abominable que extorsionen a personajes públicos como la presentadora y modelo, Karen Schwarz, con videos íntimos. Pero que su novio cantante Ezio Oliva guarde esa cámara en una caja fuerte y que después se olvide la contraseña. No es necesario, amiguito. Que el espontáneo arranque de narcisismo no se degenere en inexplicable perversión con daños a terceros. Ya no es tan chévere, ni tan ‘cool’. Es peligroso y hasta cierto punto tóxico. No quiero parecer cucufato (de eso, créanme, no tengo nada), pero el fetichismo a ese nivel ya me parece enfermizo. Con todo respeto Ezio, pero hazte ver chochera.
La moraleja podría resumirse en el jalón de orejas de la periodista Mónica Delta a la misma Karen, en vivo y en directo (y en prime time). Poco faltó para que le dijera con voz de auxiliar de colegio: “¿Para qué te dejas filmar pues hijita?”. Vivimos una época de super exposición de lo privado pero también de inseguridad y de abundante delincuencia callejera. Hay que cuidarse porque solo basta que te arranchen el celular en un semáforo en rojo para que tus “travesuras” queden vendidas al mejor postor.
¿Es tan divertido grabarse en situaciones de pareja? ¿No es mejor que esos momentos queden bien resguardados en cuatro paredes? El problema no es solo de los Ezio Oliva que encontramos todo el tiempo en las redes sociales. Por un tema casi cultural, hoy publicamos todo y a todo momento. Lo que almorzaste, lo que cenaste, tus juergas, los regalos de tu pareja, los anillos de compromiso. Tú publicas, yo publico, nosotros publicamos. Todo.
Después de cada informe sobre Karen Schwarz y Ezio Oliva debería aparecer una franja en la parte baja de la pantalla de TV que diga: “por favor no intentarlo en casa”. Nunca tanto como hoy es importante cuidar tu pequeño universo íntimo y personal. Es un reto no caer en la tentación, pero hagamos el esfuerzo. Cuídate y cuida a los tuyos. Quizás estoy exagerando con esta declaración de principios y quizá una vez más me encuentre fuera de tiempo. Yo ni siquiera soy parte del público objetivo de Ezio Oliva. No conozco al grupo Adammo. A mí solo me presentaron a Adamo, a Salvatore Adamo.